CAPÍTULO 18: AGUJEROS(2da Parte)

Ha pasado cinco minutos desde que nos separamos, hasta ahora no hemos encontrado algún rastro que nos indique si Santi paso por aquí o si lo hizo algún otro miembro. Hemos seguido todo este tiempo en línea recta sin que algo fuera de lo normal suceda.

—Tomaré un poco de agua —dice Yeili mientras saca una botella de su mochila y ralentiza su caminar. 

No me había percatado, pero en su frente noto pequeñas gotas, como si estuviera transpirando. No puedo afirmar que sea por alguna enfermedad o si fue hecho de que hayamos subido esta montaña mas el estrés que recibió en el proceso. Saco un pañuelo y se lo entregó, ella me mira un tanto extraña así que le doy unos toquesitos en su frente, lo cual parece hacerle percatar y sonríe. 

«Supongo que tendré que darle un respiro».  

Saco de mi mochila una botella de agua y bebo, no es mala idea estar hidratado. 

—Axel, tengo algo que confesarte —su tono de voz es un tanto diferente. 

—¿Qué pasa? 

—Es sobre la anciana... 

«Otra vez la anciana...» 

—¿Qué pasa con ella? 

—Pues... mencionó algo mientras se marchaba, lo dijo en voz baja pero lo pude escuchar. 

—¿Mientras se iba?

«No recuerdo haber escuchado nada y eso que estaba cerca...»

—Dijo que: Deben castigar sus propios defectos... mi voz se desvanece... 

Ambos nos quedamos mirando por unos instantes. Por alguna extraña razón, trague saliva mientras escuchaba la primera parte, como si me estuviera aguantando las ganas de protestar.

—No sé lo que signifique, pero sentí como si hubieran golpeado mi ego cuando la anciana dijo eso —confiesa Yeili. 

«También le sucedió eh». 

—¿Qué defectos tenemos? —pregunto mientras miro a un costado, algo dentro de mí se siente incómodo haciendo esa pregunta, como si no fuera la primera vez que me lo dicen...

—¡AAAAAAH!

Un grito de dolor y espanto se hace presente en el túnel, pero al instante, este se apaga de golpe haciendo que todo vuelva a estar silencioso, como si no hubiese pasado nada.

«Es como si alguien hubiera callado al que gritaba».

—¡Santi! —decimos al unísono. 

Sin perder el tiempo, ambos empezamos a correr hacia donde creemos provenía el grito. Ambas linternas se mueven de manera brusca, pero aun así tratamos de mantenerlas apuntando al frente.

Sin darnos cuenta, habíamos llegado a una esquina, era la primera vez que el trayecto cambiaba desde que nos separamos, este seguía para la izquierda y para nuestra sorpresa, mas adelante se dividía en dos caminos, uno de ellos tenía luz en su interior y el otro estaba en total oscuridad; nos detuvimos en seco al estar cerca. 

«Me falta la respiración». 

La miro y noto lo mismo en ella. 

«No podemos quedarnos parados aquí... tenemos que actuar rápido». 

—Cuál esco— 

Mientras hablaba, unos pasos que provenían del camino que tenía luz hizo que me callara, sabia que quien estuviera allí, era el responsable, ya sea del grito o quien hizo que lo hizo callar... 

Ambos asentimos y empezamos a caminar hacia donde provenían los pasos. Estos se hacían más claros y se mezclaban con los de nosotros, a pesar de que tratábamos de hacer el mínimo ruido posible, no era del todo efectivo si queríamos llegar lo más rápido posible. Trato de adivinar con quien o que me encontraría mas allá pero me es difícil llegar a una respuesta. 

Mantenemos las linternas apagadas, pero sin guardarlas por si pasa algún improvisto.

Al estar en el nuevo pasadizo, dos figuras se hacen visibles, una de ellas nos sonríe desde lo lejos, mientras que la otra yace inmóvil en el suelo. La persona que está  de pie nos mira por unos segundos más y luego comienza a marcharse no sin antes soltar una pequeña risa.

La otra persona que vimos, tiene a su alrededor un charco de sangre.

De cabello ruloso y tez blanca, es Roxy del grupo de Addy, la pareja de Freddy. 
 

—¡¿Qué has hecho Abraham?! —pregunto exaltado.

Volteo a ver a Yeili, su mirada aún se mantiene fija en el cuerpo. Trato de avanzar, pero su mano toma mi brazo y aprieta con fuerza, aunque no me mira, entiendo que dice que me detenga. 

«¿Por que me detiene en un momento como este?, no es de reaccionar de ese modo, ¿acaso ella puede ver algo que yo no?» 

Me pregunto al recordar que en esta etapa ella será el objetivo. 

—¿Qué pasa Yei? Tenemos que auxiliar a Roxy y mas importante, ir detrás del asesino—aunque traté de sonar calmado, sé que fue todo lo contrario, mis nervios me empezaron a dominar y sueno alterado. Mi respiración está muy acelerada. 

Sin responder, ella comienza avanzar aun teniendo agarrada mi mano. 

«¿Trata de estar adelante?» 

Al darme cuenta de que de algún modo trata de protegerme, hago un cambio rápido en su agarre liberándome para luego tocarla suavemente y ponerme a su lado. 

—Vayamos juntos —le digo mientras la miro. 

—Está bien... —responde soltando una pequeña pero rápida sonrisa.

Aunque eso me tranquilizó, sentí como si hubiera cometido un gran error. Ambos nos miramos y para sorpresa mía, note en su rostro que ella también tenia esa sensación, entendíamos a la perfección de que ambos habíamos cometido un grave error. 

«¿Qué fue lo que hicimos mal?» 

En eso, las palabras de la anciana llegan a mi, haciendo eco en mi mente. 

«—Tienen que castigar a sus propios defectos». 

«¿Esto tiene algo que ver con mis... nuestros defectos?» 

Sin percatarme, habíamos llegado hacia el cuerpo. 

—¡Ah! —grita Yeili mientras se tapa la boca con sus manos y comienza a llorar. 

«No es... no es Santiago».

Y aunque eso me alegraba, sabía que no debía sentirme así. 

Al llegar pudimos confirmar de que efectivamente es Roxy, la basta sangre a su alrededor es porque su cuello ha sido totalmente destrozado, tanto que los huesos se podían ver a simple vista, era como si hubiesen querido arrancarle la cabeza utilizando solo la fuerza bruta. Unas fuertes náuseas hacen que mis ojos comiencen a lagrimear, haciendo que me den ganas de vomitar. Empiezo a respirar lo mas lento posible para calmarme.