El sabor a hiel es intolerante, no puedo detener las náuseas que invaden mi estómago. He visto cosas más horribles que un simple cadáver dentro de un ataúd. Y no me he puesto así…las rodillas me flaquean, mi corazón late con rapidez y a pesar de eso, me siento débil. Nadie me advirtió que este tipo de situaciones no debo hacerlas propias, pero, creo que es imposible…es Lena la que está muerta…o eso…es lo que estoy viendo. Selene ha dejado claro que tampoco sabe que ha pasado con Lena porque ha sollozado mientras trata de convencernos que vayamos con ella.
— ¿Por qué debemos seguirte? —, cuestiona Dorian.
Creo que ahora las decisiones las va a tomar él, porque a Joshua no se le ve interés en involucrarse más. Sí él es un guardián del tiempo como lo dijo la mujer inesperada, ¿por qué se ve tan desorientado?
— Por Idriss y Lena —, contesta por segunda vez. — Él fue quien le dio la orden de matarlos a ustedes…y además también conspiró contra mi amiga. Incluso le divertía chantajearla…— Mira a mi hermano con tristeza. — Creo que alguien de la gracia de Dios hizo cabrear a ese maldito engreído para que quiera que se maten entre ustedes.
— ¿Quién? —, pregunto. — No recuerdo conocer a nadie con ese nombre…
— No sé —, se encoje de hombros. — Quizá Joshua en su labor de guardián…Tapemos este desastre…
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Después de cerrar el ataúd y rellenar la excavación, Joshua nos convence de ir con Selene. En el trayecto voy con Vergil, que ha estado muy silencioso desde hace rato. Si no fuera porque me percato de su presencia diría que no está aquí. Le he llamado un par de veces y sólo sus ojos negros me han contestado devolviéndome una mirada distraída.
Selene nos explica otra vez con más detalles, que es un guardián del tiempo, a que se dedica, cuáles son sus habilidades, de dónde provienen, porque existen, su sistema de depuración y lo más importante, no lo ha mencionado…muerdo mis labios antes de hablar, debo plantear bien la pregunta.
— ¿Lena está viva?
Selene me mira rápidamente, detiene el paso y muerde su labio inferior.
— No…De verdad el cuerpo que viste...es Lena. — Contesta dolida. — Después que Idriss le disparó y Angeal le advirtió que se fuera no volvimos a saber de ella…entonces fue cuando ambos la buscamos en su casa y todo estaba fuera de lugar…había mucha sangre y encontramos dieciocho tarjetas regadas en el suelo, las recogimos y anduvimos tras ustedes…luego recordé lo que Lena me dijo… así que descartamos la posibilidad qué alguien de ustedes la mató —, se encoje de hombros. —Es mejor hacerle creer a Idriss que ustedes le quitaron la vida a Lena o la tienen en sus manos, lo del ataúd es solo un señuelo que podrá no durar mucho tiempo…
—Y también le llevaron la tarjeta al padre de Lena? —cuestiono recordando el día de ayer.
Aún no puedo borrar de mi mente ese momento. Aunque mi intención es desviar el tema del disparo para que Joshua no pierda el control.
—No lo conozco…—responde. —Quizá…ella…
—¡Nos mintió! —grita Joshua, interrumpiendo. —¡Ese maldito nos mintió! ¡Cuando fui no había una gota de sangre!
—Josh—, suspiro. —Sabes perfectamente que no te mintió…
—¡Es actor! —exclama.
— Actor o no…sabes que no lo hizo…— rezongo. — Trata de centrarte…Tal vez las tarjetas son pistas para que la encuentres…— Miro a Scott. Mi hermano me observa y arruga la nariz.
— ¡Por enésima vez…! — reclama, — ¡no sé nada…!
— ¡Sí no lo sabes… ¿por qué robó tus tarjetas?! —, ataco —¡¿Por qué te incrimina? ¿Por qué tú?!
— Thomas… — Un puño se ha impactado en mi nariz. — Pedazo de animal…
— ¡Angeal!
Creo que me han roto el tabique. No sé quién es él que me ha golpeado. Si sabe mi nombre debe ser uno de ellos, pues estoy esturdido y con los ojos cerrados.
— ¡No debiste traerlos contigo!
— Angeal, baja la voz…
— Selene…se supone que debes matarlos…
— ¿Y tú quién eres? — pregunta Dorian con seriedad.
— ¿Debo responder a esa pregunta?
— ¡Sí! — exclama Dorian.
Mientras ellos se retan con la mirada y bufan en silencio, me acercó a Jarvis para que revise mi nariz. Mi hermano toma mi rostro entre sus manos y hace una mueca de seriedad, luego le indica a Vergil que apunté con la linterna en mi cara para poder observar mejor. Mi hermano mayor me encandila con la luz y cierro los ojos, Jarvis mueve mi rostro hacia la izquierda y después a la derecha.
— Estás bien —, susurra. — No tienes de qué preocuparte.
Suspiro aliviado. Me impresiona ver la estatura del sujeto que me ha golpeado, a lado de mí es un enano, igual que Scott, pero, su fuerza no la debo subestimar. Selene le coge de un brazo con fuerza y le llama por su nombre.
— Angeal…tranquilízate…sólo diles quién eres…
— No me digas… ¿Puedo cazarte por ser un guardián del tiempo? —, pregunta Dorian con sarcasmo.