El gris también es un color

Capítulo 13: ¿Amigas o enemigas?

─¿Lía? ¿Qué haces aquí? ─ pregunté notablemente sorprendida.

─Lo mismo que tu, tontita; divertirme. Ven, vamos a bailar.

No tuve tiempo de pensar una excusa, pues Lía ya me había tomado del brazo y me había arrastrado hacía un grupo de gente.

─¡Chicos! ─Dijo alzando la voz haciendo que todo el grupo volteara a vernos ─Ella es Cassiel, es la novia de Ciro. Cassiel, ellos son Mike, Julie, Sara, Dylan y Zack. Todos somos compañeros de Ciro en la escuela. ─Nos presentó animada.

─Un gusto, pero debo irm...

─¡Así que tu eres la famosa Cassiel! Ciro no para de hablar de ti. ─me interrumpió un chico bastante alto. ─Me llamo Zack

Me hubiera molestado que me interrumpiera pero, siendo honesta, me hizo feliz escuchar que Ciro hablaba de mí.

─Si, no lo habíamos visto así desde hace mucho. Yo soy Mike ─ dijo un chico moreno, no tan alto como el anterior.

─Si, principalmente desde que Lía lo rechazó ─ dijo una chica rubia al tiempo que mi corazón daba un vuelco.

~¿Cómo dijo?~

─¡Sara! ─dijo Lía notablemente incomoda ─ vamos Cassiel, otro día te los presentaré mejor. ─dijo tomándome por los hombros y llevándome afuera.

Cuando salimos miré inquisitivamente a Lía.

─No es lo que piensas. Es solo que a Sara le gusta Ciro y tu no le caes bien. ─dijo con aires de inocencia.

─No me conoce, ¿Cómo puedo caerle mal?

Lía se encogió de hombros ─El amor es así.

~¿Amor?~

─Sobre lo que dijo, ─empezó a explicar ─ yo le gustaba a Ciro pero yo solo lo veo como amigo, además eso fue hace mucho.

Dude un segundo y bajé la mirada. ─¿Estás segura? ─dije en voz baja.

─¿Eh?

─Ciro no te gusta, ¿verdad?

─¡No! ─dijo riendo exageradamente ─Claro que no, él es solo mi amigo. Además, ─ dijo posando una mano en mi hombro ─también quiero ser tu amiga.

Creo que si me hubiera dicho que ella era en realidad un oso hormiguero disfrazado de humano  en una misión para vengar a sus ancestros me hubiera sorprendido mucho menos.

─¿Por qué? ─ fue todo lo que atiné a decir. Sé que es bastante descortés de mi parte, pero Lía era, literalmente, la última persona que esperaría que me dijera eso.

─¿Como que por qué? Porque me caes bien; eres lista, linda, simpática; eres como un angelito. ─ dijo poniendo sus manos debajo de su barbilla y ladeando la cabeza.

Era la primera vez que alguien decía cosas tan lindas sobre mí, ni siquiera Ciro lo había hecho, excepto lo de ángel, claro.

─Oye, gracias, no quería sonar maleducada pero me sorprendiste. ─ intenté no ruborizarme; obviamente, fallé.

─Descuida, tampoco era mi intención abrumarte, sin embargo creo que lo hice. ─dijo llevándose una mano a la cabeza. La verdad, me recordó mucho a Ciro.

─¡No lo hiciste! ─me apresuré a decir ─Lo que pasa es que no me dicen estas cosas a menudo así que no sé bien cómo reaccionar.

─¿Y tus amigos?

Un escalofrío recorrió mi espalda y recordé a Zoe. Tenía que hablar con ella.

─Escucha, tengo que irme, tengo que hablar con alguien.

─Oh, entiendo. ─dijo Lía decepcionada.

La miré, había sido tan amable conmigo; me sentí muy mal.

─¿Quieres acompañarme? Voy a buscar a una amiga.

El rostro de Lía se iluminó.

─¡Claro! ─dijo sujetándome del brazo.

Caminamos entre el gentío por lo que parecieron horas, pero no había rastros de Zoe y mucho menos de Brianna.

  ─Quizá ya se fueron  ─ Dijo Lía deteniéndose.

─¡No puede ser! Se suponía que me quedaría en casa de Brianna.  ─ Me quejé mirando al techo.

─ ¿Por que no te quedas con nosotros? Dentro de un rato nos iremos a casa de Mike. 

Lo pensé por un momento, pero una imagen de Brianna enfurecida porque me fui sin ellas atacó mis pensamientos.

─Creo que me quedaré, quizás aparezcan en un rato. Pero tú puedes ir con tus amigos.

─¿Estás segura?

─¡Claro! ─ Dije sonriendo genuinamente ─ Ya hiciste demasiado por mí. Gracias.

Lía me dedicó una cálida sonrisa.

─Si alguna vez necesitas algo, llámame. ─ Dijo sacando su celular ─ ¿Puedo agendarte?

En ese momento recordé que no había llevado celular porque no tenía donde guardarlo.

─No trajiste tu celular, ¿verdad? ─ Dijo Lía sonriendo de lado.

Negué con la cabeza ─ Pero puedo decirte mi número.

─Te escucho...

Le dije mi número al oído ya que el bullicio ni siquiera me dejaba oírme a mí misma.

─De acuerdo, te enviaré un mensaje con cuando estemos en casa de Mike, así tendrás mi número y sabrás que llegué bien.

─Está bien, y gracias de nuevo, me ayudaste mucho hoy.

De nuevo me sonrió y ésta vez sentí esa sensación de estar en casa, tan cálido y familiar.

Me quedé viendo a Lía mientras se alejaba. Quizá sí juzgo mal a las personas. Tal vez debería dejar de hacerlo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.