Mi sueño no duro mucho ya que fui despertado por José.
-Julio despierta, alguien vino a verte-grito José.
-no quiero-dije para mí mismo.
Yo ya sabía quién era la que estaba en la puerta estaba obvio que era Carla, quería dejarla afuera, pero sabía que ella no iba a parar hasta poder verme.
-rápido ella no estará todo el día en la puerta-grito un poco enojado.
José se equivocó en eso ya que yo sabía que Carla pasaría hay incluso hasta un día entero esperando hasta que yo salga.
-está bien-le grite enojado con él.
Me vestí tan rápido como pude para que José no me siguiera molestando, baje las escaleras y abrí la puerta.
- ¿qué quieres ahora? -dije enojado.
Ella solo se me quedo mirando para después ponerse a llorar.
Carla ya me estaba hartando demasiado últimamente se la pasaba molestando día y noche no me dejaba vivir.
-te vine a ver porque estaba preocupada por ti-dijo gritándome.
Después de gritarme ella se dio media vuelta y se fue alejando lentamente pero antes de que saliera de mi vista me acerque y le dije -lo siento, no quería hacerte llorar- dicho esto le agarre la mano para que no se aleje más, de repente la abrace y ella no me negó el abrazo.
-lo siento por haber venido así de la nada, pero de verdad me tenías preocupada-dijo llorando.
-ya tranquila, sé que tu intención fue buena, pero no debiste haber venido sin avisar-dije con una voz tranquilizadora mientras le acariciaba el cabello.
-oigan hagan esas cosas en un lugar más privado-grito José burlándose de esa situación incómoda.
Yo aparte a Carla de mí para así cruzarme de brazos y voltear la mirada para no verla la verdad me sentía un poco incómodo por saber que José nos seguía observando.
-bueno van a ir a algún lugar o que-dijo José burlonamente.
-no lo sé, eso pregúntaselo a Julio-dijo Carla animada.
-Julio no vas a llevar a Carla a otro lugar para que puedan hablar-dijo con un tono burlón.
-si claro-dije enojado con José.
La verdad no sabía a donde llevar a Carla, pero antes de darme cuenta le agarre de la mano para así salir de camino a cualquier lugar.
Mientras tanto con José.
-bueno será mejor que me vaya a vestir para la cita que tengo con Romina el día de hoy-dije para mí mismo.
Me puse una camisa roja, un jean y unos zapatos cafés y Salí de mi casa para encaminarme a la cafetería para encontrarme con Romina en cuanto la vi sentí como si estuviera hipnotizado por lo hermosa que se veía Romina en la noche.
-hola, José-dijo con amabilidad.
-hola, Romina-dije un poco sonrojado.
Ya me estaba poniendo un poco nervioso porque tenía preparado decirle lo mucho que la amo en esa cita.
-mira tengo que ser breve-dijo con preocupación-mi padre me impidió salir en otra salida de amigos contigo-
Esas palabras me dolieron en el alma, yo trataba de enamorar a Romina desde hace un tiempo, pero la palabra salida de amigos me dolió y también el hecho de que su padre le impidiera salir conmigo.
-bien entonces hagamos que está última salida sea la mejor-dije amablemente.
-creo que ya no podremos, mi padre ya me está esperando en el auto- dijo llorando.
En este momento empecé a perder mi cabeza porque un padre le impide ser feliz a su hija porque un padre impide que su hija salga con un “amigo” en ese momento se me ocurrió de seguro que no fue su padre de seguro que se canso de utilizarme como un juguete.
-así que solo viniste para decirme que nunca más podremos vernos-dije enojado y a la vez triste.
-no es eso-dijo tratando de tranquilizarme.
-entonces que es solo viniste hasta aquí para verme sufrir-dije sollozando-tú me gustabas y quería pedirte hoy que seas mi novia, pero ya veo que solo me utilizaste-
-no es eso yo solo…-dijo tristemente.
Ella intento abrazarme, pero yo la empuje y Salí corriendo hacia el bosque llorando, después de un rato de haber estado llorando decidí salir cuando una extraña luz me atrapo y me elevo hasta estar al punto de las nubes y ahí fue cuando la vi, una nave espacial me atrapo y…
Mientras tanto con Craig.
Estaba jugando a las cartas con otro amigo hasta que vi a Mauro pasando por ahí y lo invité a jugar con nosotros, el acepto y pasamos horas jugando, apostando dinero hasta que mi amigo se tuvo que ir, pero Mauro y yo nos quedamos jugando un rato más.
-eres muy malo jugando esto-dijo Mauro.
-lo importante es divertirse no-dije de modo burlón.
-si claro amigo-dijo amigablemente.
Pasamos horas jugando hasta que nos tuvimos que ir, yo tuve que dirigirme a mi casa y Mauro a la suya como ambos vivimos muy cerca fuimos caminando hasta la casa de Mauro hablando de cualquier cosa.
-bueno yo me quedare un rato afuera de mi casa a ver a quien le puedo robar-dijo amigablemente.
-si claro amigo-dije con un tono amigable-bueno yo también me tengo que ir a mi casa así que nos vemos otro día-
Pero cuando me iba dirigiendo a mi casa veo que una luz me empieza a elevar de la tierra yo me asuste.
-Mauro ayúdame que me absorben-dije tratando de no reírme.
Mauro vino rápidamente a ayudarme, pero a lo que intento salvarme también se lo llevaron a él, me desmaye un momento del susto.
-Craig despierta-dijo una voz.
-somos nosotros-dijeron esta vez dos voces.
Yo me desperté para ver que José y Mauro eran aquellas voces.
-que paso-dije asustado.
-no lo sé-dijo José.
-al parecer a mí me absorbieron primero-dijo José de manera seria.
Yo me reí de lo que dijo porque yo soy de esas personas que se ríen de cualquier cosa.
-no te rías pendejo este es un momento serio-dijo Mauro enojado.
-está bien, está bien… un segundo José tu como llegaste aquí-dije intrigado.
Mientras tanto con Gustavo.