Luke llegó lleno de sabiduría por todo lo aprendido con los pequeños. Cada uno tenía algo que enseñar, y su amistad era un bálsamo en aquellos tiempos.
Liria en un intento desesperado por destruir la fuerza oscura recordó una de las historias del abuelo.
explicó con voz temblorosa que su abuelo solía advertir sobre la peligrosa tentación de los "relojes místicos" de la cueva de cristal. En realidad no tenía la certeza de la veracidad de sus historias pero siempre al final de sus relatos la abrazaba fuertemente y acercándose a su oído Le decía:
"no es una historia, es la verdad"
El abuelo Le había contado historias sobre personas que, seducidas por la promesa de conocer el futuro, o posibles acontecimientos habían sacrificado sus más preciados tesoros, incluyendo personas amadas, y terminaron atrapadas en un ciclo de deudas perpetuas imposibles de saldar, y una vida destruida y solitaria.
Luke escuchaba con atención, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda al imaginar las consecuencias de enfrentarse a algo tan poderoso y peligroso. Sin embargo, una parte de él se sentía tentada por la idea de desafiar al destino.
¿Sería capaz de resistirse a la atracción de los relojes místicos?
En su interior sentía que debía hacerlo era la forma de enfrentar la fuerza oscura. Debía averiguar su parte vulnerable, (su talón de Aquiles) y no veía otra forma de encontrar la respuesta.