Éxtasis sin fin
Vinos y copas bajo nuestras manos
Las calles eran abrumadas por los alaridos,
De sollozos y regocijos
Los débiles, junto al rey
¡Ahora dictador!
Celebraban la muerte y la desolación
Lento, pero atroz
Éramos guiados a la peor de las muertes
Por inanición
Nuestra piel se abría y de ella brotaba un líquido blanco
¡Se siente a libertad!
Clamaban
La guerra, como el amor, es un valle de horrores.