El Final Del Cuento De Hadas

02

La soledad me abrazó, tú amor me destruyó y el dolor se quedó 

—Mami, te amo, te extraño, no vuelvas a dejarme por favor—murmuraba Fran entre sollozos

—Nunca más mi amor—la abracé más fuerte

Estaba fuera del mundo en estos momentos. Solo estaba concentrada en mi hija y yo, en éste abrazo. Por momento me había olvidado que estábamos en casa de Patrick, arrodilladas en el suelo.

Levanté la cabeza, y vi a Patrick y Aurora sonreír con lágrimas en los ojos. Llorones. Pero que va, no los puedo juzgar si aquí estoy yo llorando como María Magdalena.

Giré la cabeza un poco más y vi que a nuestro encuentro iban llegando Alex y la amiga de Aurora, Aria. A ella le sonreí con agradecimiento. Sin ella, no estaría aquí en estos momentos.

Alex estaba en un completo shock, hasta se le había caído su comida al suelo. Una vez que reaccionó, vino corriendo hacía Fran y a mí. Se tiró encima de nosotras, aplastándonos en un gran abrazo en el suelo. Fran y yo lo único que podíamos hacer era reírnos y quejarnos. De repente, a éste gran abrazo se sumó Patrick y Aurora, ya no veo a nadie puesto que soy la primera que esta en el suelo, por ende, a la que más más aplastan.

—¡Salgan!—grité

Todos se rieron y uno a uno se fue levantando.

—Ay, pero que gruñona te has vuelto mi cielo—dijo Patrick con ironía

—Ja, ja, ja—dije mientras giraba los ojos—la próxima tu vas abajo, así sientes como todos tus intestinos se hunden y como de repente no tienes huesos

Todos se rieron, porque hacer esto es algo así como una tradición familiar. Cuando se extraña demasiado, demasiado a una persona, solemos hacer esto.

Estaba terminando de sacudirme el polvo de mi ropa, cuándo sentí unos grandes brazos rodearme. Levanté la cabeza y me dí cuenta que era Alex, así que también lo abracé haciendo que se relaje. Cuánto extrañé a éste maravilloso hombre.

Alex inhaló fuertemente y exhaló de la misma forma, haciéndome reír. Creo que nunca me había sentido más feliz como en estos momentos.

—Hey, muchachon, todos la extrañamos, todos queremos abrazarla, pero creo que la señorita necesita aire y espacio personal, ya que se lo hemos interrumpido—dijo Aurora haciéndome reír

—Oh, cállate ex gordis. Déjame disfrutar a mi piccola bionda en paz—<<Pequeña rubia>> en italiano

—Ex gordis tu prima, idiota—dijo Aurora haciendo reír a Patrick y a Alex

Aurora me tomó del brazo y me tiró, sacándome de entre los brazos de Alex, para luego guiarme por lo que creo es a la sala, a los segundos llegó Fran posicionándose a mi otro costado, y me abrazó por la cintura. 

Pasamos por la sala, así que bien, ahí no era dónde me dirigía. Luego pasamos por la cocina y llegamos al patio. Wow, sí que era inmenso. 

—¡Brad, mira quién está aquí!—gritó Aurora 

Todos los presentes se dieron vuelta. Habían tres chicos de la edad de Fran, supongo que son sus amigos. También estaba mi mamá, que al verme se le llenaron los ojos de lágrimas y se tapó la boca, un hombre algo mayor junto a ella. Luego a lo lejos, estaban Brad y Aiden. 

Brad al verme, se le iluminaron los ojos y dejó sus juguetes en el suelo, dejando a un muy confundido Aiden jugando. 

—¡Tía, tía!—gritaba Brad mientras venía corriendo a mí        

Me agaché para estar a su altura, y cuando estuvo relativamente cerca, se tiró a mis brazos, hundiéndonos en un abrazo. Llené de besos su cabecita pelirroja

—Te extrañé demasiado tía—dijo Brad mientras se separaba de mi y me miraba a los ojos 

—Yo también te extrañé demasiado mi bombón—dije sonriéndole feliz

Se me escapó una lágrima salvaje. Brad pasó con ternura su mano por mi mejilla, limpiándola.

 —¿Por qué lloras tía? ¿Acaso no estás feliz de vernos?—preguntó

—No mi cielo, ¿cómo no estaría feliz de verlos? ¿o de verte?. En estos momenros soy la persona más feliz del planeta tierra, pero con ése abrazo que me diste, puedo decir que soy la persona más feliz del universo—Brad sonrió feliz 

—Te quiero mucho tía—dijo antes de volverme a abrazar

—Te quiero más mi rey

Se separó de mi, me dio un sonoro beso en la mejilla y se fue a seguir jugando. Cuando me levanté, Aurora estaba abrazada a Patrick llorando. ¡Cómo llora ésta mujer!. Fran se encontraba con los ojos llorosos, abrazada también por Patrick

La siguiente en acercarse a mi, fue mi mamá. Con ella sí me permití llorar como una cría. Por que vamos, es mi mamá, la mujer en la cual en sus brazos me siento una niña de 15 años nuevamente, dónde me siento a salvo y a la vez, vuelvo a ser aquella inocente cría de cinco años que cree que no existen los monstruos solamente por que su madre lo dice. 



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En el texto hay: romance, misterio y drama, dolor y odio

Editado: 15.02.2020

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