Sara
Acaricie el cuello de Kennet y me quede por un buen rato con mi cabeza en su fuerte pecho, acaricie las hebras de su cabello castaño y suspire.
-No sé nada de tu familia, ¿viven aquí?- pregunte.
-Mis padres se separaron cuando tenía diez años y soy el mayor de tres, imagínate lo pequeños que eran mis hermanos al momento de su separación, Giancarlo tiene veinticinco y Ninoska tiene veintidós- trago duro antes de volver a hablar- creo que fue lo mejor para nosotros, pero eso no quita que no hayamos sufrido, de todas maneras mamá hizo siempre lo imposible para mantenernos felices y poder ignorar el hecho de que nuestro padre nunca estuvo con nosotros después de su separación.
》-Para Ninoska fue fácil ya que mi madre tenía seis meses de embarazo cuando fue el divorcio por lo que nunca convivió con él, pero para mi hermano y para mi fue más complicado el no verlo todos los días, diría que fue más difícil para mi, pase más tiempo con él y sentí que como era el mayor debía de guardarme todo y ayudar a mi madre.- su mirada se endureció mirando hacía un punto en especifico.《
-¿Por que se separaron?
-Mi padre engaño a mi madre con la prima de ella, mi madre no iba a dejar que eso sucediera y no dio el brazo a torcer cuando mi padre juro que nunca más sucedería. Mi madre es todo para mi, aparte de guardarse su propio dolor, nos saco a delante a los tres. Yo tengo una gran empresa, Giancarlo es un profesional conductor de la formula e y Ninoska es diseñadora, todos logramos ser exitosos gracias a ella.
-Todos creen que mi apellido es por mi padre, pero en realidad Rhys es el apellido de soltera de mi madre, costo obtener su apellido como el principal pero se logro ya que mi padre firmo todos los documentos, no le importo nada.
-¿Donde esta tu padre ahora?- pregunte, su historia era parecida a la mía, solo que mi padre escapo en cuanto supo que mi madre estaba embarazada de mi.
-No preguntes más curiosita, ya habrá tiempo para más- dijo y me arrimo más sobre su regazo.
-Lo siento si te incomode con tanta pregunta.
-No te preocupes. No sigamos perdiendo el tiempo, tenemos una reserva en el restaurante.
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Mire el monitor y apoye la cabeza en mi brazo ya muerta por el sueño, mis ojos poco a poco se iban cerrando.
-Si sigues así, te despedirán- dijo Maddie, me sobresalte de tal manera que casi me caigo de la silla, haciendo reír a mi amiga.
-Estoy muerta de sueño -levante mi rostro y Maddie me miro horrorizada.
-¡Por dios!- exclamo- Chica, estas muy pálida, pareces un fantasma- tome un espejo de mi bolso y me vi en el, era cierto estaba muy pálida y no me había fijado de que tenía unas enormes ojeras.
-Debe ser porque no he dormido bien estos días, hasta aveces me llevo un poco de trabajo a casa.
-Debes descansar, hablando de distraerse vengo para sacarte de aquí y vayamos a almorzar, ¿o ya saldrás con el jefe?-pregunto con una sonrisa burlona.
-Habla más bajo, Maddie- dije-esta bien, vamos a comer necesito salir un rato- dije tomando mi bolso y salí del gran edificio junto con Maddie.
Caminamos durante aproximadamente siete minutos y llegamos a nuestro lugar preferido para almorzar donde la comida era deliciosa y en especial las patatas rellenas con estofado de pollo que por lejos era mi favorito, mierda, ya pensar en el se me hacía agua la boca. Encontramos una mesa y rápidamente nos cogieron la orden, por supuesto pedí las patatas con el estofado.
-Como estas con ese novio tuyo- pregunte. Maddie mantenía una relación con un hombre él cual aun yo no conocía, era mayor que Maddie por dieciséis años, aparte de estar divorciado y tener una hija de cinco años.
-No es mi novio, solo estamos conociéndonos y se llama Hector- dijo restando le importancia.
-Ya llevan conociéndose más de un año- me queje.
-Tengo miedo- admitió.
-¿Miedo de que?¿el que dirá la gente?
-Exacto, se que importa solo lo que yo sienta por él y viceversa, pero me asusta y él quiere algo serio, no sé si estoy preparada para eso. Mi padre quiere que siente cabeza, tengo treinta años y cree que ya no voy a encontrar a un hombre que me ame ni ha alguien con quien tener hijos-suspiro- Hector me confeso que me quería en su vida como algo más y yo escape como una cobarde. Yo... le quiero.
Tome su mano por sobre la mesa y la mire.
-Maddie no te cierres a lo que sientes, si crees que podrías ser feliz con él, inténtalo. La edad en este caso es solo un numero si lo quieres no lo alejes, habla este tema con él y espero que lleguen a algo, estoy segura que has estado más feliz por él.
Trajeron nuestros platos y de inmediatamente comenzamos a comer, ambas teníamos mucha hambre por lo que no dijimos ninguna palabra más de el asunto.
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-Podrías traer lo contratos con los japoneses, por favor- llamo Kennet por el teléfono.
-En seguida- respondí y saque las carpetas de los cajones antes de caminar hacía su oficina, di dos golpes y entre- aquí están los contratos, señor.
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Editado: 17.08.2021