Sigo acostado en la cama, trato de entender lo que quiere decir el mensaje de la nota. La verdad no lo sé, ¿sacrificar? que quiere decir eso, ¿la muerte es solo un sueño imposible?. Algo se escucha en el techo, empieza a escucharse crujidos y caen pequeñas piedras y tierra del techo hecho de piedra. Los crujidos se hacen cada vez más fuertes y aparecen unos pequeños temblores que se hacen más fuertes cada segundo que pasa, me levanto de la cama, solo un pantalón viejo puesto.
Trato de mantenerme de pie mientras el techo se sigue desbonorandose, solo caen pequeñas piedras y más tierra del techo y de algunas paredes, al otro lado del muro se empieza a escuchar el sonido de una campana además de muchos pasos, voces y lloriqueos de niños. Me pego al muro mientras avanzo lentamente, los temblores se hacen muy fuertes lucho para no caerme, me acerco a la entrada de la habitación y veo afuera de la habitación. Hay muchas sillas, cobijas en el suelo, una pequeña fogata con una cacerola con lo que parece comida, al otro lado de esa enorme habitación está un pasillo por dónde salen mujeres, niños y ancianos, aún lado de la salida hay un soldado con un vendaje en el brazo y un rifle colgando en su espalda. Nota mi confusión, cruzamos nuestras miradas por unos segundos antes de decirme.
—Que esperas muchacho sal antes de que colapsen las catacumbas
Miro a mi alrededor por última vez antes de seguir a la multitud de personas asustadas, avanzamos por un largo pasillo hasta llegar a unas escaleras, miro a mis espaldas y aparecen unos soldados que me arrebasan para tratar de calmar a las mujeres y niños. Seguimos bajando por unos minutos las escaleras, terminan los escalones ahora llegamos a un enorme túnel, paso de ser unas catacumbas con paredes de piedras que te hacían sentir seguro a paredes rasposas y marrones de tierra y piedras con con trozos enormes de madera que soportan todo el peso de la estructura.La multitud se detiene la multitud al igual que el ruido, no logro ver nada solo las cabezas de las demás personas así como algunas antorchas que usan para iluminarse y quitarse un poco el frío. Siento que alguien me toca el hombro por mi lado izquierdo y volteo rápidamente. Es el caballero de hace un rato el que me dejó el papel con el extraño mensaje acompañado de varios hombres armados con espadas y algunas armas.
—Tranquilo muchacho ellos están bien. Van a un lugar más seguro, sígueme muchacho
Después de escuchar sus palabras lo sigo y subo las escaleras junto a el, acompañado de algunos otros soldados que van adelante y atrás de mi. De nuevo desaparece el silencio, ahora escucho las pisadas de nosotros subiendo por las escaleras, de vez en cuando trato de ver a esa misteriosa persona que está a mi lado. Es más imponente de lo que imagine, con su enorme armadura con un rostro muy serio, por alguna extraña razón me hace sentir seguro y que todo estára bien. Nos detenemos en medio de las escaleras, a mi lado izquierdo se ve una puerta vieja de madera y muy polvosa, como no la vi antes tal vez por la confusión del momento. Doy unos pasos atrás para no estorbar, el hombre barbón e imponente toca la puerta y está se entre abre de la cual sale un pequeño susurro que no logro entender.
—Tercer comandante del ejército rojo y unos de los emperadores del infierno
Después de escuchar sus palabras se abre la puerta, lo miro con extrañeza ¿tercer comandante? ¿emperador del infierno? quién carajo es el. El extiende su brazo para invitarme a pasar, yo avanzo lentamente y miro por primera vez el interior del lugar. Una enorme habitación bien iluminada con una enorme mesa en el centro con varias personas sentadas entre ellas está Daniel con todo el pecho vendado y a un lado se encuentra el contrincante del “tercer comandante del ejército rojo" es el hombre que me arrojo a la arena del coliseo vestido con un enorme abrigo de piel y otras dos personas desconocidas que conversan con unas expresiones de preocupación, en la habitación también hay algunos barriles y estanterías en las paredes, en cuanto pongo un pie adentro de la habitación interrumpo su conversación y sus miradas se centran en mi.
Uno de ellos un hambre bastante viejo con un largo cabello canoso, vestido con un traje verde muy peculiar con algunas “medallas”. Su traje está un poco descolorido pero parece portarlo con orgullo, se levanta con dificultad de su asiento apoyadose en un bastón, se dirige a unos de los barriles que hay en la habitación Daniel trata se ayudarlo a moverlo pero el anciano levanta levemente su mano haciendo que Daniel vuelva a su asiento, el anciano acerca lo más que puede el barril a la mesa y toma la silla en la que estaba sentado para ofrecermela.
— Siéntate muchacho tenemos que hablar
Me dice eso con una risa bastante alegre, el vuelve a su lugar sentándose en el barril que acerco con bastante esfuerzo.
—Roger siéntate muchacho te estábamos esperando
Miro a mis espaldas y veo al caballero del cual ahora ya se su nombre tomar un barril para sentarse a mi lado. Escucho la puerta cerrarse, ahora estoy sentado en la mesa con el anciano, Daniel, Roger y dos personas que aún son desconocidos. El anciano se levanta apoyándose con ambas manos en la mesa para tocar el hombro de la persona que me arrojo a la arena.
—Acnor trae un trago para nuestro invitado
Esta persona de la que por fin ya se su nombre solo asiente con la cabeza y se levanta para buscar algo en los estantes de la habitación. El anciano se vuelve a sentar y me mira a los ojos fijamente, sus ojos se vuelven brillantes con unas pequeñas flamas emanando de ellas pero estás se apagan al instante.
—Te has vuelto muy fuerte aunque aún no lo notas muchacho
Es lo que escucho salir de la boca del anciano, Acnor aparece a mis espaldas poniendo un vaso de vidrio enfrente mío sirviendo algo anaranjado en el de una botella de vidrio bastante vieja y un poco polvosa, le sirve lo mismo a todos antes de regresar a su asiento.
Editado: 17.09.2021