Más el helado toque en sus manos, interrumpe el flujo de palabras de Nico, quien piensa casi ver una leve sonrisa en labios de Lion. Este toma las manos de Nico entre las suyas, calmando así a Nico, quien le sonríe suavemente.
Nico- ¿Te gustan? .. Quizá son algo.. infantiles..
Lion observa los objetos que permanecen en las piernas de Nico, mullidas al ser hechas de felpa, las pantuflas cafés con cara de osito le resultan un estilo muy propio de Nico. Tomándolas entre sus manos, Lion las pega a su cuerpo, en un intento de que Nico entienda las acepta. Este le sonríe brillantemente comprendiendo, para después ayudarle a ponérselas, cosa que deja tenso a Lion.
En cuanto vuelve a su habitación, Nico intenta sacar de su cabeza la sonrisa de Lion para poder dormir, sin prever los acontecimientos que se avecinan.
Al atardecer, en cuanto Nico se dirige a la habitación de su nuevo amigo, percibe un aire gélido. Su sorpresa es enorme en cuanto llega a la habitación, al ver la enorme sombra que se yergue sobre el mayor, quien con ojos desorbitados boquea en pánico. Un par de pasos de Nico bastan, para que la sombra voltee y en cuanto Nico cree reconocer un atisbo a Lion, esta desaparezca.
Más Nico no tiene tiempo de pensar en esto, ya que el mayor comienza a convulsionar, por lo que Nico intenta auxiliarle. Pese a sus esfuerzos, el hombre fallece, para horror de sus compañeros de habitación. Al día siguiente, la hija del hombre llega con un regalo para Nico, hablando con este mientras recoge las pertenencias de su padre.
Nico sin embargo, se encuentra algo distante, ya que desde la madrugada no ha visto a Lion. En cuanto la mujer le da el obsequio cómo parte de un encargo de su padre, Nico llora silenciosamente, con clara frustración. No solo no ayudó a su amigo, si no que este incluso le había traído otro obsequio, unas pantuflas a juego con las de Lion en verde menta que Nico concluye no le podrá mostrar a Lion.
Y justo cómo lo presiente, esa noche Lion tampoco llega por él, por lo que Nico permanece esperándolo en el pasillo. Lo que se convierte en una constante, ya que durante casi una semana, Nico no encuentra a Lion. Por más que preguntó en cada especialidad relacionada al pecho, ya fuera cardiología o demás, pero nadie le dio respuesta alguna.
Lion parecía haberse evaporado en el aire, por más que Nico esperaba con dulces para él, el joven no daba la cara. Más es cierto que algo extraño estaba pasando, ya que Nico encontraba fruta extra en su camilla, y cuando preguntaba todos parecían consternados. El origen de aquellas meriendas era tan incierto cómo la estadía de Lion, no encontraba información alguna ya que nadie parecía saber nada, además parecían incluso sorprenderse por sus preguntas.
Fue cuando se cumplió la semana completa de no verle que Nico tomó una decisión, esperando hasta que la luna estuviera alta, se escabulle por los pasillos. Nico siente la garganta seca al acercarse a la zona que sabe es dominio de espectros, la cual es más amplia de lo que los trabajadores conocen. Ni bien pone un pie en el pasillo, gotas de sangre caen del techo, hasta convertirse en chorros que llenan el piso casi hasta llegar a los pies de Nico.
Una criatura tan delgada que su piel parece pegada al hueso, camina en sus cuatro extremidades boca abajo por el techo, sonriendo con sus labios negros al ver la expresión de Nico. Quien corre en un intento por esquivarlo, otros seres emergen del pozo de sangre, arrastrándose hacia Nico debido a sus piernas cortadas. Más Nico no les hace la tarea fácil hasta que choca contra una monja, quien con sus ojos blancos de los cuales caen lágrimas de sangre, observa a Nico con una expresión de espanto.
Nico se apresura a ponerse de pie, pero la anciana le toma del cuello levantándolo en el aire, para acercarlo a su propio rostro. Una vez frente a frente, la mujer ladea su cabeza viendo el retorcer de Nico, para luego gritar de forma gutural en el rostro de Nico haciéndole tensarse completamente. Más un pequeño bulto comienza a jalar de los pies de Nico, llamando la atención de este, quien comienza a patalear nuevamente al ver qué jala de él.
Una figura huesuda con la cara de un niño de no más de tres años, la cual ríe al guindarse y ser agitada por los pies de Nico, claramente divertido a pesar de sus muertas facciones. Ojos hundidos, piel ceniza de contorno morado, estómago abultado. La perturbadora vista hace a Nico comenzar a llorar suavemente, sujetándose de la mano de la monja en un intento por no perder la consciencia debido a la asfixia, quedando poco a poco con su mente en blanco.
Nico- ..L..Lion..
Este murmullo detiene todo ruido del pasillo, incluso las risas del niño, quien baja su rostro al suelo mostrando un agujero supurante en medio de su cabello. Nico solloza, abriendo sus ojos con horror, pateando inútilmente a la monja que le aprisiona.
Nico- ..¿Dónde.. estás?.. L..Lion..
La monja suelta a Nico, al igual que el niño, quien es el único que permanece junto a Nico una vez este cae de bruces. Nico jadea en busca de aire, tosiendo dolorosamente mientras soba su garganta, sin dejar de soltar lágrimas bajo la mirada del niño. Una vez recupera el aliento, Nico se pone de pie, caminando con dificultad debido a un repentino dolor de tobillo.
Nico- .. Lion..
Continuando su camino, Nico es seguido por el niño, siendo también observado por los otros espectros.
Nico- ¡Lion. ¿Estás aquí?!
Llamando al joven en cada nuevo pasillo o intersección, Nico lo busca incluso entre los espectros y salones vacíos, siendo seguido por el niño. Quien cuando Nico tropieza debido a un mal paso con su tobillo lastimado, deja un beso en su propia pequeña mano, para después dejarlo con suaves caricias en el tobillo de Nico. Contrariado ante la actitud del pequeño, Nico se apresura a llegar al jardín, sintiendo su respiración agitada debido a la larga búsqueda.
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Editado: 01.05.2024