La mañana había llegado, un leve dolor de cabeza se hizo presente.
—Sera mejor que te des un baño. —dice Yeili quien me muestra una gran sonrisa.
—¿Por qué la sonrisa? —pregunto mientras me levanto de la cama.
—Tus ojos, los tienes achinados, se te ve gracioso. —confiesa mientras sigue sonriendo.
—Bueno, aún tengo sueño, supongo... —admito, no le cuento de mi pequeño malestar, por lo que solo camino hacia la ducha. —¿Qué hora son?
—Las 09.
—Gracias. —respondo, acto seguido cierro la puerta del baño.
—El grupo de Addy propuso que desayunemos todos en el primer piso.
—¿A qué hora?
—A las 09:30, aún estamos a tiempo.
—Ah, okey.
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Habían pasado 20 minutos, tanto Yeili como yo, estamos listos para dejar la habitación. Con las mochilas en las espaldas y con ropa ligera, empezamos a dirigirnos a nuestro desayuno grupal. Nuevamente cogimos el ascensor, este no mostraba cambios, era como si no hubiese pasado nada.
—Lo único que rescato de todo lo que paso, es que pase tiempo a solas contigo. —confiesa Yeili mientras salimos del ascensor.
—Si...
Al igual que ella, comienzo a bajar del ascensor, en eso, siento como el piso y las paredes se iluminan de golpe por unos pequeños instantes.
"¿Qué fue eso?"
Volteo para ver el ascensor y no muestra cambios. Me quedo mirándolo y una idea surge, es como si me dijera "adiós", como si se estuviera despidiendo.
"Gracias por tu ayuda, adiós."
Una sonrisa aparece en mi rostro al ver como el pequeño foco se prende levemente después de haber dicho esas palabras en mi mente.
Entonces comienzo a caminar, Yeili está a dos metros de distancia por lo que la alcance rápido. La miro un poco y veo que me muestra una pequeña sonrisa.
—No fue necesario detenerme. —confiesa.
Al parecer se dio cuenta.
—Fue una breve despedida, no hubo peligro. —respondo.
—Sí. —dice, mientras asiente.
Sin siquiera llegar a la recepción, los ruidos de todos, llegan hasta donde estamos.
—Una mañana amena por lo que veo. —comento.
—El asunto ya fue olvidado al parecer. —dice Yeili, refiriéndose al grito.
Dando unos cuantos pasos más, llegamos hacia la recepción, desde aquí se puede apreciar como todos están sentados en la gran mesa del comedor. Dando un breve vistazo, noto que somos los últimos en llegar; mi grupo ya está sentado, están cerca al medio, junto a ellos hay dos sillas vacías. No nos sorprende esto, pues es casi como una regla guardarnos los asientos. Des entre todos, también noto Juan, este está cargando una fuente grande, trayendo los pedidos; en ningún momento me presta atención, por ahora su principal preocupación es atender sus pedidos.
—¡Hey chicos, aquí! —grita Xochi, quien agita su mano y nos muestra una gran sonrisa.
—Vayamos. —dice Yeili.
Asiento, y continuamos. Con cada paso, el olor de las comidas se incrementa más y más, provocando que me de hambre al instante.
"Felizmente comeré pronto."
Finalmente llegamos a nuestros asientos; en esta ocasión, Santiago está con nosotros.
—¿Qué tal, alguna novedad Ax? —pregunta Jhonatan en voz baja.
—No, al parecer fue un falsa alarma... —respondo, aunque en el interior sienta un pequeño hincón, producto de la duda ante esta confesión.
—Ya veo, me alegra saber que nadie está en peligro. —admite.
—Yei, Ax, pidan su desayuno. —dice Asdy, antes de meterse un poco de pan a la poca.
—Sí. —responde Yeili. Por mi parte, solo asiento.
Entonces Yeili llama a Juan, quien inmediatamente se acerca.
—Buenos días señorita. —saluda Juan mostrando un agradable sonrisa.
—Buenos días Juan, quisiera pedir un pan con chicharrón y café pasado por favor. —solicita Yeili, quien le devuelve la sonrisa.
—Enseguida le traigo su pedido. —responde, entonces alza un poco su mirada y me pregunta. —Buenos días joven. —dice mostrando su agradable sonrisa.
—Buenos días Juan, quisiera pan con salchicha huachana y té de manzanilla, tibio por favor.
Me duele un poco la cabeza y por lo que sé, esa bebida ayuda por sus propiedades antiinflamatorias.
—Enseguida joven. —responde Juan, quien inmediatamente se retira.
—No puedo creer que él sea un tipo realmente malo. —confiesa Santiago, quien lo mira por unos instantes.
—Hasta un ángel puede ser cruel. —contesta Yeili.
—Esa sonrisa, es una pequeña ilusión que solo logras rosar, cuando chocas con él, sus verdaderas intenciones son reveladas. —digo en un tono un tanto serio.
—Ax tiene razón. —dice Asdy, quien empieza a coger su tasa.
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El transcurso del desayuno continúa en su total normalidad, a los cinco minutos de haber pedido nuestros desayunos, Juan ya los tenía preparado, por lo que no nos demoramos en alcanzar al resto.
"Su sazón es muy buena."
Aunque sé que él me quiere matar, aun así no puedo negar que es un chef increíble.
En eso, algo llama nuestra atención, todos en el comedor dirigen sus miradas hacia una persona en especial.
—Increíble, ya va por su sexto pan... —dice Freddy quien al igual que todos, se ha quedado sorprendido por el enorme apetito de aquel individuo, pues los panes que nos sirvió Juan son grandes, lo suficiente como para llenarte con dos o tres exagerando.
—Creo que es suficiente, luego no podrás caminar, acuérdate que iremos a la montaña. —dice Ana, quien está a su costado.
—Ja, ja, ja, estaré bien, solo quiero disfrutar de la buena sazón de Juan. —confiesa Abraham, mientras se mete otra bocanada de pan a la boca.
Su comportamiento extraño de anoche, se ha extendido hasta hoy, la manera extravagante con la que come, me hace compararlo con alguien que, después de tiempo, por fin a podido probar comida.
"¿Qué está pasando con él?"
—Si sigues así, llegaras a reventar. —advierte Addy, mientras suelta un suspiro.
Abraham, como si fuese que nadie le ha hablado, continúa con su festín.
Editado: 10.10.2021