La reina un día les encomendaría una misión increíble, increíble cual difícil, ir a limpiar todos los pastos de reinos aledaños de… verdes, criaturas tenebrosas que estaban formadas de celulosa y crecían desproporcionalmente rápido, los caballeros así lo hicieron y, a cada reino que iban con sus espadas de doble filo a los verdes acababan y unas cuantas monedas se ganaban no era mucho pero si lo suficiente como para saldar unas pocas deudas y comer algunos días.
Mientras tanto la reina tenía una tarea más difícil, no dejar morir a los pueblerinos de su reino pero era una situación difícil los medicamentos escazeaban y los nuevos medicamentos no funcionaban el pueblo estaba furioso y por ello no daban donativos al reino ni a la reina, era una situación terrible y precaria el caballero lo sabía pero aún así había una fiereza en sus ojos una que a todos, les hacía levantar el ánimo repartía slime comestible a los habitantes y cuando el sol se ocultaba el caballero regresaba al castillo, preparaba comida para los habitantes de el y así mismo para la reina, quien no se daba abasto y le hacía falta mucho ingreso.
El reino necesitaba más dinero, la reina necesitaba saldar más deudas y el caballero trataba de ayudar, en su fiel corcel un día decidió a ayudar y pudin en las calles empenzo a vender, recogía plásticos del suelo y los revendía, a los verdes de reinos aún más lejanos se disponía a acabar, algunos instrumentos quería tocar pero no había tiempo, o eso creía tal vez si había pero perdía tanto tiempo por el día ajetreado que solía llevar.
Por las mañanas el libro de caballeros solía estudiar en un lugar que el odiaba y solía llamar atrapasueños por que según el, y bajo su punto de vista todas las horas que perdía en aquel sitio las pudo haber ocupado para lograr sus sueños, quería aprender a hablar otro idioma pero cansado de atrapasueños varias veces solía llegar, aveces ni tiempo tenía de pudin vender, ¡ooooh! Como deseaba no tener que soñar o aunque raro pueda sonar como soñaba con no soñar, no quería dormir pero simplemente muchas veces no podía evitarlo, y el mundo se quería comer, a los animales quería salvar y gran comida con sus manos quería crear, con herramientas edificaciones levantar y los números aprender a hablar
Pero “El tiempo, el tiempo es oxidante” y aveces no importa que tanto lo desees o que tanto lo sueñes simplemente debes comerte tus sueños, quedartelos para ti y lo que sueles hacer seguir haciéndolo sin parar, llegará un día claro, que el tiempo te sobrara pero, no tendrás forma de poderlo hacer, aveces a varias personas que han crecido mucho se les aplica un hechizo adormecedor de la mente que todo te hace olvidar, o un hechizo que tus huesos vuelve más rígido y no puedes moverte como solías hacer, pues tristemente y aunque el caballero quisiera la piedra filosofal “El tiempo, el tiempo es oxidante”