Él Existe

8: EL SABOR DE LA SANGRE

Mismo día, al anochecer.

    La chica movía sus piernas bajo un tic nervioso mientras miraba las esposas atadas a sus manos, estaba dentro de una pequeña celda que era usada para borrachos, algunos ladrones o buscapleitos, básicamente criminales menores.

    Pero ahora estaba ahí ¿Qué iba a pasar ahora?

    En otra sala Andrew y Carol estaban sentados frente a frente. Ambos con la mirada clavada en el montón de archivos repartidos en distintas carpetas, la mayoría sobre las víctimas de aquella masacre. 

    ㅡ ¿Cuánto tiempo planeas tenerla ahí, Collins? ㅡ preguntó Carol levantando la mirada solo por un segundo para ver al hombre frente a ella.

    ㅡ Sé paciente, McCann. ㅡ respondió con simpleza, tomando la botella con agua de la mesa y dándole un sorbo ㅡ. Sabes bien como trabajo.

    ㅡ Si, y también sé que esos mismos métodos de trabajo ya no le son útiles, ¿o me equivoco? ㅡ atacó, ahora mirándolo directamente ㅡ Se habla mucho de que suele tomar decisiones que llevan sus casos a un camino sin salida, muchos creen que se volvió loco.

    ㅡ Mucha gente habla, detective. Yo trabajo. 

    ㅡ Lo conozco, Collins ㅡ la frase dicha en un tono bajo lo hizo levantar la vista para encararla ㅡ. Usted era uno de los mejores. No entiendo qué lo llevó a esto, a estas decisiones, a tomar casos abiertos. 

    Andrew permaneció en silencio, apretando los labios y mirándola directamente. Carol continuó:

    ㅡ Espero que sepas lo que haces, de ser por mi esa niña estaría en camino a su juicio final.

    ㅡ Es demasiado pronto, hay mucho más en este caso ㅡ trató de defenderse, pero fue interrumpido por la mujer de cabellos platinados.

    ㅡ Hay una escena del crimen, hay un sospechoso, capturamos al sospechoso, acepta los cargos, lo mandamos a la cárcel y se terminó ㅡ espetó enumerando los pasos con sus dedos ㅡ. Es así de sencillo, no hay subtramas, no hay más misterios por resolver. 

    ㅡ Tu método de trabajo es demasiado sencillo... ¡¿Y si la atrapamos qué sigue?! Sabes que ese crimen no lo hizo sola, nos queda un sospechoso allá afuera.

    ㅡ Sabes bien como trabajo. 

    "Buena jugada, cortarme con mi propia espada" pensó el hombre, levantándose de su silla y dejando en la mesa las carpetas. La conversación había terminado, Carol volvió su mirada a los archivos mientras el castaño salía de la sala quejándose entre dientes.

    Andrew entró a la celda cerrando las rejas detrás de él, se paró frente a la chica, con el ceño fruncido y los puños apretados. Sus miradas se cruzaron, ambas tratando de saber qué pensaba el contrario. 

    Ninguno parecía estar asustado por la presencia del otro. Ni Andrew al tener de frente a una asesina, ni Crowe al tener de frente a una de las personas que podía mandarla a una celda con sólo chasquear los dedos. 

    El detective caminó un poco alrededor de la celda sin dejar de mirarla, por otro lado la chica se removió algo incómoda en el piso frío. Después de unos segundos, Andrew se apoyó en una pared. 

    ㅡ Dime, Crowe. ¿Qué es esa marca en tu espalda? ㅡ dijo haciendo un pequeño movimiento con la cabeza señalandola. 

    La chica rompió el contacto visual y con nerviosismo se abrazó a sí misma, Andrew le dio su tiempo aunque parecía no querer responder a la pregunta.

    ㅡ Yo... ㅡ su voz salió en un hilo, se relamió los labios y trató de volver a hablar ㅡ Me la hicieron un poco antes de que me encontraran... pero... no estoy segura de qué es. Sólo sé que duele, mucho.

    El castaño asintió con la cabeza, se cruzó de brazos y pensó un momento. Ojalá se hubiese tomado un curso de psiquiatría forense, se llegó a preguntar si la antipática Verónica era capaz de saber que pensaban todos solo con mirarlos. 

    ㅡ ¿No viste quién te la hizo? O con qué ㅡ volvió a preguntar, la menor negó con la cabeza. 

    ㅡ No creo que lo que vi sea real... tal vez sólo fue un mal sueño o una alucinación. 

    El hombre ladeó la cabeza, curioso e intrigado por su respuesta la cual, a pesar de haber sido murmurada, logró escuchar bien.

    ㅡ ¿Te cuento una historia? O bueno, un caso, ¿te cuento uno de mis casos, Allen? ㅡ preguntó, Crowe hizo una mueca de confusión pero asintió.

    Andrew se levantó un momento, se asomó por las rejas y miró de un lado a otro, después de acerco un poco más a la chica ahora sentándose en el banco junto a ella. 

    ㅡ Había una vez un joven, quería ser actor ㅡ comenzó, mirando una pared en vez de mirarla a ella ㅡ. Comenzó a obsesionarse mucho con el bosque y lo que pasaba en él... 

    La chica tomó una gran bocanada de aire y la guardó, ya veía por dónde se iba esto.

    ㅡ Entonces el chico desapareció, mientras su padre trabajaba fuera de la ciudad y no había nadie en casa ㅡ ahora, pasó a mirarla fijamente ㅡ. Esa noche alguien asesinó a la madre del chico y él desapareció sin dejar rastro. 

    Se miraron fijamente durante unos segundos, la chica sintió un nudo en la garganta. El hombre le dio la espalda.

    ㅡ La policía abrió un caso, se preguntaban... ¿cómo un simple joven pudo causar un asesinato tan sangriento por cuenta propia? ㅡ continuó ㅡ Encontraron en su cuarto evidencia de su obsesión por algo en ese bosque. Un ser, quizás. 

    ㅡ ¿Qué...? ㅡ tartamudeó mientras trataba de tocar su espalda ya cicatrizada ㅡ ¿Todos esos casos fueron... reales? 

    Andrew permaneció en silencio por un tiempo al notar que la chica tenía la mirada fija en él, estaba temblando, pero su rostro tenía una emoción extraña. No podía entrar en su cabeza y saber que estaba recordando.

    ㅡ Creo que hay más detrás de ese caso, y del tuyo ㅡ dijo rebuscando entre sus bolsillos su cajilla de cigarrillos ㅡ. Así que si me ayudas, Allen, podremos capturar a quien está detrás de todo.

    Ella pareció no escuchar, agachó la cabeza y miró un punto en la nada. Andrew le dio un momento, tal vez estaba procesando todo. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.