El intercambio (edición)

Capitulo 9

Lukas Jensen

La noche de ayer fue algo inexplicable. Cada momento que pasé con Chris solo hizo que me enamorara más de ella. Nunca había sentido nada por ninguna chica, y me parecía una idea absurda siquiera pensar en ello. Pero desde el primer día en que la vi, algo cambió dentro de mí, como si me hubiera golpeado con una verdad que no podía ignorar. Tiene algo especial, una energía que es difícil de describir pero que me atrae con una fuerza que nunca había experimentado. Me gusta su manera de ser con las personas, cómo se muestra genuina, cómo puede ser tan abierta y sincera, sin pretensiones. Su físico es cautivador, no hay duda de eso, pero lo que realmente me atrapa es su inteligencia. Es brillante, rápida para captar todo a su alrededor, y eso me hace admirarla más cada día.

La miro ahora, descansando al lado mío, tan tranquila, con esa paz que parece envolverla por completo. Me siento afortunado de estar aquí, de compartir este espacio con ella. Pero a la vez, una sensación extraña me invade, una mezcla de miedo y emoción. Quiero que esto sea real, quiero saber que lo que estamos construyendo no es solo una atracción momentánea, sino algo más profundo. Me queda claro que no puedo dejarla ir.

Sin hacer ruido, me levanto suavemente de la cama para no despertarla, y camino hacia la sala en busca de Marcus, que debe estar ya despierto.

—Buenos días —me saluda desde la cocina, con una taza de café en la mano—. ¿Y Chris?

—Está dormida —respondo, acercándome a él—. Tengo que preguntarte algo, amigo.

—¿Qué sucede? —dice, dejándose caer en una silla mientras me observa con una sonrisa curiosa.

—¿A dónde puedo llevar a Chris a una cita? —le pregunto, sintiendo la presión de encontrar algo perfecto.

—Bueno… —se queda pensativo por un momento—, el cine es una buena idea.

—En el cine no vamos a poder hablar y quiero saber más de ella. —Hago una mueca, sintiendo que esa opción no es la mejor.

—Lukas, ¿te estás enamorando? —pregunta con una sonrisa de complicidad, como si ya supiera la respuesta.

—Marcus, no es gracioso. —Frunzo el ceño, sintiendo que mis palabras no reflejan completamente lo que estoy sintiendo—. Nunca he tenido una cita en mi vida, y no sé a dónde llevarla.

—¿En serio? —Su tono es sorprendido, pero también levemente divertido—. ¿Y cómo has hecho hasta ahora?

—No lo sé —respondo, un poco avergonzado—. No me había interesado en nadie como me interesa Chris.

—¡Vaya! —exclama—. Entonces, ¿qué tal el parque de diversiones?

—¿El parque de diversiones? —repito, algo confundido. —¿Eso crees?

—Sí —responde, animado—. Las chicas aman el parque de diversiones. Tienes un montón de cosas para hacer, hablar, reír, y no es tan rígido como una cena en un restaurante. Hay espacio para divertirse, y no tiene que ser tan formal. Además, es una experiencia que puede unirlos.

—¿Tú crees? —hago una mueca, tratando de imaginarlo. En mi mente, me parece una idea un poco loca, pero al mismo tiempo, tiene algo de atractivo. —Pensé que me dirías que la llevara a un restaurante o algo por el estilo. Algo más… convencional.

—Eso suele ser aburrido —responde Marcus con una sonrisa burlona—. A las chicas les gusta divertirse, Lukas. No todo tiene que ser tan serio. Si realmente te importa, hazlo diferente. Hazla reír, hazla sentirse libre. Eso es lo que más cuenta.

—Hmm… —me quedo pensativo. En realidad, tiene sentido. A veces me olvido de que una cita no tiene que ser una declaración formal. Si lo que quiero es conocerla mejor, el parque puede ser una manera divertida y relajada de hacerlo.

—Lo sé —me dice Marcus, como si estuviera leyendo mis pensamientos—. Solo diviértete con ella. Eso es lo que ella va a recordar, y lo que va a hacer que quiera pasar más tiempo contigo.

Con esa idea en mente, me siento un poco más tranquilo. A lo mejor el parque de diversiones es justo lo que necesitamos para comenzar este nuevo capítulo.

Veo que Chris aparece en la cocina, con el pelo algo revuelto, pero aún así se ve increíblemente linda. No puedo evitar sonreír al verla, tan natural y perfecta de una manera tan despreocupada.

—Buenos días, chicos —saluda, dándome un beso en la mejilla. —¿Se despertaron hace mucho?

—Yo sí —responde Marcus, mientras se levanta de la mesa. —Voy a darme un baño.

Ahora me quedo a solas con Chris. Ella se sienta a la mesa y empieza a revisar su celular, perdida en su mundo, pero yo no puedo dejar de mirarla. Hay algo en ella que me mantiene atrapado, algo tan fácil de querer y tan difícil de ignorar.

—¿Qué harás hoy? —le pregunto, acercándome un poco más.

—Tengo que ensayar unas cosas con mis compañeros de Arte —me dice sin mirarme, concentrada en la pantalla de su teléfono.

Hago una mueca, sintiendo que me gustaría pasar más tiempo con ella en lugar de quedarme solo.

—¿Y tú qué harás? —me pregunta, sin dejar de mirar su celular.

—Pues… nada —suspiré, algo desanimado—. ¿Quieres desayunar?

—Dime qué tienes —me dice, abrazándome de repente—. ¿Quieres que salgamos? Puedo cancelarle a ellos.

—Pero es tu estudio, Chris. No puedes cancelar todo por mí.

—Y tú eres mi… —se sonroja, y noto cómo se queda quieta, como si no supiera cómo seguir.

—¿Yo soy tú qué? —la molesto, sonriendo mientras la miro a los ojos.

—Lu… —susurra, sonrojándose aún más—. Hablo en serio.

—¿Quieres salir conmigo? —la interrogo, sonriendo divertido. —¿Te gustaría ir al parque de diversiones? Porque podemos ir a algún lugar que tú…

—¡Es perfecto! El parque de diversiones —responde, dándome un corto beso en los labios—. Oye, Lu… ¿Qué piensa tu hermana sobre nosotros?

—Naomi estará feliz cuando le cuente —me río un poco, pero no me sorprende que esté preocupada por eso—. ¿Y por qué te preocupa tanto?

—Porque no quiero que me odie por salir contigo —murmura, mirando sus manos.




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