El Llamado de la Sangre

Capítulo 3

No sé cómo Nathalie y el nuevo profesor de Literatura Alias "Dios Griego" se conocieron, tampoco me importa, pero bueno lo único que quiero es entrar rápido y ver a mis amigos, tengo mucho tiempo sin verlos y nos tenemos que poner al día; si la única manera de entrar en arrastrándo al profesor al salón pues así lo voy a hacer.

Me sentía incómoda, todos nos miraban fijamente mientras caminábamos al salón, ya me estaba hartando. No aguanté más y frené

—¿Se les perdió algo idéntico a mi o qué? —dije/grité ya molesta por la situación— Ya quítense estoy apurada —dije y seguí caminando.

Definitivamente amanecí de mal humor hoy, seguramente se me pasará en el transcurso del día. Ya en el salón pude ver a Daniel y a Allison en una de las esquinas de la parte de atrás, nadie nos quitaba esos puestos, prefiero estar atrás y que los profesores no me molesten. Solté a Samuel y me encaminé hacia donde estaban mis mejores amigos.

—Hola chicos ¿cómo están?—dije con la mejor sonrisa que tenía— ¿Cómo pasaron las vacaciones?

 —Hola Ori, yo la pasé muy bien ¿y tú? —respondió Allison tan sonriente como siempre.

—Muy bien All —dije devolviéndole la sonrisa.

—Yo también la pasé bien chicas, gracias por preguntar y no me excluyan de la conversación, yo también soy parte del grupo ¿okey? —dijo Daniel con un tono de celos en su voz haciendo que soltáramos una carcajada— Ya no se rían que yo no lo estoy haciendo, ahora si Oriana ¿nos vas a decir quién era el bombón con el que entraste al salón?

—¿Te refieres a Samuel? —pregunté con tono divertido— Es el nuevo profesor de Literatura

—¿Así se llama? —asentí —Bien, ¿y que pasó con Nancy? ¿No te parece que es demasiado joven para dar clases? ¿Por qué lo tuteas? ¿Por qué nunca lo había visto?

—¡Wow! Espérate un segundo Dani, sabemos que quieres saber todo de él, pero has una pregunta a la vez, please —dijo Allison harta de tantas preguntas— Aún así yo también quiero saber de él Oriana así que empieza a hablar

—Pues según sé la vieja Nancy renunció al cargo, y si, me parece que es muy joven pero bueno, así mejor —hice una pausa recordando las preguntas— Lo conocí hoy en la mañana, pero creo que Nathalie ya lo conocía, luego le preguntaré, y no sé de dónde es porque yo tampoco lo había visto antes.

—¡¿Alguien me puede decir quien es el Dios Griego que está en el puesto del profesor?! —dice Sophie que acaba de entrar mientras se acerca a nosotros.

—Hola chichos ¿cómo están? ¿Cómo pasaron las vacaciones?

—Hola Sophie muy bien ¿y tú? Gracias por preguntar —le dije con sarcasmo, obviamente, imitando su voz- Ese Dios Griego es el nuevo profesor de Literatura

—!¿QUÉ?! —definitivamente Sophie era la más escandalosa del grupo, todos gracias a su grito nos voltearon a ver— Discúlpenme por no saludar correctamente —dijo apenada y haciendo un puchero —Luego me dicen el chisme —susurra con una sonrisa sádica.

No pudimos responder porque Samuel comenzó a dar la la clase.

—Buenos días alumnos, soy Samuel Andrew su nuevo profesor de Literatura, espero que nos podamos llevar muy bien y no tengamos ningún inconveniente a lo largo del año —dijo con una sonrisa genuina— Ahora si, empecemos la clase.

Desde ahí no le presté atención me aburría esta clase a más no poder, y no porque el profesor fuera un adonis voy a prestar más atención que antes.

—Señorita Adams me podría decir ¿Cuáles son los aspectos más resaltantes de la literatura en el siglo XIX? —me dice con una sonrisa burlona, sólo me quedé en silencio —Supongo que no está prestando atención, por favor concéntrese más o me veré en la obligación de sacarla de mi clase.

Justo cuando empezaba a caerme bien él viene y lo hecha todo a perder ¿Por qué carajos tenía que dejarme en ridículo frente a toda la clase? No tengo la culpa de que no me guste esta materia. ¡Ash! Ojalá esta clase termine rápido.

Solo asentí y me quedé callada no quería tener problemas el primer día de clases. Estuve a punto de quedarme dormida, sin embargo, sentía la mirada de Samuel fija en mí, realmente no sé que tanto me mira ¡ni que tuviera monos en la cara! Por Dios que insoportable, si no fuera porque aquí todos son humanos y no saben mi secreto —excepto Daniel— ya le hubiese lanzado un hechizo para que se quedara así por siempre ya no lo tolero. Lo que empieza como algo bonito, en cualquier momento todo el esfuerzo que se hizo para evitar los problemas se va al retrete por una sola acción de parte de alguno de los dos; en este caso, Samuel echó todo a perder con sus regaños ¿Acaso él nunca se había aburrido en alguna materia? Como si no hubiese sido adolescente alguna vez.

Al rato de estar perdida en mis pensamientos, un sonido me sacó de mi trance, ¡El timbre! Por fin, esta clase se me hizo eterna, no esperé más y salí del salón en dirección a la cafetería, necesitaba una bebida energizante para no dormirme en las próximas horas de clases. 

 




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