“Perder a un gato, es como perder a un ángel de la guardia”
La Pluma
Kelly estaba tensa, no esperó ese mensaje, comía junto a su esposo en un restaurante y este le dijo:
—Buscaré trabajo aquí, para poder seguir adelante.
—Tranquilo no es de apuro, podemos volver después de todo tu padre tiene dinero, nos apoyará.
—¿Volver?
—Claro, volver, en New York está nuestra vida y mundo.
—Y está Brian…
Ella lo miró y le preguntó:
—¿Eso qué tiene que ver?
—Me parece que es abrir la herida para él.
Ella se pasó una mano por su cabello dorado y le dijo:
—Algún día tendrá que crecer, eres un CEO allá.
—Es cierto, lo era; sin embargo, lo que pasó no me dejó en buenos términos.
Ella entonces tomando su copa le dijo:
—Puedes retomar tu vida.
—No lo sé, prefiero evitar un tiempo ir hacia allá.
Ella quedó pensativa y esa noche recibió otro mensaje de Patrick:
“Le apostaste al caballo equivocado, Nena, Clark Burns está frito, su padre se acaba de declarar en banca rota y tu hombrecito no tiene un duro, Rosenberg, por el contrario, acaba de dar un paso para conseguir el contrato más sustancioso de Cats y Dogs, su fortuna es sólida y pronto aumentará… Así que batea bien nena, consígueme el maldito gato y te saco del hoyo”.
Ella se quedó asustada, no esperó nada de eso y cuando vio a Clark, le preguntó:
—¿Tu padre está en la ruina?
Clark le dijo entonces:
—¿Ya te enteraste?
Ella estaba boca abierta y le dijo:
—¿Por qué no me lo dijiste?
Se encogió de hombros y le respondió:
—Lo nuestro es amor…
¿Amor? Ella no se movía por amor, sino por intereses, no podía creerlo.
Mi gatito Fiu Fiu
Llevaba a Míster Fritz a la veterinaria y veía como perros y gatos estaban esperando, súbditos, ellos eran súbditos de sus mascotas, él no.
Vio a Abigail cepillando a un perro con esmero y le decía hermosas palabras y una anciana le dijo:
—Ella es la mejor de todas, deja a las mascotas preciosas, siempre le traigo a mi Caracolito.
El caracolito era un Teckel hermoso, se dio cuenta de que había personas que pagaban porque sus mascotas lucieran hermosas. Lo llamaron y él colocó la mochila y sacó al gato que se estiró, el chico que tomaba los signos vitales le dijo:
—¿Quiere que le den un baño?
—¿A mí?
El tipo lo miró con cara de que estaba loco, entonces cayó en cuenta:
—Para el gato, huele feo.
Y era cierto, entonces se lo llevaron y le hicieron el abc, pasó donde Abigail que lo cepillo y ella salió para devolvérselo:
—Está hermoso ahora, debes cuidar su higiene bucal, traerlo para bañarlo cada quince y que lo revisen una vez cada tres meses.
—Ok, ahora si hueles rico, cosa peluda.
—Está hermoso.
—Las cosas se parecen a su dueño, es igual a mí.
Ella se rio y le dijo:
—Cuídalo mucho, es un gatito hermoso y querendón.
—Ajá, yo también.
Ella rio y le dijo:
—¿Podemos comer juntos si deseas?
—Claro, después de que salgas de los peludos.
—Entonces pasó por tu casa.
Él se llevó al gato en su mochila y fue a preparar algo para la cena de esa noche, el gato estaba en el mesón de la cocina viéndolo ir y venir, entonces le dio un pedazo de jamón y el feliz lo devoró:
—Eso te gusta, loco.
Puso música movida y comenzó a bailar, hace tiempo que no lo hacía y el gato lo veía detenidamente:
“Estás loco, men”.
Comenzó a seguirlo mientras él giraba por la cocina y se tiraba a sus pies intentando cogerlo, entonces lo alzó y Míster Fritz comenzó a ronronear.
—Tienes un pequeño motor ahí dentro de la guata.
“No estoy gordo men, es amor acumulado”.
Lo dejó en el mesón y le dijo:
—Debo vigilar los filetes.
Se estaba ablandando, eso no lo concebía, estaba volviéndose loco por ese gato. Cuando Abigail llegó lo hizo con un postre helado de chocolate y le dijo:
—El chocolate es tu favorito, ¿verdad?