Daria había torturado a Reynold por una semana con castigos de una hora después de clases, ya sea limpiando baños, arreglando mesas, sirviendo comida o más tarea de la que le dejaban. El director no le importaba hacer lo que fuera con tal de mantener ese mandato que tenía en el internado, llevaba muchos años y no quería que nadie manchara la buena reputación que tenía su internado.
Reynold llegó a su cama y solo abrazó su almohada.
—¿Fue un día difícil?— Preguntó Nick.
Reynold levantó su cabeza.
—Cállate, no tienes idea lo que me ha hecho hacer Daria, solo quisiera extrangularla.
—Después de que te expulsen del internado.
—No me importaría mientras que me haya desquitado de esa niña.
Mientras tanto, Daria está detrás de la puerta dispuesta a tocar y pedir disculpas.
—Reynold... No entiendo porqué eres tan terco, entiendo que no quieras obedecer a una alumna, pero eso es lo que hay aquí y deberías acostumbrarte a eso.
—No lo entiendo, ¿qué tiene Daria que le temen tanto? Es solo una alumna más, de este estúpido internado, no es nadie más, no es nada y yo no me quedaré de brazos cruzados viendo cómo hace lo que quiere conmigo.
×××
Daria y una maestra amarran y vendan a Reynold para llevarlo al cuarto especial de castigos -un cuarto que solo había sido usado dos veces antes-.
Durante toda la noche golpean a Reynold y le dicen que cumpla las reglas del lugar, lo dejan ahí hasta dos días después cuando el director dice que es suficiente y entonces lo alimentan.