El Legítimo Rey

Un callejón sin salida

-Despierta-, escucho entre sueños Sofía.

Abrió los ojos sin poder creer lo qué estaba presenciando, Terryus estaba despierto, hablando, un caso muy extraño, aúnque la noche anterior le había inyectado el antídoto, ya qué le había encontrado con temperatura alta, por eso e había quedado dormida en el sofá vigilando su sueño.

-Joven, veo que se siente mejor- dijo mientras tomaba su presión- pero no debería arriesgarse- alguien lo puede ver.
- Descuida, Cris es mi cómplice- dijo en su acostumbrado tono pausado, pero con un notable ánimo -
-¿quién? ¿el guardia qué no me pierde pie ni pisada? 
-jajaja!! -lo escuchó reír por primera vez- posiblemente -dijo mostrando su hermosa sonrisa, y tratando de incorporarse.

- él me cuida como puede desde afuera, es solo que debe guardar apariencias, por si no te has dado cuenta, posiblemente alguien de mi familia no me quiere conciente.
-La verdad había perdido toda esperanza, pensé que moriría en esa cama o que envejeceria allí, yá que tampoco les sirvo muerto.
-Desde que llegaste e sentido cómo mis fuerzas vuelven de a poco, el dolor es soportable.
- ah, ósea que aún hay dolor- interrumpe Sofía, pasándole un vaso con pequeños trozos de hielo, para que pueda hidratarse y al mismo tiempo ayudarle a bajar la fiebre que empezaba a subir 
- Se qué debo fingir que estoy cómo el primer día que llegaste, pero odió esa cama- dijo buscando un poco de comprensión en Sofía.
- Entiendo su majestad .
jum, carraspeo, Terryus.
- ¿No estás siendo muy formal?, 
- me puedes llamar Terry, así me dicen mis amigos.
-Antes de apagarme nuevamente - dijo tratando de reír de su desgracia- quiero que sepas, que la mayor parte del tiempo estaba conciente, dormía, pero no profundamente, no como para no poder escucharte.
-tantas veces quise responderte- dijo mientras lanzaba un bostezo, ya comenzaba a sentir que los ojos le pesaban.
- deseaba hacerlo, en especial ese día en que, aaahhh -bosteza- lo lamento, aún estoy luchando con esto, ¿lo dejamos para otro día?, quiero que sepas qué tú presencia me da mucha paz y muchas esperanzas.

Sofía se empezó a sonrojar, no sabía que el principe podía escucharle, esas semanas a su cuidado a mantenido largas charlas sobre su vida, su madre, lo que pensaba de sus amigas, del castillo, qué él principe le parecía guapísimo , que se moría por saber a qué sabían sus labios y peor aún, un día casi lo hace, ( creó que se refería a ese día, pensándolo bien), pero fue interrumpida, el miedo no le permitió volver a intentarlo.
recordó además como varias veces se quedó dormida en su pecho, agotada por las extensas horas de trabajo, si ella tenía un trabajo de 24 horas, siete días a la semana, sólo le daban dos domingos al mes.
sí tenía "una ayudante", pero era más para limpieza de la alcoba, sábanas, cambió de agua, traer comida, y solo entraba cuándo Sofía le llamaba.
Todo lo referente al cuidado de Terry estaba solo sobre sus hombros.
- ¡No puede ser!-dijo en voz alta mientras cubría su rostro con sus manos, sentía como sus mejillas empezaban a calentar, seguro ya estaba tan roja como un tómate.

Terry sonrio, mientras volvía a quedar aparentemente profundamente dormido.

Ha mostrando una mejoría alucinante, pensó Sofía, olvidando por un momento su vergüenza y recobrando su compostura, quiere decir que el cambio que realicé ayer a la fórmula es todo un éxito.

A veces me apena sentir que es mi conejito de indias, ¿pero que otra opción tenía?, si no lo hubiese hecho así, tal vez, hasta hubiese muerto, o estar en un coma real.

Sofía no pudo evitar quedarse mirándole, su rostro, sus facciones, las pecas que le parecían tan sexis, su pelo castaño ondulado sobre su rostro, era perfecto.

Sofía¿que estás pensando?, se dijo así misma mientras movía la cabeza, intentando sacar todo pensamiento lujurioso de su cabeza.

-Buenas tardes Elfa- dijo una voz gruesa e imponente, agarrando de sorpresa a Sofía, haciéndola saltar del lado del principe.

-Bu buenas tardes, su majestad-, tartamudeo Sofía, sintiendo que todo le temblaba mientras se levantaba y hacía una reverencia, dejando caer el frasco que tenía en las manos.
- ¿Qué? ¿te pongo nerviosa?, ¿ o siempre eres así de torpe?,-jum, carraspeó el Rey, mirándola de reojo con un porte que de solo verlo sabías que era el rey.
-Espera a verme con la espada en la mano entonces o un poco más cómodo, dijo en tono burlón el Rey- mostrando un poco de piedad, ya qué parecía que Sofía se desmayaría de la impresión.

-¿Es verdad?,¿ mi hijo a mejorado? , ¿ya está hablando?, que tan cierto es eso-dijo mirando a Terryus.

Sofía observó qué la pregunta del rey salían de forma sincera de su boca, realmente ella sentía que el rey se preocupa por su hijo, aúnque en lo demás fuese una basura de ser humano.
-Su majestad, el joven a mostrado mejoría, pero eso de hablar, a pasado pocas veces y apenas entendible-repitió Sofía lo que había practicado decir en esa situación.

-Pero ningún padre merece ver a su hijo así y sufrir esa angustia- pensó mientras no despegaba su mirada del lecho.

- El joven tiene mejorías visibles- , dijo mientras seguí con la cabeza inclinada- cuándo despierta, no lo hace sólo en las mañanas, ya se toma sus tres almuerzos, por eso a recobrado su peso, su color y se parece más a su hermano-
- Eso es evidente- dijo el rey sin dejar de mirar un tanto preocupado a su hijo.
pero notó que Sofía había cambiado los medicamentos de estante.
- La antigua joven que cuidaba a mi hijo mantenía los frascos de su medicamento a la vista, dónde los tienes tú?
- oh, todos los tengo por acá Señor, señaló Sofía nerviosa, ya qué allí también tenía la cura que le estaba inyectando.

Terry a lo lejos escuchaba a su padre, sentía que Sofía le tenía demasiado miedo, debía despertar, se esforzaba, pero su cuerpo seguía sin reacciónar.




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