Z I A R A
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Por la bola de cristal observaba como Styx conversaba con Diana de forma muy animada y note como la diosa tocaba el vientre plano de la princesa. Cerré mis ojos para no arrojar la bola contra los árboles y pedí ver a mi madre, ella se encontraba en la cama de un hospital profundamente dormida. Guarde la bola de cristal repitiendo en mi mente una y otra vez que estaba haciendo todo esto por mi madre.
– ¿estás seguro de que tu hermana no dejara escapar a Diana? – pregunte a Tátanos mientras me abrazaba para no sentir tanto el frio de la noche. Era el segundo día que pasaba en este bosque y aun no confiaba mucho en Styx porque me parecía algo persuasiva.
– mi hermana no la dejará escapar solo se encargará de cuidarla – el pelinegro puso más leña a la pequeña fogata que encendió y se sentó a mi lado pasando su brazo por mis hombros.
Desde que llego Tánatos no me dejo sola en este bosque porque no quería que enfrentara sola a Apolión y los demás que vinieran a ayudarlo para liberar a Diana. Apoye mi cabeza en su pecho y escuche los latidos de su corazón el frio de la noche dejo de sentirse. Cerré por un segundo mis ojos para descansar y la paz que había sentido se esfumo cuando Cronos hablo de nuevo en mi cabeza.
– hija de Caronte mi nieto aparecerá para recuperar a su novia debes entrégale el mensaje que te dejo Styx y déjate lastimar – mi cabeza dolía como si me hubiera golpeado el cráneo repetidas veces contra el suelo. A mi lado Tátanos intentaba comprender que me estaba pasando, pero no podía hablar por el dolor que tenía en la cabeza solo podía llorar.
Tras el dolor abandonarme seque mis lágrimas y abrace mis rodillas esperando que todo esto acabe de una vez y regrese a mi vida normal. Quería volver a molestar a Hypnos, enfurecer a Tánatos por hablar con otros chicos y hacer enojar a mi padre por decirle que es un viejo feo. Solo quiero que esta horrenda pesadilla acabe ahora es cuando extraño ser acosada por Tánatos y que él me mande a hacer sus mandados estúpidos de asustar personas por diversión. El dios de la muerte me alzo en sus brazos y acunándome como si de un bebe se tratara me hizo dormir sin tener esas horrendas pesadillas que me atormentan durante las noches.
Al despertar encontré tres pares de ojos viéndome de manera amenazante y antes de que pudieran hacer algo me puse de pie. Tánatos continuaba durmiendo en el suelo, usando mis poderes golpeo a Apolión y salgo corriendo para dejar fuera de todo esto al dios de la muerte. Frente a mi cae una manzana dorada que explota lanzándome hacia atrás dejándome completamente desorientada en el suelo. Los pasos llegaron a mi sin darme oportunidad a defenderme, pero aun así logre ponerme de pie y lanzar un golpe contra Helen. Mas bolas oscuras aparecieron en mi mano y ataque a Alida quedando frente a Apolión.
– no quiero hacerte daño Ziara solo dime ¿dónde está Diana? – dolía escuchar cómo se preocupaba por ella, ambos se querían mutuamente y yo quedo condenada a amar a la muerte por el resto de mi vida, pero él no lo hará conmigo. Furiosa comencé a lanzar mis poderes contra el gritando con desesperación soltando toda mi ira contra quien no lo merecía, Apolión. Las otras dos chicas se levantaron para ayudar al príncipe y juntos combinaron sus poderes para lograr atacarme. El golpe dio justo en mi pecho y me lanzo volando hacia atrás golpeando mi espalda contra un árbol. Un zumbido se escuchó en mis oídos, pero justo antes de perder la conciencia saque el papel que me dio Styx dejándolo en el suelo.
Recupere la conciencia abriendo los ojos para ver que estaba de nuevo en la cabaña y Tátanos estaba tomando mi mano mientras que Styx caminaba de un lado a otro soltando insultos en griego antiguo. La otra persona que se encontraba a mi lado con gasas y alcohol en las manos era Diana, para mi asombro ella me estaba curando las heridas. ¿Por qué ella es tan buena conmigo?
– si Tánatos o Styx te obligaron a curarme puedes dejar de hacerlo – aparte las manos de la castaña, no quería que me hiciera sentir aun peor por secuestrarla estando embarazada y encima de todo que me cure a la fuerza.
– ellos no me pidieron nada solo quise hacerlo – volvió a pasar las gasas con alcohol por mi cara y curándome en silencio ella acabo con su trabajo para luego irse. Minutos después Styx sale dejándome sola con el dios que mantenía su mano aferrada con fuerza a la mía.
– te mantuve en este plano por que no puedo perderte Ziara aún no hemos terminado con todo esto y tú no puedes dejarme no ahora – apretó más el agarre de mi mano y beso mis dedos manteniendo sus ojos cerrados. Mi corazón comenzó a bombear porque alguien se preocupará tanto por lo que me pasara y una lagrima se escapó al igual que un sollozo ahogado de mis labios. Ya no aguantaba más las últimas semanas había estado bajo mucha presión, el no saber si mi madre moriría o seguiría con vida a cada segundo que pasaba me estaba volviendo loca. Jamás debí volver a buscar al príncipe del inframundo, Tátanos tenía razón cuando dijo que él estaba mejor sin mí, pero siguiendo a mi corazón termine metiéndome en un enorme lio.
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Editado: 17.04.2021