En el rincón callado del alma danzante,
donde la luz se cruza con sombras errantes,
se teje un poema en el silencio interior,
un verso sutil de la introspección, creador.
Entre susurros de pensamientos escondidos,
navega el yo profundo, sin ser conocido.
Espejo del ser, en la penumbra revela,
las huellas del tiempo, la vida que destila.
En el eco de la mente, se encuentra el tesoro,
un laberinto de anhelos, en constante decoro.
Se despliegan los recuerdos, como pájaros en vuelo,
explorando los misterios del ser en desvelo.
La introspección, un viaje en el río del ser,
donde las aguas de la conciencia van a florecer.
Descifrar sus enigmas, como hojas al viento,
es descubrir el eco del alma en su lamento.
Así, en el susurro íntimo de la contemplación,
la introspección humana es poesía en canción.
En cada mirada interna, un universo se halla,
tejiendo versos silentes en la danza del alma.