¿Puedo sentarme contigo?
—¿Que vamos a comprar?
—unos útiles que me faltan.
Tuve que venir obligada por mi madre, a comprar unos utiles pero nos desviamos y terminamos comprando; dulces, helado etc. Y no conforme con eso me encontré a Dylan, que no paraba de preguntarme que vamos a comprar, como un niño pequeño, que fastidio.
—¡Espera!
Lo miro confundida, y veo que se dirige hacia... las Nutellas.
—¿En serio?—le digo incrédula.
El se encoge de hombros y luego dice:
—Yo no tengo la culpa que a ti no te guste la Nutella.
Seguimos echando algunas cosas mas al carrito, luego nos dirigimos a la caja, pagamos y salimos. Caminábamos en un silencio cómodo, Dylan me dijo que no trajo su auto, ya que tiene miedo por el accidente que tuvo hace dos semanas.
El es el primero en romper el silencio.
—Oye, que tanto mirabas al.. idiota ese picarona— dice, con una sonrisa picara plantada en su rostro.— No creas que no me di cuenta de tus miraditas he.
Lo miro perpleja, como se dio cuenta si el no estab..
— Te vi desde lejos.
Que digo ahora.
—¿De que idiota hablas?.— me hago la tonta.
— Del chico ese castaño— lo miro confundida.
— Neizan.
—¡Ese mismo!
— ¿Por que le dijiste idiota? ¿Te cae mal?
El niega.
—No, solo como no me se el nombre, lo único que se me vino a la mente fue decirle idiota —. Para de caminar y me mira fijamente— No trates de evadir mi pregunta, ¿por que lo mirabas mucho?
Y ahí viene de nuevo
— Solo le contaba a Caitlin lo que me paso con el— me miro desconcertado— tropezamos, pero fue culpa de el, peleamos, y llegue tarde a mi clases, ya.
El asiente.
Una duda me surgió.
— Y dime, ¿como sigues... ¿estas bien?
El dudo en responder.
Ximena era la ex novia de Dylan, quien termino con el, por que ya no sentía nada por el , y eso le afecto demasiado ya que el piensa que fue que se equivoco o algo esta mal con el físicamente.
Lo cual era una mentira.
Fisicamente es atractivo, es pelinegro, con una tez blanca, unos ojos avallena, y no es tan alto, solo me pasa por unos cuantos centimetros.
— Creo que si... aunque aveces siento que debía haber echo mas por nuestra relación, le hubiera puesto mas tiempo, mas atención— dice, con su mirada fija en el camino, ya estábamos llegando a mi casa.
Lo miro incrédula ¿es en serio lo que estaba diciendo este pendejo?
— Deja de decir payasadas, ¿mas tiempo? ¡Te la pasabas todo el tiempo con ella!— dije alzando los brazos indignada.
— Hasta casi nos haces aun lado por ella.
El bajo la cabeza avergonzado. Por un momento me arrepentí de lo que dije, pero ya que.
— Mira, tu no tienes la puta culpa de nada, simplemente ella ya no siente lo mismo por ti. Tampoco te vas a quedar estancado por que ella ya no te quiere de la misma forma de antes.
— Por que te hago reaccionar de un puntazo que te doy.
Suelta una pequeña risa.
— ¿Así es tu forma de animarme?
Ya estábamos en la entrada de mi casa.
— Es lo que cualquiera persona diría ¿no? — dije enarcando una ceja.
— Pero tú no— dice con una sonrisa burlona.
Ruedo los ojos.— Contigo no se puede, ya lárgate.
El suelta una carcajada y asiente.
— Como digas, adiós — cuando estoy a punto de entrar a la casa escucho que grita:
— ¡Me saludas a mi futuro cuñado!
Para después salir corriendo.
•──•─•──•✦•──•─•──•
Estaba en la clase de matemáticas, no era mi clase preferida, estaba leyendo con el celular debajo de mi mesa, mientras el profesor estaba explicando la clase.
— Señorita Hamilton
Al levantar la cabeza me encuentro con toda las miradas centradas en mi. Incomodo.
Mierda
— ¿Me puede responder la pregunta, señorita Hamilton? Usted esta muy interesada en la clase, no creo que tenga problemas en contestarla ¿verdad?
Doble mierda
¡Que pregunta!
— Si e-esto... — no logro terminar, ya que alguien entra abruptamente al salon.
Que hace el aquí.
— ¡Hola! Pido una disculpa por la interrupción. El director lo manda a llamar, es urgente — dice con la respiración irregular, agitado.
El profesor se dirige a su pupitre, y nos observa y dice:
— Mañana seguimos. Pueden retirarse.— dice, mientras sale del salón.
Una sensación de alivio me recorrió.
Todos se levantan y celebran la hora libre. Me levanto rápido y guardo mis cosas.
Demasiado ruido. Me largo.
(***)
Estaba caminando hacia la biblioteca, quería ver si encuentro un libro que me interese.
Al entrar a la biblioteca, me dirijo hacia los estantes de libros.
¡Este!
Busco una mesa libre, aun que habían muchas,y busco la mas cerca y me siento.
Estaba tan concentrada leyendo, que no me di cuenta que alguien se me había acercado
— ¡Hola!
Levanto la mirada, para encontrarme con un chico castaño, de tez blanca, y unos ojos de diferentes colores heterocromatia... hermos- ¡que estoy pensando!
—Oh, eres tu — hago un gesto de poca importancia y sigo leyendo.
—ignoraré eso —noto que se queda en silencio por un momento.
Para después añadir:
—¿Puedo sentarme contigo?
No lo miro, pero le respondo —: No.
— ¿Por que?
—Por que no.
Se queda en silencio por unos segundos.
— Hablo en serio, por favor.
Esta vez si lo miro y después observo todo el lugar, notando muchas mesas desocupadas, y luego vuelvo y lo miro a el.
— Hay muchas mesas sin ocupar, ¿por que no vas y te sientas en una de esas?
Se encoge de hombros y suelta después —: no se.
Me rindo
— Ok, siéntate, pero no me molestes.
El me regala una sonrisa y asiente.
—Oh, tenlo por seguro que no lo haré.