El hilo rojo

Capítulo 16

CAPITULO 16.

El rostro de Celeste lo sostenía las manos de Zack que se mostraba desesperado para que le creyera, Celeste miraba como Zack la miraba un sentimiento de seguridad se instaló en ella, sentí que cualquier problema, Zack estaría con ella ayudándola, el miedo y la preocupación estaba en sus ojos, pero la tristeza era el brillo que opacaba ese color que tanto lo caracterizaba, se veía tan vulnerable en ese momento. Es como si le quitara la más parecido para él.

―¿No podrías haberlo dicho antes? ― pregunto con cierto alivio en su interior.

―No tiene el valor de decirlo hasta ahora, sé que si te decía algo me alegaría de ti y de los niños, Celeste; te he buscado por estos tres largos años, cada vez que me acercaba a una pista de un momento a otro desaparecía. ― Zack unio su frente con la de Celeste, dedicandole una mirada a su ojos.

― ¿Qué fue lo paso esa noche? ― la voz de Celeste salió nerviosa, de tan solo pensar que su primera vez quedo en manos de este hombre la hacía sentir aliviada y seguir viviendo.

Zack suspiro de tan solo recordar esa noche su cuerpo se prendía, sus ojos se detuvieron en los labios de Celeste después a sus ojos, no quería asustarla, así que sentaron en el sofá. Les sonrió con calidez; la mira esperando que se sentara al frente de él. Le comenzó a relatar como llego a su casa.

Tres años atrás, aquel día llegue a mi mansión que se lo había cedido a un amigo para que descansara, pero el decidió hacer una fiesta, la cual fue tu fiesta de despedida, no le preste atención a la fiesta, solo quería descansar. Al entrar al cuarto; estaba tirada en mi cama, pensé que estabas dormida, así que solo me fui al baño y me hace, tomé un largo baño para relajar un poco.

Al poco entraste tu desnuda…

―Tengo mucho calor, por favor ayúdame. ­― su voz era muy seductora,

Zack al mirar sus ojos notos que estaba bajo los afectos afrodisiaco, tomo una toalla; la enrollo en su cintura mientras la ayudaba a llegar a la bañera, la cual estaba vacía, sin saber el nombre de la chica, la ayudo a meterse en la bañera, abrió el agua fría para que el calor de su cuerpo bajara un momento. Tomando su celular y le marcaba a su médico.

―Buenas noche, joven 

― ¿Cómo puedo confrontar los afrodisiacos en el sistema? ― pregunto un poco irritado.

­―Sexo, si no puede bajárselo con agua fría o ejercicio, es importante que sude; joven, sino se hace algo a tiempo su cuerpo se vuelve como una bomba de tiempo, más ahora que hay una nueva droga, llamada paraíso violeta, que al entrar al sistema se vuelve un…­― las palabras que decía en doctor no terminaron.

Celeste la había quitado el celular de las manos, lo miraba con ojos, aquellos ojos que le suplicaba con impaciencia. Los brillos de ellos eran poco comunes en la ciudad, le transmitía tranquilidad.

―Lo siento, pero no tendré intimidad contigo sin tus cinco sentidos. ― la volvió a meter en la bañera, pero Celeste, se colgó de su cuello.

Gimió en el hueco del cuello ―Por favor, ayúdame.

Celeste sentía que su cuerpo iba explotar, la temperatura se subía, y su parte intima palpitaba dolorosamente, que era una tortura, su cuerpo temblaba de la excitación que sentía, su mente no podía pensar claramente, en ese momento no le importaba. Comenzó a moverse suavemente por el cuerpo de aquel extraño, se sentía bien; sus labios se le secos, busco con desesperación los labios del hombre, lo beso con una pasión desbordante, cosa que sorprendió a Zack tanto, que le respondió con esa misma pasión, las manos de ella, recorrieron el cuerpo de Zack, con timidez, como si fuera la primera vez que toca un hombre de esta manera.

 

 

 

 

 

Continuara……




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