El ambiente es dominado por gritos incesantes que aclaman mi nombre por la proeza que he realizado frente a sus ojos.
La Maestra y mis compañeros no dejan de sonreír, sin embargo esto debe controlarse, para esto la Maestra Agatha eleva su báculo y vuelve a golpear el suelo, solo que en esta ocasión agrega una onda de mana que se extiende entre todos los presentes provocando que el silencio reine de un segundo a otro.
Ella alza su báculo y señala en dirección a la clase S.
—Alumnos Bianca Solut, Anastasia Balan, Andy Thompson y finalmente, alumna Kala Razdan. Posiciónense junto al alumno Joseph Beckett y el alumno Guillermo Griffin.
Por un segundo lucen extrañados, pero comprenden que ellos son los únicos además de nosotros dos en haber completado con éxito la pista de obstáculos.
Los seis estamos posicionados uno al lado del otro.
—¿Recibirán alguna clase de premio? —pregunta en voz baja un alumno de la clase A.
—Supongo, después de todo fueron quienes completaron esta prueba —responde su compañero.
Ante sus comentarios el Maestro de la clase A los hace callar con solo una mirada penetrante.
—¡Alumnos del Primer Año, debo entregarles un comunicado! —Así que no era solo lo que sospechaba, hay algo más detrás de esta prueba —. ¡Esta evaluación no repercutirá directamente en su rendimiento académico. Por este motivo pueden estar tranquilos, esta semana tiene otro propósito! —Nos señala con su báculo —. ¡Escogeremos a tres de ellos para representarnos en la siguiente fase del Campeonato De Universidades!
Conque ese es el real propósito de esta evaluación.
—Es evidente que el Gran Guillermo Griffin estará dentro de los seleccionados —comenta una alumna de la clase C.
—El otro que también es seguro es el Príncipe Joseph —agrega su compañera.
—¿Quién será el tercero?
—Supongo que la Reina Del Hielo.
Reina Del Hielo es el apodo que obtuvo Bianca por su participación en la primera fase del Campeonato.
—¡Sin embargo! —exclama la Maestra Agatha provocando que todos vuelvan a centrarse en ella —. ¡Existe la posibilidad de que ninguno sea elegido!
Todos se sorprenden ante esa frase.
El Maestro de la Clase A, Bligder Zdul, se posiciona a un costado de la Maestra Agatha.
—¡Antes de que pregunten lo evidente. Si bien cabe la posibilidad de que ninguno sea apto, ellos son quienes poseen la base para lograrlo!
—¡Es como dice el Maestro Bligder, de entre todos los Alumnos, ellos poseen las aptitudes claves para ser jinetes!
Finalmente lo comprendo todo.
—¡Las clases de hoy han concluido. Aprovechen el resto del día como gusten dado que está prohibido el ingreso a las áreas de práctica y la Biblioteca estará cerrada! —Muchos sonríen aliviados ante esa noticia —. ¡Sin embargo no significa que deban holgazanear!
Sus rostros retoman la seriedad de antes.
Los Maestros de cada clase guían a sus Alumnos a los distintos arcos de piedra y como resultado solo nuestra clase sigue en este lugar.
—Bien Alumnos, abriré un portal para ustedes. Una Maestra los esperará para guiarlos. —dice la Maestra Agatha.
Irrumpiendo sin previo aviso Cryf alza su mano y grita a viva voz.
—¡Un segundo. ¿Qué ocurrirá con la celebración?! —grita despreocupado.
—Como estaba diciendo, una Maestra los guiará para que…
—¡No me ignoren!
Ante su reclamo, la Maestra Agatha lo observa fijamente.
—Alumno Humten, en estos momentos debemos centrarnos en una sola cosa. —Al ver que él gritará otra estupidez, decide aclararlo —. Tranquilo, la celebración no se cancelará dado que no tardarán más de un par de horas en corroborar sus aptitudes.
—¿Entonces la celebración que hemos planeado sigue en pie?
—Sí, nada ha cambiado.
—¡Bien!
Busco en mi bolsillo por un instante.
—¡Imbécil, atrápalo! —grito a Cryf.
Arrojo una llave que permite ingresar a mi hogar y él la recibe.
—La tengo… ¡¿Cómo que imbécil?! —vocifera —. ¡Hemos trabajado codo a codo en busca de los mejores manjares y me tratas de esta manera!
—Es por eso mismo que puedo llamarte imbécil.
—¡Eso no es justo! —Voltea y observa a los demás —. ¿No es cierto que eso es cruel conmigo?
Trata de buscar apoyo en nuestros compañeros de clase.
—Concuerdo con Guille —dice Cheli sin ninguna clase de duda.
—Tiene razón, eres un imbécil —agrega Áton.
—Si lo dice alguien como él es que tiene razón, eres un imbécil —corrobora Ieneos.
—Además de ser molesto e insoportable eres un imbécil —dice Ishni con su inexpresivo rostro.
—Realmente un desperdicio de…
Los insultos siguen y siguen, hasta que la Maestra decide intervenir.
—¡Suficiente! —esboza a viva voz y con ello los comentarios son silenciados, tose falsamente para tratar de retomar la tranquilidad —. Primero abriré el portal para que regresen a sus hogares personales, mientras preparen lo necesario para comenzar la celebración.