Me quedé estática en mi lugar, no quería moverme en lo absoluto.
Otra vez el ruido se escuchó, como si un mueble hubiese caído al suelo en alguna de las habitaciones.
—Hey, Linn, ¿escuchaste eso? — la voz de Hailee me hizo saltar en mi lugar.
—Si — le respondí —, ¿crees que lo hayan hecho a propósito?
—No lo sé, todo está siendo muy loco hoy.
Me senté en la cama y me giré hacia la de Hailee, ella ya estaba sentada, un poco de luz entraba por la ventana así que podía verla un poco.
Ella era seis años mayor que yo, era como mi hermana mayor que, aunque todas lo fuesen para mí, ella era la que más se preocupaba por mi bienestar.
Nos quedamos en esa posición, estáticas, esperando que algo volviese a sonar pero nada ocurrió.
—Quizás alguna de estas tontas se ha levantado al baño y se ha golpeado con un mueble — dijo Hailee pasando una mano por su rostro.
—Tienes razón, supongo que simplemente estamos alertas por lo de Támara.
Suspiré y me acosté de nuevo, no quería esas imágenes en mi cabeza, yo odiaba la sangre, por algo había escogido periodismo.
—Toc, toc.
Dos sonidos secos se escucharon en la puerta.
—¿Chicas? — una voz temblorosa hablaba del otro lado.
Para cuando logré sentarme, Hailee ya estaba llegando a la puerta.
—¿Están despiertas?
—Sí — respondió Hailee sin abrir —, ¿sucede algo, Ray?
Hubo un corto silencio que terminó de alertarme por completo.
—No, es solo que me desperté y no encontré a Juliette, ¿está con ustedes?
Hailee y yo nos quedamos viendo la una a la otra y entonces ella encendió la luz y de inmediato abrió la puerta.
—Se suponía que estaba contigo —dijo Hailee.
El rostro de Ray mostraba confusión. Me coloqué de pie y caminé hasta la puerta.
—No, me despertó un sonido, creí que alguien se había caído y al mirar a su cama, estaba vacía — explicó cruzándose de brazos.
—Quizás está en el baño — propuse.
—No, ya revisé.
—¿No está con Agnes? — repuso Hailee —, según recuerdo ella la iba a acompañar a su habitación.
Ray se quedó pensativa durante unos instantes, mirando a través del pasillo.
—No lo creo, es que lo extraño es que recuerdo que ellas entraron a la habitación — sacudió su cabeza —, tengo demasiado sueño, disculpen, ¿me acompañan a ver?
Miré rápidamente a mi compañera y esta asintió.
—Claro, vamos.
Las tres salimos de la habitación, la nuestra era la última y la de Ray la que estaba justo al lado.
Cerré la puerta detrás de mi al ser la última en salir.
—Ray, mira, la puerta de Támara también está abierta — señaló Hailee.
Esa puerta estaba casi a la mitad del pasillo, y efectivamente se notaba abierta a pesar de que no había luz encendida.
—Quizás fueron a la cocina para un bocadillo nocturno — hablé mientras avanzábamos.
Quise creer que era verdad pero algo dentro de mi gritaba que no lo era, el frío entraba a mi cuerpo a través de mis pies descalzos.
—¿Támara? — Pregunté asomándome por la puerta.
No recibí respuesta así que me adentré en la habitación y encendí la luz.
—Vamos a la cocina, deben estar allí — repuso Hailee colocando una mano en mi hombro.
—Quizás deberíamos ir a dormir, ellas seguro están comiendo — se quejó Ray.
—No, me has hecho levantarme de la cama, así que ahora quiero comer también — dije para cuando bajamos las escaleras.
—Con todo el desastre, ninguna pudo comer — Hailee miraba a todos lados como buscando algo —, deberíamos robarles de lo que preparan.
Asentí con la cabeza y abrí una de las puertas que daba a la cocina.