“Nada era todo porque Todo siempre estuvo en la nada. Y fue entonces donde Todo consumía a la nada dejando a la Nada consuma al todo.”
Decía la voz calmada del Recreador, Él primer y Él último quien estaba por delante del Principio de la existencia. Pues ÉL era hidalgo del Todo puesto en la Nada, donde su Primera Memoria de Sueño creaba un flujo dando inicio al vacío; y fue el vacío quien se originó primero en todo sobre la nada.
No pasó mucho desde el principio, siendo solo el vacío lo único puesto a contemplar; realizó un viaje para buscar a más como él, sin embargo en el proceso idealizó conceptos y fue entonces sobre el vacío se originó la continuidad del tiempo. Sé paseó cada eón, cada era, cada época, cada milenio y cada siglo, nunca encontró el todo.
Cansado en su búsqueda, aunque jamás sintió algo así, se sentó en el Génesis del Todo a observar el camino por donde recorrió esos mismos caminos que salió de sus propias Memorias dándose cuenta del cambio en el vacío. Siendo por cada paso el vacío aumentaba y por cada paso no dado el tiempo no pasaba, eso hacía reflexionar sobre su infinita presencia. Y fue entonces cuando el concepto del tiempo transcurrió sin parar.
Él Recreador, siempre produciendo conceptos adopto una crisis en su gran imaginación del cual nacieron los Ancestrales, entidades divinas por la gracia del excelso, quienes ayudarían hacer nada en el Todo porque ellos acompañaría en su segundo viaje a por la Nada, es allí donde el Recreador da por nombres a estos Seres como los Bäbus Däyas de la Nada, siendo él, el Único Dueño del Todo. El segundo viaje fue logrado, en este viaje no fue para buscar el todo en la nada, sino para darles las sabidurías existentes en sus Dominios.
En esa ocasión Él Recreador les dijo:
—Suyos son sus sabidurías en mis dominios con ello experimenten y gocen, pues eso serán sus tareas a partir de este preciso instante; sin embargo no pueden ser como yo, porque yo soy Él Recreador y no tendré piedad en mostrar mí furia a mis creaciones.—Con cada palabra en los oídos, Él Excelso terminaba el segundo viaje, cuando entraba por segunda vez a sus Memorias de Sueños.
Entonces fue ahí donde los Däyas entendieron que el Recreador era el único en juzgar, previamente notaron un nombre muy enfatizado en sus reflejos, pues decidieron expresarlas y nombrando a su gloria como El Egregio Recreador de la Existencia, Ëvadrap La Deidad del Todo y De La Nada, una vez que terminaban de expresarlas todos imploraban perdón por tales actos tan arrogantes.
Las décadas pasaban y los Däyas experimentaba en los Dominios, siempre respetando, queriendo, cuidando y cooperando mutuamente logrando pocas cosas, esto trajo nuevamente a sus reflejos un énfasis donde la sonrisa a su Recreador era importante sobre todas las cosas, lo notaron y entre ellos nació un concurso en lograr ver una sonrisa en su rostro cuando volviera para ser considerado el Primero sobre todos los Däyas, pues nadie sabía quién era el Primero. Hicieron todo lo posible con sus sabidurías, siempre apartado el uno del otro y notaron que nadie avanzaba, algunos decidieron unir esfuerzos en buscar la meta, mientras otros con travesuras saboteaban todo lo que creaban y uno siempre miraba tratando de evitar esta gran tragedia.
La armonía instituida sobre los esfuerzos conmovía al Recreador, estando presente en la existencia observaba a todos desde sus Memorias, pues sus Memorias de Sueño ya daba inicio a su segunda mayor creación. Entonces el Recreador ya convocaba la Reunión Empírea para todos los Ancestrales. Todos con gozos se presentaban en la reunión mostrando sus arrepentimientos arrogantes, cada presencia estuvo implorando perdón sin embargo El Recreador elogió sus esfuerzos con ello manifestaba sobre la idea donde buscaban el reconocimiento, mientras el nombre de Ëvadrap fue agradecido, pues él mismo creo ese nombre en sus reflejos. Siendo amorosos con sus creaciones les mostró su segunda creación. Y hacia Nacía el vasto universo con el Recreador del Todo en la nada y Nada era gobernada en el todo por el Recreador.
Los Däyas vieron con júbilo la Supremacía sin límite del Excelso, perseverando en el silencio, todos esperaban sus próximas tareas. Ëvadrap quien observaba a los anhelosos e impacientes Däyas, se dividió en pequeñas raíces cubriendo el Todo, dejando semillas en el vasto universo y dio un mensaje a sus creaciones con el simple propósito: no compartir el trabajo.
Entonces el Recreador dijo:
—Id y buscad las semillas esparcidas en mis Dominios, ya sea mi vacío o en mí universo o en mí Todo o en mí Nada no importa en donde estén las semillas; porque tendrán por misión sembrarlas y traer el resultado con vuestras voluntades. Y como recompensa en dar con el fruto del todo, será vanagloriado como el Primero; sin embargo quien da y me trae el fruto de la nada será castigado como el Último. ¡Bien! Ahora pueden retirarse.
Tomando las palabras partieron a donde los guían sus sabidurías, cada Ancestral se esparció por el infinito Dominio del Todo y la Nada, pasaron un eón y las semillas fueron encontradas al mismo tiempo y fueron sembradas. Con el pasar del tiempo, los Ancestrales permanecieron esforzándose hasta la cosecha, buscando aprender con las experiencias, sin darse cuenta el motivo por los cuales fueron enviados a dicha misión, Ëvadrap daba origen a los conceptos universales siendo: el caos, el orden, el cosmos, la eternidad, la gravedad, la fuerza, la galaxia, la vía láctea, el agujero, la energía vital, las estrellas y las materias oscuras. El Universo ya comenzaba albergar todo lo necesario para las obligaciones Däyas, así el vacío se llenaba y con esto el Espacio-Tiempo nacía para quedarse hasta el fin.