Los monjes y sacerdotes se arrodillaron a sus pies temerosos de sus lanzas y hierros ardientes
Para recibir el sacramento de la muerte
Como pequeña amapola creció en sus vientres
Y se extendió la injusticia entre sus débiles fieles
Traicionaron a su dios y cantaron al rey naciente
Las nubes oscuras navegan sin rumbo
Hasta oír el canto de muerte
Viajaron y se perdieron por el cielo
Las codornices cantaron y esperaron pacientes.