Creí tener muchos amigos
Pensé que era feliz
Pero cuando la oscuridad me invadió
Me quedé completamente sola
Y creí que no podía caer más ba
jo
que
estas
palabras
que
me
sobran...
Pero esta noche lo entiendo, lo sé:
No hay nadie en el final del
pozo.
No hay alguien con quien hablar
Sólo están mis fantasmas y yo
Mi propia sombra me abandonó
en
la
oscuridad.
Y no hay nadie con quien hablar
La esperanza...
destruida.
Autolesión,
sin salida.
Nadie sabe allá afuera...
que
estoy
perdiendo
la
partida.
Si tan sólo hubiera alguien
con quien hablar.
Alguien que conozca el dolor
de cada herida,
Quizá pudiera ordenar
Mis
pen
sa
mien
tos
en
es
pi
ral.
Pero no hay nadie con quien hablar.
Y si no hay nadie
con quien hablar;
Y no hay una persona
que valga la pena;
Si no hay alguien...
por quien dar la vida;
Entonces
¿para qué sirve...
sino
la mía...?
#10675 en Otros
#3267 en Relatos cortos
universo del requiem, poesia relatos dolor depresion, oscuridad angustia muerte ira
Editado: 14.09.2024