Efraín decidió que tenían que llegar a Four Lakes cuanto antes y hacer encontrado a Corey le dio una idea, aun había gente viajando, muchas familias habían sido separadas por el cambio y, quizás, algunas intentaran mantener el contacto.
-¿Por qué nos regresamos hasta hallar una oficina de correos?-pregunto Jhorad.
-Tengo algo en mente-miro las esposas-no puedo entrar contigo así.
-¿Me vas a soltar?
-Te dejare a buen recaudo.
Corey aun no comprendía de que iban ellos pero estaba siendo cauteloso, no tenía a nadie más que le ayudara y no iba a arriesgarse a quedarse solo por estar haciendo preguntas, acepto vigilar a Jhorad mientras Efraín entraba en la oficina de correos, el elfo le dedico una sonrisa de circunstancias.
-No…no intentes nada-dijo-soy muy fuerte.
-Ya lo creo-rio-relájate, niño, el tonto elfo esta guardando sus fuerzas para enemigos reales.
-Ok…gracias, señor.
-Hobolpott, era el nombre del lugar donde nací, lo llevo con orgullo, para no olvidar.
-¿Qué le paso a ese lugar?-se atrevió preguntar.
-Los orcos lo quemaron, mataron a todos menos a mí, ahora los cazo-sonrió-¿te gustaría encargarte de los que te atacaron a ti y a tu madre?
-No quiero herir a nadie.
-Ya llegaras allí, los gigantes llevan la agresión en la sangre.
-Tenemos suerte-Efraín regreso-tienen un montón de cartas para Four Lakes que no se atreven a entregar, nos llevaran cerca si nos ocupamos.
-Muy listo, ¿les mencionaste a nuestro chico grande?
-Lo hice-le quito la esposa por completo-pórtate bien.
-Lo hare, solo porque se lo prometí a Dionicius.
Les consiguieron un carro de cajón, el conductor los llevaría lo más cerca posible de Four Lakes asique se acomodaron atrás tan bien como pudieron, junto a dos sacos de correo.
-Esto está mucho mejor-dijo Jhorad.
-Llegaremos antes de lo previsto, si es que nada se presenta.
-¿Señor Meier?-dijo Corey-¿en serio voy a estar seguro allá?
-¡Claro!, mi madre está a cargo, nos recibirá con los brazos abierto, quizás haya más gigantes como tú.
-Lo dudo, ya se estaban extinguiendo en mi época.
-¿En serio soy un gigante?
-Mides cuatro metros, niño, ¿Qué más ibas a ser?-el chico se alzo de hombros.
-Cuando comencé a crecer me puse contento, pensé que iba a ser genial ser el más alto del salón-bajo la mirada-pero no paraba, la ropa dejo de quedarme y me volví tan fuerte que rompía todo lo que tocaba, comenzaron a molestarme, a llamarme monstruo.
-¿Y cómo te hizo sentir eso?-pregunto Jhorad, Efraín le dirigió una mirada irritada.
-Triste…enojado, pero mamá me dijo que fuera bueno…oímos de Four Lakes por las noticias, decían que los que cambiaron se estaban reuniendo y creando una ciudad, mamá decidió que debíamos ir pero papá no quería, me miraba con miedo y un día solo se fue.
-Es duro eso-dijo Efraín-que tu propio padre te mire como si fueras peligroso, estoy seguro de que te quiere pero no supo manejar la situación.
-No me importa-dijo, replegándose en sí mismo-si no se hubiera ido él hubiera cuidado a mamá y yo no la habría herido, ojala no lo vuelva a ver nunca.
-No digas esa clase de cosas…
-¡No lo quiero volver a ver, lo odio!, ¡Lo odio!-golpeo con sus puños el cajón, tan fuerte que el vehículo entero dio un brinco.
-¡Perdón!-grito el conductor, quizás pensando que había pasado sobre un bache.
-…lo siento…
-Está bien, Corey, está bien.
-Eso fue increíble-dijo Jhorad.
Estuvo callado el resto del día, el conductor hizo paradas solo para comer o usar el baño y por la noche se detuvieron en una gasolinera, la ultima abierta antes de llegar a su destino, había una buena cantidad de vehículos aparentemente abandonados allí porque el camino se había vuelto intransitable pasada la colina antes de la zona conquistada por los orcos.
Editado: 18.02.2019