Charlie, Charlie, Charlie, Charlie - canta la niña mientras peina su larga cabellera negra - quiero jugar -oí quejarse la niña -Charlie?
De repente la puerta se abre dejando ver aquel monstruo disfrazado de ángel, la cabeza retorcida, de rodillas en el piso, y su boca llena de sangre.
- ¡Charlie!
Empiezo a correr por los pasillos de aquelhospital, con el corazón en la mano, nadie está salvo, corre si lo ves.