Capítulo 35 : Róbame y no me devuelvas. *Capítulos finales*

Desperté con la luz del sol en mi rostro.

— ¡Amor! , ¡Amor!

— ¡Estoy en la cocina! —me envolví en las sabanas y me dirigí a la cocina.

—Buen día amor.

—Buen día, te estoy haciendo el desayuno—lo abracé por detrás.

—Espero que no quemes tus panqueques esta vez.

—He estado practicando.

El celular de Joshuad empezó a sonar.

—Es mamá, se molestó porque no fuimos a dormir.

— ¿Crees que se aparezca por aquí?

—Probablemente, es tu cumpleaños, le dije que iremos en un rato.

—No, estoy tranquila aquí.

—Dan ganas de robarte por un rato.

—Róbame y no me devuelvas, perdámonos en el fin del mundo.

—Conozco un lugar, ¿vamos?

— ¿Ahora?

—Sí

— ¿Lo estás diciendo en serio?

— ¿Crees que podamos manejar las consecuencias?

—Ya tengo 18, no pueden usar eso en mi contra, además por ti vale la pena coger riesgos.

— ¿y la ropa?

—Créeme, si tu y yo nos perdemos no necesitaremos ropa—Joshuad se movió un poco para ponerme a su lado y darme un beso en la frente.

—Me encanta este lado de ti.

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Nos detuvimos en el supermercado, no me sentía muy presentable con la camisa de Joshuad y estos shorts pero qué más da.

 —Echa todo lo que quieras, tenemos un largo viaje por delante.

—Todo.

—Sí, todo, llena ese carrito…iré a retirar dinero del cajero.

Lo primero que hice fue buscar un bote de helado de chocolate, de repente me imaginé bañada en él y Joshuad quitándomelo a mordiscos.

Alejé esos pensamientos de mi cabeza, tengo que controlar mis fantasías.

— ¿Jessica?

— ¿Tomás?

—Hola, linda—lo saludé con un beso en la mejilla— ¿Cómo has estado?

—Bien, ¿y tú?

—Bien, ¿tu hermano está bien?, mi mamá me contó que lo encontraron allá.

—Sí, solo fue algo del momento, tu sabes la rebeldía y eso.

—Sí—Tomás se quedó viéndome  con una media sonrisa—Es bueno reencontrarse con viejos amigos ¿Me das tu número?, para mantenernos en contacto.

Lo pensé por un momento—Sí, pásame tu teléfono—guardé mi número en su lista de contactos—Listo.

—Perfecto—le sonreí, esto se está volviendo incomodo para mí.

— ¿Ya tienes todo amor? —Joshuad se puso a mi lado—Tomás…Hola.

—Joshuad… ¿escuche mal o le dijiste amor?—preguntó Tomás sorprendido. 

—No, escuchaste bien, Jessica es mi novia.

— ¿Tu novia? —asentí

—Pero, ¿Cómo? ¿Por qué?

—Son cosas que pasan, un gusto en verte Tomás—Respondí

—El gusto fue todo mío—empujé el carrito hacia adelante y Joshuad caminó conmigo con una mano en mi hombro.

— ¿De qué tanto hablaban?

—No seas celoso Joshuad, solo me estaba saludando.

—No soy celoso, solo cuido lo que es mío.

—Hermosa tu frase de instagram, tranquilo ya estoy atada a ti—dije mientras movía la mano donde tenía el anillo.

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—Amor, good girl, linda. —abrí los ojos

—Mmm

—ya llegamos.

— ¿Llegamos?

—Sí, llegamos—me quité el cinturón y al salir vi que el suelo estaba lleno de arena— Dónde est…. Wow.

—Bienvenida a nuestro fin del mundo.

—Estamos en la playa.

—En nuestra playa—miré la casa de dos plantas que estaba detrás de nosotros.

—Te iba a traer aquí  en nuestro segundo aniversario, pero como no se pudo, aproveché esta oportunidad.

— ¿De quién es la casa?

—De papá, venimos aquí cuando teníamos vacaciones.

—Así que está es la famosa casa en la playa que Terry tanto mencionaba cuando era niño.

—Sí, esta es…ven, vamos a entrar las cosas.

Después de acotejar todo en la nevera, Joshuad y yo nos miramos.

— ¿y ahora qué hacemos? —pregunté

— ¿Qué quieres hacer?

—Quiero bañarme en la playa, pero también quiero comer, pero también quiero ver pelis contigo, quiero hacer muchas cosas. Pero, pero, pero pero, debiste decirme adonde nos perderíamos exactamente porque creo que en este caso un poco de ropa si es necesario.

—Al subir la puerta en la segunda habitación a  mano derecha hay un regalo para ti.

— ¡Más regalos!

—Sí, sube, yo prepararé algo de comer.

—segunda a la derecha—Joshuad asintió y yo subí las escaleras, entré a la habitación, la decoración era azul y blanca, las almohadas de la cama eran en forma de almejas de color salmón y las sabanas de un azul turquesa, encima de esta había una caja envuelta en un papel dorado que no dudé en abrir.