Nos encontrábamos en mi habitación Kyle, la señora Graham y yo, al parecer quería hablarnos de algo importante, sobre lo ocurrido aquella noche durante la fiesta. Le había dicho a Bethany que se encontraba más cerca de nuestra casa que de la suya y por eso había venido, para no levantar sospechas. Esperamos un rato en el salón hasta que Bethany se fue a dormir ya que se encontraba cansada después de tantas emociones. Entonces pudimos hablar tranquilamente en mi habitación.
- ¿Qué ha pasado señora Graham? -Le pregunté mientras le ofrecía un asiento.
Ella dirigió la mirada hacia Kyle.
- ¿Quién es? - Le preguntó con el rostro serio, ignorando mi pregunta.
-Es la hija de Megan y Elliot Pendragon- dijo cruzándose de brazos y mirándome de reojo.
La señora Graham me miró con los ojos abiertos como platos, levantándose de la silla. Me acerqué a ella para que no se levantara.
-Por favor, siéntese- Le dije con una leve sonrisa- No es nada, yo ni siquiera me acuerdo de esa vida.
Ignorando mi comentario se acercó a mí agarrándome ambas manos, cubriéndolas con las suyas. La miré a los ojos y ella me devolvió la mirada con una enorme sonrisa en su cara. En sus ojos pude ver un destello esperanzador, casi como si esperara que yo pudiera solucionarlo todo en un abrir y cerrar de ojos, pero no era así. Tal vez nunca pueda recuperar mis recuerdos y nunca llegue a ser Siena de nuevo, pero no quería decírselo y romperle el corazón a esa adorable anciana.
-Tienes que ayudarnos- Me dijo con los ojos vidriosos – Eres la única para reparar el escudo.
- ¿El escudo? - Kyle se acercó a nosotras con el semblante serio.
-Este pueblo está protegido por un hechizo muy poderoso- Comenzó la anciana- Antiguamente venían seres de todas partes para protegerse de la guerra, y así ha seguido. Aunque ya solo quedo yo de los que saben la verdad del pueblo- Dijo esto último sentándose de nuevo- Ese es el motivo por el que nos han atacado. – me miró con el semblante serio- Algo ha desestabilizado la magia de Ávalon, y eso ha debilitado el escudo protector del pueblo. Mi trabajo aquí es avisar cuando pasa algo de esto y que alguien mágico lo restaure. - Me volvió a mirar, esta vez con una sonrisa- Por suerte estás tú aquí.
La miré con cara extrañada. Por mucho que yo quisiera no podría hacer ningún hechizo, no recordaba cómo hacerlos.
-Disculpa, pero no recuerdo nada- Le dije agachando la cabeza- No podré ayudar a hacer nada mágico.
-Eso no tiene importancia. - Me dijo la anciana- La magia está en ti, solo tienes que decir las palabras correctas. Yo haré todos los preparativos y tú lees el hechizo, nada más, tú magia hará el resto.
Miré a Kyle con cara de interrogante.
-Si eso es verdad, ¿podré leer el hechizo de un portal e ir a Ávalon? - Le pregunté emocionada.
- Oh no, lo siento mucho pequeña. - En mis libros solamente hay hechizos para la protección del pueblo e información muy general. No se querían arriesgar a dejar en este mundo más de lo necesario para que no cayera en malas manos.
Otra vez sentí como toda esperanza desaparecía de nuevo, aunque sabemos dónde podemos abrir un portal, sería peligroso, ya que tendríamos que salir de la protección del pueblo.
-Deberíamos aprovechar ahora- Dijo Kyle- Alistar se fue al verte pelear, no creo que vuelva a atacar. Al menos no esta noche.
Miré a Kyle con la esperanza de que tuviera razón. Una parte de mi quería salir y solucionar todos los problemas, pero otra parte se moría de miedo pensando en que pudiéramos volver a encontrarnos con Alistar y su séquito de arpías chillonas.
En ese momento sentí un leve calor en el pecho, y al mirar hacia abajo vi el brillo del cristal a través de la camisa, dándome fuerzas, como siempre hacía.
Solté un gran suspiro y me dirigí a la puerta de mi habitación.
-De acuerdo, vayamos- dije un segundo antes de abrir y salir del piso seguida de la señora Graham y Kyle.
Recorrimos las calles en silencio, atentos a cualquier cosa que pudiera pasar. Las calles vacías, las farolas apagadas y el silencio, me hacían ver el pueblo de una forma que nunca había visto. Siempre me había sentido acogida en este lugar, ahora parece un lugar completamente diferente. Me sentía perdida.
Dirigí mi vista hacia Kyle y lo vi atento a cualquier movimiento, concentrado en cada sombra y en cada sonido. Tenía los puños cerrados, preparado para cualquier cosa que apareciera en nuestro camino. Frente a nosotros, la señora Graham andaba con paso ligero, un paso decidido. Estaba convencida de que yo podría salvarlos a todos del peligro que acechaba, pero yo no estaba tan segura.
Seguía caminando con la cabeza gacha intentando no pensar en lo que podría pasar. Mis pies andan solos. Por un segundo sentí cómo el mundo entero daba vueltas a mí alrededor, causándome un enorme mareo y me paré en seco.
- ¿Qué te ocurre? - Me dijo Kyle acercándose a mí, pero mirando a mi alrededor, como si esperaba que algo saliera de entre las sombras.
-Nada- Le dije casi en un susurro - Sólo tengo un poco de miedo.
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Editado: 23.03.2024