El hombre del bosque

Capítulo 14

Carmen.

Extraño mucho a Herk. Espero que esto pase pronto para poder verlo.

Desde que me salvó a sido muy importante para mí ese sin boca.

Gracias a él muchos pudimos rehacer nuestras vidas, haciendo como si nuestro pasado no existiera.

Como si nunca nos hubieran golpeado, vendido, traumado, entre mil cosas horribles más.

Y créanme, que no eran nada bonitas las vidas de los niños que conocí. Me pregunto cómo hay gente tan malvada como para maltratar a niños y niñas, sin importarles sus edades, dañando sus infancias permanentemente, y duermen como si nada.

No lo entiendo, y nunca lo entenderé.

Lo bueno es que hay gente como Herk que quieren ayudar sea como sea. Y aunque Herk no sea humano ni nada, tiene más humanidad que muchas de las personas que he conocido en mi vida.

Un ser que para muchos les daría pesadillas, a nosotros nos dio una infancia mejor, una vida mejor. Lejos de todo el mal en el que estábamos.

Y por eso estoy infinitamente agradecida con él, al igual que lo están todos a los que salvó.

Y aunque se que nunca le podré devolverle todo lo que hizo por mi, espero poder ayudarle vigilando a los que le quieren hacer daño.

—Maldita sea.

—¿Que pasa, Mark?

—Lo olvidé, de nuevo.

—¿El aniversario?

—¡¿Qué más va a ser?!

—Un día de estos terminará por pedirte el divorcio.

—No te rías.

Sí me imaginé que esto sería aburrido, pero tampoco tanto, por dios...

Estos militares solo hablan de cosas aburridas, ni un chisme bueno hay.

¿Y si juegas Candy Crush?

No, tengo que estar observando todo el tiempo, con el teléfono a un toque de llamar a cualquiera de los muchachos.

Estoy aburrida.

Yo también...

¿Y cómo los llamaras si allá no tienen cobertura?

Brend arreglo eso, sabes que es un cerebrito con cara bonita.

Juega,  juega, juega, juega, juega, juega, ,juega, juega, juega....

¡Cállate! ¡No jugaré, coño!

Como odio a esta personalidad.

Agradece que soy la única.

—Estoy cansada de t… —cerré la boca de golpe al darme cuenta que lo iba a decir en voz alta. Al menos, no había hablado tan fuerte como para que me escuchara alguien. Suspiré.

No estaría tan cerca de los militares pero aún así podrían verme o escucharme en cualquier momento, por lo que me mantenía oculta en mi lugar sin hablar ni hacer movimientos bruscos. Y por supuesto, con los binoculares que me regaló Herk.

Parecías estúpida viendo a los animalitos del bosque con ellos.

Los militares en cambio, sí hablaban como si no hubiera nadie por ahí, y para ser sinceros, sí lo estarían si no estuviera aquí. Ya que aparte de acordonar todo el bosque, unas horas después de que entraran los muchachos, cerraron todas las calles que pasaban por alrededor de él.

Me tiré en el suelo boca arriba, me dolía el culo de tanto estar sentada, al igual que las piernas.

Que horror.

¿No te dije que te callaras?

Agh.

Me incorpore al escuchar una voz que no identificaba. Me puse los binoculares y alcancé a ver a un hombre alto y corpulento, con un traje militar un poco diferente al de los demás. Estos hicieron un saludo militar.

—Informes.

—Mi coronel, no hay novedades por ahora, todo está tranquilo.

—¿Nadie a salido ni entrado al bosque?

—Del que tengamos conocimiento, no.

—¿Como que...del que tengamos conocimiento? —miró al pobre hombre con una mirada asesina, tembló en su lugar.

—Eh, mi coronel. Recuerde que nos llamó para una emergencia en otro lugar algo lejos de aquí.

Ay no, ay no.

—Yo nunca los llamé para una emergencia —este se veía furioso, no quisiera ser el otro hombre.

—Señor, recibimos un llamado por radio diciendo que fuéramos al tiradero de basura, que era una emergencia y que allá nos explicaba. Pero a medio camino nos volvió a llamar diciendo que nos regresáramos, que ya no era importante nuestra intervención.

—¡YO NUNCA LES DIJE NADA SOLDADO!

— Pe-pero coronel...

—¡PERO NADA! ¡SON UNOS INEPTOS! ¡SEGURAMENTE ALGUIEN LOS DISTRAJO PARA PODER ENTRAR O SALIR DEL BOSQUE!

Deducción acertada, excepto por lo de salir.

Pensé que los gritos a los soldados por parte de sus coroneles pasaba sólo en películas.

Cariño, la rudeza y los gritos es más que todo necesaria en estos casos. ¿Como crees que hacen que sean tan obedientes, seguros y todo eso que son los militares?

Touche.

—¡AHORA TENDREMOS QUE ENTRAR ANTES DE LO PREVISTO POR SU INEPTITUD! —se giró hacia los demás—. ¡POR LA INEPTITUD DE TODOS USTEDES!

Si antes no quería ser militar, ahora menos.

¿Como les irá a nuestros amigos militares? Supongo que ya estarán algo sordos.

—Carajo... —murmuró aún audible mientras se iba del lugar.

Pobre soldado.

Espera... ¿no dijo que...?

¡Van a entrar antes!

—Contesta por favor —supliqué mientras llamaba a Peper y me alejaba lo más posible para que aunque gritara no me pudieran escuchar. Pero estaba apagado.

Llame a Sindy, ella está más pendiente, quizás ella si...

Se cayó.

Mierda...

Muy bien... ¿Y con Brenda?

Dos tonos, tres, cuatro, cin...

—¿Hola?

—¡Brenda!

—Car...en ¿Qu... As...?

—¿Qué?

— Se escuc.... Rible.... Ama a... End... —se cortó.

¡Rayos!

¿Ama a end?

¡Llama a Brend!

Dos tonos, tres, cuatro…

—¿Que pasó, Carmen?

—¡Van a entrar antes Brend! ¡El coronel se enteró de lo que hiciste y dijo que ahora tendrían que entrar antes!

—Ok, ok, primero cálmate ¿Sí? Respira —traté de hacerlo, pero cada vez se me hacía más difícil.

—No...puedo...voy a...soltarla...

— De acuerdo, hazlo.

Ya era tiempo que me dejaras salir.

—Hola Brend ¿Cómo está todo? —hablé con mi tono juguetón.

—Concéntrate, Lax.



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En el texto hay: suspenso, huerfanos, monstruo

Editado: 07.07.2023

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