Me mantuve allí, sentado en aquel tren con la mirada fija hacia la puerta del mismo. ¿Quién era ese chico? Estaba seguro que lo había visto en alguna otra parte, ¿Por qué estoy llorando? No lo sabía, al verlo me había entrado una gran felicidad, pero al mismo tiempo me había inmovilizado ¿Por qué? Había visto que él también estaba llorando ¿Quién eres chico desconocido?
Miro hacia el techo del tren, haciéndome la misma pregunta de siempre ¿Por qué?
Una luz roja y brillante comenzó a hacerse visible en mi mano, miro hacia allí y me doy cuenta que se trataba del hilo, regresó pero... ¿Por qué? En esos minutos que estuve procesando la respuesta había demorado en llegar, tal vez porque mi mente seguía divagando en el rostro del chico al que vi minutos atrás.
¿Y si?... no puede ser. Me levanté rápidamente del asiento, y me bajé en la primera parada que hizo en tren desde que yo estoy allí. Mi corazón se encontraba realmente acelerado, me estaba basando en una hipótesis, pero si era cierta, no dejaría perder la oportunidad.
El hilo desaparecía cuanto más me acercaba a la persona que tiene la otra parte del mismo, volvería a esa fiesta y encontraría a esa persona, pero... ¿Cómo diferenciarla de los demás? Podía perfectamente encontrarme con esa persona y no reconocerla por el simple hecho de no poder ver el hilo.
Espero unos minutos hasta que pasa el tren del lado contrario y me lo subo al mismo. Suspiro pensando en qué haría, no podía simplemente entrar a la fiesta. Necesitaba un plan, pero ¿Cuál? A penas sabía solamente eso del hilo, y no estaba totalmente seguro del mismo, tal vez solo se había desvanecido porque sí y apareció ahora porque... no sé.
No duró mucho para bajarme del tren y correr de nuevo hacia la fiesta, estaba la posibilidad de que esa persona continúe allí, y cuando entré, lo comprobé con mis propios ojos. El hilo desapareció por completo, no estaba más, esa persona debía estar cerca.
Caminé hacia la cocina de la fiesta moviéndome entre la multitud, y cuando llegué a la misma, me di cuenta que no estaban Hiroshi y Midori. Mi corazón por alguna razón se encontraba completamente acelerado, y aunque esté buscando en aquel lugar a la persona que tiene la otra parte del hilo, mi mente divagaba en el rostro del chico del metro.
-¿Takeshi? -Preguntó alguien a mis espaldas, era una voz femenina, y no era la de Midori.
Giro sobre mis talones y veo una chica que a decir verdad era bastante linda, traía puesto un vestido que llegaba hasta el mismo lugar que el de Midori, su cabello estaba suelto y puesto en uno de sus hombros. Aunque mi pregunta realmente aquí era ¿Quién era ella?
-Sí, ¿y tú eres...? -Pregunté tratando de no ofenderla por no reconocerla, ella en cambio me sonrió.
-Tranquilo, no me conoces, mi nombre es Natsuki, es un placer -Dijo aún con la sonrisa en su rostro-. Si estas buscando a Midori ella se irá con nosotros, mi mejor amigo no se siente bien, la llevaré a su casa en mi auto y luego iré a llevar a mi amigo a su casa.
-Tranquila, no vengo a buscarla a ella, si es mejor ni le digas que vine, por favor -Pedí, ella asintió y se dio media vuelta yéndose de la cocina.
¿Y ahora? Me pregunté una y otra vez, tal vez lo mejor sería salir de aquella cocina y buscar por toda la fiesta a alguien, alguien que me haga sentir diferente... no sé. Las probabilidades de encontrar a la persona que tiene la otra parte del hilo que nos use son casi nulas, podría mil veces cruzarme con esa persona y terminar estando con otra.
Todo sería más fácil si pudiera ver el hilo aún estando cerca de esa persona... pero ¿Cómo? Me pregunté una y otra vez. Dejé de pensar en aquella pregunta cuando una luz volvió a aparecer en el dedo meñique de mi mano, no puede ser.
Corrí hacia las afueras de la casa siguiendo la dirección del hilo, pero ya no había nadie más, esa persona estuvo en la fiesta y yo perdí mi oportunidad de conocerla, ¿o si la conocí?
Miré hacia todos lados, pero ya no había nadie, se había ido, y lo peor es que ni siquiera sabía quién era la persona que tenía la otra parte del hilo del destino, pero sí sabía algo, estaba cerca, y la encontraría sin importar cuales eran las consecuencias.
Me bajo del tren y comienzo a caminar de regreso a mi apartamento por las cuidad de Tokio. El sueño está presente en cada paso que doy, no he dormido casi nada y en unos minutos va a aparecer el sol. La fiesta a la que fui me dejó totalmente agotado, pero un poco feliz, aunque no sabía el por qué, solo que ver el rostro de aquel chico en el metro me dejó algo inexplicable. Ver a un desconocido y sentirte feliz por haberlo hecho es lo más extraño del mundo ¿o no?
Al llegar al hotel camino hacia el ascensor y entro al mismo, toco el botón del numero de mi piso y las puertas se cierran, haciendo que el ascensor comience a subir. Llego a mi piso, me muevo por el pasillo y abro la puerta de mi habitación con las llaves, entro y cierro la puerta.
No duré mucho para ir a mi dormitorio y caer rendido en la cama, vaya fiesta, enserio me dejó totalmente exhausto, tanto que cierro los ojos en unos segundos y caigo dormido, aunque lamentablemente eso no duró mucho. La luz del sol entró por la ventana y abrí los ojos, me levanto y camino a la misma sintiendo todo mi cuerpo pidiéndome a gritos que me quedara allí, muevo las cortinas para que la luz no entre y regreso a la cama.