El hijo de la mafia

Capítulo 3

Gibrael

Me encuentro en una de las cabañas de mi padre esperando a Rouse

—Por un demonio, ¿¡por qué se demoran tanto!? ¡¡¡Math!!! —Llamo al jefe de seguridad, de seguro el sabe por donde vienen. Esperar no es lo mío y menos si es para hablar con la persona que he investigado por tanto tiempo y aunque sí, conozco gran parte de su vida no sé cómo va a reaccionar a lo que le voy a decir.

Remuevo el contenido de la copa y me lo bebo de un sorbo. Paso las manos por mi cabello y tiro de él hacia atrás

Dejo la copa sobre la mesa provocando eco en la sala

—Math carajo!! — Digo al borde de perder a paciencia

—Señor— Abre la puerta de golpe.

Me levanto de la silla en su dirección—¿Dónde están? Debieron llegar hace 5 minutos

—Están en la entrada al parecer la chica tuvo roce con el chofer

Me aprieto el puente de la nariz— Luego me ocuparé de él— Resoplo con hastío

—Ajá, sí, claro déjenlos pasar. — Le escucho hablar por el micrófono. Espero su respuesta mientras muevo la pierna en desesperación— Ya están aquí señor.

—Que pase, pero sólo ella. — Dejo en claro. Sirvo más vino en la copa y le doy una calada al cigarrillo para luego aplastarlo.

Me levanto de la silla para ver el paisaje que rodea esta cabaña mide poco más de 2 hectáreas. De pequeño me gustaba venir por aquí tenía un riachuelo que usaba de escondite para guardar las armas de juguete que me regalaba mi padre.

Viejos tiempos…

A mis espaldas escucho la puerta abrirse— Toma asiento. —Digo mientras veo como el contenido de la copa rojea.

—Estoy bien así-  Le doy una última mirada al paisaje para voltearme. Dejo la copa sobre la mesa y me siento. La miro con el ceño fruncido, intenta parecer serena, como si este fuera su territorio y en parte era así, se crío con un hombre que estaba lejos de ser “un padre normal”

Le causo curiosidad y debo admitir que el efecto es mutuo… hay algo en ella quizás, los colores en sus ojos. Es interesante de ver.

-Bien. Disculpa la bienvenida, la caballerosidad no es lo nuestro- Aunque es cierto, quiero excusar de alguna forma lo que hizo David, el chofer.

Voltea los ojos y se cruza brazos. No cariño, a mi no. – Primero no vuelvas a voltearme los ojos- Levanta una ceja y relame sus labios…¡Por un demonio no hagas eso! Ya es lo suficientemente difícil estar aquí para decirte esto.- Segundo te trajimos aquí porque hemos pasado meses investigándote a ti y a tu familia, sabemos que tu padre no es un contador jubilado, sino quien vende drogas en el lado este del país. Tú encubres su negocio bajo la fachada de una editorial que creció de la noche a la mañana, raro ¿no?

Mis palabras penetraron en ella más de lo que me quiere demostrar

—Fue con esfuerzo, trabajo duro y un préstamo de banco, tengo pruebas de ello- Dice desafiante.

¿Crees tener los ovarios para engañarme? No lo creo.

—Claro… Como digas— Espeto sarcástico. El punto aquí es que te conozco bien y sé de qué eres capaz

—¿Hacer qué? — Pregunta con recelo

—Tu padre y el mío—Comienzo a hablar— se podría decir que son…Enemigos el tuyo acapara más del 70% de la cocaína que se distribuye en el país y el mío se queda con el 30%

— Eso no es sorpresa, ve al grano

—Vendrá un cargamento pesado y mi padre le ha puesto el ojo. — Le digo viéndole fijamente

Se cruza de brazos—A qué quieres llegar.

—Te daré el 15% de las ganancias si pasas por alto ese cargamento dado que tú eres la que revisa que entra y que no a la bodega, cier….

No me deja terminar porque como una recién salida del psiquiatrico me grita:

—¿¡Me estás pidiendo que lo traicione!? Porque si te estás escuchando, no?

Me escucho perfectamente señora escandalosa

Tenso mi mandíbula—Pedírtelo sería que lo debes considerar, pero no te lo estoy pidiendo te estoy diciendo lo que va a pasar y tu no podrás hacer nada al respecto de lo contrario— Hago un ademán pensativo— ¿Cómo se llamaba? —Comienzo a jugar con su paciencia— Genneviv,¿cierto?- Me mira desafiante

Da un paso en mi dirección acusándome—No te atrevas a tocarle un pelo porque tendrás serios problemas conmigo y con todo el puto cartel- Otra vez vuelve a gritar

Juro por mis muertos que si lo vuelve a hacer le coseré esa linda boquita

Una sonrisa ladina curva mis labios. Luce realmente caliente enojada, me gusta.— No esperaba menos de ti. Pero no te traje para que me amenaces, sino para que cumplas lo que te digo y créeme que esta no será la última vez que nos veamos

—¿Por qué estás tan convencido? — estoy casi seguro que si tuviera un arma, cuchillo o lo que sea esto se convertiría en una puñetera carnicería humana.— Ella nunca está sola ¿Qué te hace pensar que puede estar en peligro?

Suspiro con cansancio— Cuando a mi se me mete algo aquí- Toco mi frente- No hay quien me lo quite, la vida de tu hermana está en tus manos, tú decides. Me recuesto sobre la silla viendo que la duda se debate en su interior.

—No tengo por qué decidir nada. Ni si quiera sabes en qué continente está

—Asia, Corea del Norte.- — Saco mi celular y le muestro una de las fotos que mi contacto capturó—Al parecer sí sé dónde está.- Digo con suficiencia. —Ni intentes alertar a nadie donde ella dé un paso fuera de nuestro radar está muerta. Ahora bien, el cargamento llega en 15 días ya sabes qué hacer.

Traga grueso y relame sus labios.—Sabes que tenemos un código y no voy a romperlo. No puedes convertir esto en un mierdero por unos dólares

Esto no es por dinero

—Es más que eso Rouse tú no lo entiendes, pero igual le concederé 15 días, así que piénsalo. Ganamos todos— Guiño un ojo en su dirección— ¡¡Math!!- Grito dando por terminada la reunión

— A sus órdenes señor

—Llévala a casa, tiene mucho que pensar. — Le miro con un ápice de culpa.



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En el texto hay: misterio, mafia, accion

Editado: 10.11.2021

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