Capitulo 15

Capítulo 15

– Argh.… – gimió del dolor, se tocó la frente sobándose cuidadosamente, tratando de calmar el dolor que ahora mismo sentía incluso el sentir como su consciencia despertaba en este cuerpo, pudiendo mover de nuevo cada parta de sus extremidades. – ¿Qué ha pasado? – pregunto a la oscuridad que parecía no tener fin.

Sin embargo, no obtuvo respuesta. La oscuridad era una finita infinidad, el negro era el dominio de este desconocido lugar, sus ojos se sentían cansados, su cuerpo demasiado debilitado, se curaba gracias a su extraña habilidad de regeneración, pero de manera lentamente, si continuaba así tardaría como mínimo 7 días, a menos que mataras animales y su propia espada absorbiera la sangre, otorgándole una mayor regeneración, aunque en este momento estaba demasiado debilitado y herido.

 Mientras su factor curativo estaba sobrepasando los limites, debido a que estaba tan forzado por un motivo de supervivencia. Así que, en sí, tener el cuerpo debilitado y en fatiga, sin contar la sed que sentía, era debido por ese factor curativo.

– ¿Cuánto ha pasado?... – se preguntó el guerrero, dejando que su voz retumbara en la vacía cueva, con sobreesfuerzos se pudo levantar y con la ayuda de su arma que usaba como como un bastón comenzó a caminar hacia una dirección, donde había una luz que extrañamente iluminaba los caminos que debía tomar para salir de esta mugrosa oscuridad.

Camino, aguantando el insoportable dolor que recaía sobre su cuerpo, terco se mantuvo de pie, caminando sin que nada lo detuviese. Hasta que frenó de golpe, seguido de eso, logro sentir un suspiro poderoso y caliente, lo cual hizo que su cuerpo se tensara.

– ha…. Un guerrero… herido – susurro una gélida voz acompañada de una notable maldad, y el silencio reino sobre la cueva – buscando su propia identidad, su pasado… que lastima – susurro de nuevo, abriendo lentamente sus ojos, dejando ver unas pupilas similares a la de un dragón mientras sus ojos azules profundos relucían en la finita infinita oscuridad.

Sin embargo, antes esta situación Khaos no contesto, en silencio fijo su mirar hacia los luminosos ojos del desconocido ente que tenía enfrente.

– Un hombre de pocas palabras… que… aburrido – continúo respondiendo con lentitud, alargando innecesariamente el eterno silencio mientras tanto la oscuridad poco a poco se desvanecía, de pronto, la incesante oscuridad fue abatida instantáneamente por una poderosa llamarada. Quien lo causo, no era nada más que la misma entidad que veía al guerrero.

– ¿Eh? – fue lo único que pudo decir el guerrero, algo sorprendido, pero también miro con suspicacia a la entidad que era un dragón, o eso supuso, después de todo no lo veía en esa oscuridad que parecía ocultarlo de él. No pregunto, solo se inclinó, y le agradeció, seguido de eso, se fue por el camino que “dragon” abrió para que pudiese salir de esta interminable cueva.

Con una mirada estoica y curiosa, vio como poco a poco la figura de aquel guerrero desparecía a medida que avanzaba sus pasos, hasta no quedar rastro de su presencia, ni huellas de sus pasos, algo que era extraño, pero considerando que este mundo está plagado de seres desconocidos no lo sorprendería tanto. 

No obstante, soltó un cansador suspiro, aun en la cueva, iría cerrando sus ojos, aquel resplandor que sus ojos una vez desprendieron, se desvaneció. El brillo de sus pupilas se extinguió y su comenzó a desvanecerse como si de polvo se tratase, hasta desaparecer completamente de este mundo. Vivo o muerto, nadie sabrá la repuesta.

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Lugar desconocido. Bosque.

Una joven corría con prisa a través del bosque, cada vez era más notorio su respiración agitada, parecía que escapa de algo o alguien, pero aun así la joven continúo corriendo, no importándole el hecho de tener su pierna derecha perforada por un cuchillo, tal vez no se lo saco para no perder la cantidad de sangre que salía por el metal, pero de pronto.

El bosque se paralizo, no hubo ningún ruido existente que rodeaba el bosque, todo parecía ir en cámara lenta, hasta que, un poderoso rugido resonó por el bosque, y todo volvió a la normalidad, tras sentirse ese poderoso rugido, la chica no evito taparse los oídos, esta vez se pudo ver el notorio temor en mirada, inconscientemente miro atrás y pudo distinguir, una figura bípeda, corriendo entre los arbustos, escociéndose en segundos a medida que avanzaba.

Sin retroceder, la muchacha se mantuvo corriendo, sin embargo, algo inesperado sucedió. Mientras ella huía, vio un hombre con la mitad de su armadura, mas no vio su cara por la velocidad que corrió y también porque estaba concentrada en huir de esa bestia.

Por otro lado, el guerrero corrió hacia la bestia. Perdido en sus pensamientos, se puso en posición de combate.

Has cambiado… Khaos….

Mata…. Mata…. Mata

Poco a poco en su mente comenzaron a surgir extrañas voces que le incitaban matar, recordar quien era, el saber qué cambio, nada de eso sabia, debido a la pérdida de su memoria, se alejó de las personas, gran parte de su personalidad estaba sellada, no era más que un cascaron vacío. Un alma sin vínculos importante, una máquina de matar.

Mientras esperaba a la bestia que se acercaba a una velocidad impresionante, pudo distinguir a través de su gélida mirada como varias figuras que extrañamente parecían ser familiares para él, pudo observar como lo rodeaban, no obstante, no sabía si eran reales o eran ilusiones que su mente creaba, siendo que tal vez, estaba colisionando con su actual mente, mejor dicho, con sus actuales recuerdos. Pero el tiempo fue cruel, ya que no pudo seguir pensando, luego de que las figuras modularan palabras.

– Toca despertar, Khaos. – susurro con una suave voz, una mujer anciana, tomando suavemente la mano del guerrero que empuñaba la espada. Sonriéndole con amor, la anciana observo fijamente sus ojos. Lo que causo que este, se calmara un poco. Sin embargo, no pareció entender lo que la anciana quiso decir.