El hilo rojo

Capítulo 12

Capítulo 12.

Visitando a mi suegro. Parte 1.

Las noticias estabas por estallar después del encerramiento de Jack, había decido ir de vacaciones donde mis futuros suegros, se lo había prometido a Zack así que estábamos sentados en el avión privado de la familia de Zack los niños estaba dormidos uno en los brazos del otro. La niña estaba encariñada con él, todo el día paso jugando con ellos y al parecer ellos no se molestaban todo lo contrario, parecía encantados con él. Estaba feliz y lo llamaban papá; mire a Zack dormido con mi pequeña en su pecho arropado con una sábana, él no era malo, no sabía mucho de él. Pero sabía que sería su esposa pronto, no había necesidad, pero lo pensé mis hijos necesita un padre. Uno que este con ellos que le enseñe lo necesario, mi amor no era suficiente mientras vayan al colegio existe una posibilidad de que le hagan matoneo por no tener un padre.

Eso nunca, mis hijos merecen el mejor papá del mundo uno que los quiera y los adores, ellos no merecen lo mismo que me paso a mí, Zack se ha encargado de demostrar el amor de un padre. Que no tuve, miré a mi niño estaba despierto mirando a Zack y a su hermana.

--¿Quieres ir con papá y tu hermana? – pregunte mirando sus ojitos verdes. El asintió sin problema, aparte la manta que tenia. Lo ayude acomodarse con Zack el cual se movió para darle espacio a él. – Pórtate bien, voy a buscarte algo de tomar.

Daniel le gusta los jugos naturales desde que tenía un año y medio, sobre todo el de naranja, siempre llevo uno en la mochila por si le apetece. Miré la mochila de mano que llevábamos, lo encontré. Al volver vi como Dany jugaba con el cabello de su hermana que lo lleva un poco largo, la cual ponía mala cara por perturbar su sueño, sonreí; saqué una foto de los tres y la compartí en el grupo familiar que tenía con mis familiares cercanos, al poco tiempo los mensajes llegaron, riéndose de Zack y de lo cansado que lo había dejado los niños, creo que la pondré de protector de pantalla.

--Amor toma, deja de jugar con el cabello de tu hermana menor – Dany solo sonrió un poco, se tomó su jugo en silencio mientras se acurrucaba en los brazos de Zack; el cual se había despertado con una sonrisa en sus labios.

--Pensé que me estas llamando – sonreí, por lo general siempre está haciendo comentario de esa clase, tan picaros. – para papá no hay jugo.

Hizo un pucheo, fue adorable, casi caigo; pero Dany le dio un poco del suyo. Como que me sorprendió ya que él no le da a nadie ni a su hermana. Tengo que regáñalo para que le dé. Sonríe; una imagen de padre es lo que necesita mis hijos, el hombre que está a mi lada es el que necesito conmigo. Secretamente le saqué una foto y la subí al grupo de la familia los cuales estaba como yo de sorprendidos. Sus raciones fueron muy divertidas, me quitaron un poco de nervios.

--¿Qué haces?, amor. – me pregunto con curiosidad, le mostré el por qué mi sonrisa de burlona. Mientras tomaba a mi pequeña que se había despertado, mire su cara la cual estaba igual que la mía sonriente. – Tu familia eso muy divertido.

--¿Quién es la reina de mamá?, mum; tu, verdad… - mire a Daniela que aun esta adormilada, me levante con ella a buscarle algo de fruta para que comiera mientras aterrizáramos, cuando se despierta por lo general tienen hambre. – Mi familia, son muy divertidos… pero aterradoramente sobreprotectores con los niños hasta conmigo… tu tiene una hermana y me imagino que la celabas sin más.

--No la celaba, la protegía es otro cuento – miro a Dany el cual estaba a punto de dormirse, estos gemelos tienen el reloj con destiempo, se despierta uno y se duerme el otro. – por lo general son así de dormilones.

--No, es cuando están en un avión; siempre se pasa cambiando cuando se despierta uno el otro se duerme. – le sonreí.

--¿Los has sacado del país antes? – me pregunto.

--Me mantenía moviéndome de un lado al otro los últimos tres años de mi vida hasta que me establecí   en Nueva York, mis hijos iban y venía conmigo donde fuera.

 

***

La mire sorprendido por lo que me decía, por eso no lo encontré, era claro que no permanecía mucho tiempo en un solo lugar, la mire jugar con Daniela. Ambos tenían el mismo nombre no me imagino el dolor de cabeza que tendremos cuando los llamemos que aparezca el que no es. Sonreí con diversión ya que aún me falta camino para ganarme su corazón. Quiero unir todas las piezas, quedarme con ellas y proteger el corazón de Mi Celeste y el de nuestra familia. El avión estaba aterrizando pronto estaríamos con mi familia. Mi hermana estaba tan ansiosa que cuando revise mi celular ya tenía más de 56 llamada y 80 mensaje de texto. Que exagerada ni que me fuera a escapar. No lo podía negar quería a esa enana con todos sus defectos, Celeste miro el celular en su cara mostro una simpática sonrisa y en sus ojos podía leer. Será ella quien te protegía y te celaba, ja. Niño de hermana.

--Es un poco intensa, amor, pero cuando la conozca te encantar mucho más que yo – le ayude con Daniel que aun seguía dormido, parece un oso invernando.

--No lo dudo, amor. – sonrió. Golpe bajo, ahora me preocupa que mi hermana me quite a mi prometida.

El auto estaba esperándonos al bajarnos del jet, a Jaime esperándonos afuera, él era el esposo de mi hermana, el único que no pude espantar y hasta ahora sigue fiel a su palabra de amar a mi hermana como un loco, a parte somos mejores amigos desde la infancia al ver me sonrió con esa sonrisa de hermano cuando vuelve a casa. No me salió como lo hacíamos ya que tenía a Daniel en brazo, pero al verme con él me sonrió orgulloso.




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