Jessica
Desperté con el sonido de las voces de Terry y Joshuad cantándole una dulce canción del día de las madres a Irina.
Cerré los ojos para volver a dormir pero no podía, se oían tan lindos los dos.
Día de las madres otra vez, ya debería estar acostumbrada al que vacio que siempre siento se intensificara en estos días, tengo justamente 3 días que no hablo con Joshuad él pobrecito debe de estar sintiéndose muy mortificado, pero él no hizo nada malo, nadie me ha hecho nada malo pero no puedo evitar sentirme mal en estas fechas.
Saqué mi diario y busqué un lápiz, cada año este diario se mantiene igual, miré la foto de mamá.
¿Por qué me olvidaste?
Me levanté de la cama y me miré al espejo, aún no me acostumbraba a tener el cabello corto, se preguntaran, Jessica ¿por qué diablos te cortaste el cabello?, simplemente quería verme diferente, Joshuad me decía que me hacía ver más vieja.
Quizás eso necesitaba, madurar, dejar de aferrarme a una ilusión y dejar de comportarme como una niña pequeña, aceptar de una vez por toda la realidad y soltar. Se oye fácil pero no lo es, no puedes eliminar los recuerdos como si nada, tarde o temprano volverán a ti.
Miré la foto de mamá y yo que estaba pegada dentro del diario.
Siempre serás mi pequeña.
Con amor, tu madre.
Siempre me he preguntado si los seres humanos somos masoquistas por naturaleza, nos aferramos a alguna cosas aun sabiendo que nos hacen daño.
Volví a poner la foto en su lugar y me levanté de la cama, anoche me dormí sin bañarme, me sentía súper pegajosa y si no salga aunque sea por 1 hora el día de hoy, mi padre creerá que caí en depresión y me mandará al psicólogo.
Cuando estaba terminado de cambiarme la puerta se abrió o mejor dicho la abrieron Joshuad y Terry habían venido a traerme el desayuno.
—Hola
—Ya casi iba a salir, por cierto cantaron muy bonito—Joshuad y Terry se miraron.
—Jessica…—dijo Joshuad
—Estamos preocupados por ti—dijo Terry completando la frase
—Tranquilos hermanitos, estoy bien.
—No lo parece—dijo Terry—tienes días que casi no hablas, te cortaste el pelo y no quisiste acompañarnos en la serenata a Joshuad y a mí, tú no eres así Jessica.
—Terry tiene razón Jessica, tú no eres así—cogí la bandeja con el desayuno y lo puse en la mesa de noche, luego le di un beso en la frente a Terry y uno Joshuad.
—Estoy bien, que me cortara el pelo no implica que esté teniendo problemas, Terry, si no quise acompañarlos en la serenata es porque tengo mis motivos, y no pido que me entienda, solo quiero que me crean cuando les digo que estoy bien.
—Somos tus hermanos, sabemos cuando no estás bien—dijo Terry
—Son mi medio hermano y mi hermanastro, créeme no me conocen tan bien, eres demasiado maduro para tu edad Terry, tienes la suficiente inteligencia para entender lo que digo—Terry frunció los labios.
—Cuando se te pase lo ridícula, me avisas—dijo Terry bajando las escaleras molesto—Joshuad entró a las habitación y le puso el seguro a la puerta.
—Sal de aquí, Joshuad.
—Necesitamos hablar, tienes que hablar.
—No quiero hablar.
—amor, me preocupas… ¿todo esto es por tu mamá?
— ¿Qué sabes de mi mamá?
—Hablé con Annie, me dijo que te diera tu espacio, que cuando estuvieras lista me contarías, así que vine a preguntarte, ¿estás lista?
—No puedes entrometerte así en mi vida.
—Pues déjame informarte que si puedo, soy tu novio, tu hermano y tu mejor amigo, así que estoy en todo mi derecho.
Me quede callada, no podía discutirle eso.
—Además, te extraño en las noches—me senté en la cama y él se sentó a mi lado.
—Sé que he estado distante, mucho en realidad, pero ninguno de ustedes tienen la culpa simplemente soy yo la que no puedo superar el pasado—Joshuad tomó mi mano.
—Pero yo quiero ayudarte a hacerlo—lo abracé y luego recosté mi cabeza en su hombro.
—Cuando yo era niña tuve una infancia muy feliz, corría, bailaba mi mundo estaba lleno de colores hasta que cumplí 10 años, mi madre comenzó a sufrir una enfermedad se le olvidaban las cosas, su número, su nombre incluso su propia familia; tratamos de ayudarla, los tratamientos daban resultado a veces, pero ella fue empeorando, despertaba nos veía y se ponía histérica, lloraba y decía ¿Quiénes son ustedes?...una tarde estaba sentada en el patio y me llamó
Flashback
—Jessica, hija, ¿puedes venir? —Me acerqué a ella—ven, siéntate a mi lado—me senté a su lado y ella empezó a hablar—El día que naciste fue uno de los mejores días de mi vida, te veías tan frágil, tan pequeña, tan indefensa, con los ojos cerrados y los puñitos apretados, me enamoré completamente de ti, siempre serás aquella pequeña bebé que cargue en mis brazos aquel día. Sé que a veces despierto siendo otra persona pero quiero recordarte que te quiero con toda mi alma, siempre serás mi hija Jessica, siempre.
#38 en Joven Adulto
#1138 en Novela romántica
amor prohibido, hermanastros, confesiones secretros y amistad
Editado: 15.05.2020