A L Y S A
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Ya estoy grande para meterme en este tipo de situaciones, pero la adrenalina es una droga algo adictiva y peligrosa. Enciendo la moto haciendo rugir el motor desde la línea de salida, mis competidores están igual de concentrados que yo, pero solo uno lograra ganar esta carrera y esa seré yo. La bandera roja se alza sobre una de las torres, luego suben la amarilla y por último la verde acompañada de un disparó al aire. A toda velocidad salgo de la línea esquivando competidores que nos les agrada mucho que avance. Estas carreras son algo agresivas cuando hay dinero de por medio y un paso en falso puede llevarte al cementerio.
Llegamos a los barriles que debemos esquivar en zigzag y dar la vuelta a la derecha para proseguir con la carrera. Tercer lugar no es mala posición, pero con eso apenas gano unos míseros mil dólares. Apretó el acelerador a fondo y paso al segundo puesto. Ahora se vienen las columnas en llamas y el esquivar las bolas de construcción que te pueden hacer viajar lejos con tu motocicleta. El conductor del primer lugar es lanzado hacia un costado por la bola de demolición y yo paso a quedar en primer lugar. Acelero al salir del sitio peligroso y ya puedo ver a la gente en la línea de meta. Otros competidores vienen muy de cerca intentando tirarme de mi vehículo, pero yo soy más lista y antes de que me patearan acelero y los hago chocar entre ellos. Cruzo al fin la línea frenando mientras soy rodeada de personas malas que me adulan por haber ganado.
Me quito el casco dejando al descubierto mis cabellos morados y busco con la mirada a mi novio. Artemis por más que no le guste que corra en las carreras siempre me acompaña para que no me pase nada malo. Buscando entre las personas veo al dueño de las carreras y quien maneja el dinero de las apuestas del sitio, me entrega mi paga por ser ganadora.
– buen trabajo Violeta si buscas a tu noviecito está cerca del grupo de la Roca, pero tranquila que lo tengo vigilado – me coloco el casco nuevamente y enciendo mi moto para que los demás abran paso y me dejen pasar. Como tenia pensado me dejan salir y conduzco despacio hasta el sitio de la roca que no queda muy lejos de donde estoy. Apago el motor y sin bajarme de la moto subo el plástico de mi casco que mantiene mi rostro cubierto.
– Violeta magnifica carrera la tuya – de entre un montón de hombres con chaqueta de cuero y caras de mafiosos sale el famoso corredor "la Roca", en sitios ilegales como este jamás es bueno rebelar tu nombre nunca se sabe cuándo puede haber un policía infiltrado entre nosotros.
– no es necesario que me alagues con tus insignificantes palabras yo no soy buena soy la mejor. Ahora deja a mi novio en paz si no quieres que me enfade tu no quieres verme enojada – mis ojos cambian al rosa sorprendiendo al hombre que da un paso hacia atrás con sorpresa. Cuando lo veo cerrar sus ojos cambio a mi color de ojos natural y veo como el hombre no se cree lo que estaba viendo. Soltando una risa observo a los otros tipejos que miran nuestra escena expectantes hasta que veo a Artemis con esposas en sus manos. Mi sonrisa se borra y viendo a los ojos a mi novio no veo temor, sino que veo seguridad.
– sáquenle las esposas – ordeno la Roca viendo a sus compañeros que obedecieron a su orden. Artemis permaneció estático en su sitio sin mover un solo musculo, bajando el vidrio de mi casco enciendo la moto acelerando delante del hombre. Las llantas comenzaron a generar humo y antes de que alguien haga algo Artemis corre hacia mí subiendo en la motocicleta.
– acelera – grito mi novio aferrándose muy fuerte de mi cintura. Soltando el freno comienzo a manejar metiéndome por callejones y sitios oscuros buscando huir de mis persecutorios. Bajando la velocidad escucho las sirenas de la policía yendo al callejón donde se realizan las carreras. Apretando el agarre en mi cintura Artemis se mueve viendo hacia atrás y me hace señas de que no viene ningún policía tras nosotros.
Continúe nuestro camino acelerando un poco tratando de llegar rápido a la casa. Pedía a Zeus que no fuéramos arrestados todavía teníamos que cenar con mi querida suegra y mi mamá. La cena de compromiso que habíamos marcado llego y me escape para tener una carrera, tener un golpe de adrenalina antes de enfrentar a dos diosas que prefieren no compartir la misma mesa desde lo que paso en la guerra de Troya. Tampoco es como que le agrade mucho a Atenea ella considera que soy inmadura para estar con su hijo y que en algún momento de la vida voy a matarlo con mis problemas y locuras.
– perdón baby no sabía que esto pasaría – hable en cuanto llegamos a la casa y la moto quedo aparcada frente al garaje. Artemis no dijo nada y se sentó en las escaleras de la entrada viendo al cielo. Palmeo con su mano a su costado para que me sentara con él y sin decir nada lo hice mirando el cielo donde se podía ver con claridad la constelación de Orión.
– uva ¿sabes por qué te elegí a pesar de que todos estaban en contra de nuestra relación? – negué con la cabeza tenia mis sospechas de que él no me dejo por ser bonita o porque era más fácil estar conmigo que era su mejor amiga que estar con otra persona que le sea desconocida. – vamos tu siempre sabes que decir – me animo tomando mi mano para verme un par de segundos con sus hechizantes ojos de chico bueno.
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Editado: 17.04.2021