Capítulo 10

Nathalie

El viaje al instituto fue muy divertido, Michael se la pasó diciendo chistes malos que nos hacían reír demasiado; llegué a pensar que me iba a orinar por su culpa.

—Primera parada, instituto Romeville —dice Michael con voz de locutor haciéndonos reír— Bye Ori, te veo en la salida.

—Adiós chicos —dice ella y sale del auto.

—Espera, yo te acompaño —le digo y a pesar de que me dice varias que no es necesario insisto hasta que se rinde.

Este fin de semana fui a una librería buscando un libro que leer, no sabía cual elegir aunque por suerte ahí estaba Samuel y me ayudó, quería hablar con el para agradecerle —otra vez— e intercambiar opiniones sobre él.

Cuando por fin lo encontré fui hacia allí, estaba casi en la entrada por lo que lo llamé desde donde estaba, cuando me vió sonrió y se acercó.

—Hola Nath ¿cómo estás?—Hola Samuel, estoy muy bien ¿y tú? —digo sonriendo como tonta, no se por qué pero sus ojos me hipnotizan, me encanta el hecho de que tenga heterocromía, no es algo usual por aquí— Vine a agradecerte de nuevo por tu ayuda en la librería y decirte que me ha encantado, aún no lo he terminado pero me enganchó desde el principio.

—Me alegro que te esté gustando, es uno de mis libros favoritos y me encanta que haya sido ambientado en nuestra época.

Así seguimos un rato hablando hasta que tuve que irme, fui al auto y subí pero me extrañó que Michael estuviera tan serio, como si estuviera enojado. Se podía sentir la tensión en el ambiente, al rato de estar así decidí hablar, ya no aguantaba esta situación.

—Se puede saber qué te pasa —dije irritada por esta situación— No entiendo por qué estás así, desde que salimos de mi casa estabas muy contento, pero desde que subí al auto estás raro.

—No puedo creer que todavía preguntes —dijo y lo miré confundida— ¿Quién es ese tipo con el que estabas hablando tan animada?

—Es el profesor de Literatura en el instituto —ahora el confundido era él—Es nuevo, la profesora Nancy renunció por problemas de salud.

—¿Y cómo se conocieron? —me preguntó muy interesado— Porque yo no sabía quién era.

—El día que no llegaste a nuestra cita fui al bar The Mop y ahí lo conocí, hicimos una apuesta sobre que libros leía y si él decía algún libro que yo hubiera leído le tenía que dar 5 dólares, si no me daba 10 pero él ganó.

—¿Y ya? —dijo sin creer lo que decía— ¿No pasó más nada? Porque esas sonrisitas no son por nada Nathalie.

—No, al día siguiente lo volví a ver en el instituto y ahí supe que era profesor, hoy bajé a hablar con él porque me recomendó un libro y me gustó bastante.

—Igual no entiendo por qué tienes tanta confianza con ese tipo —dice bastante cabreado— No me gusta como te mira, y te voy a pedir que te alejes de él.

—Ya te pasaste Michael, que seas mi novio no te da derecho a elegir mis amistades —si el esta cabreado yo lo estoy mucho más, no me voy a aguantar estas escenitas— Y ya me voy, no me vengas a buscar, prefiero irme a casa en autobús.

Salí del auto dando un portazo, estaba muy bien hoy pero Michael me puso de muy mal humor en estos minutos. Es algo muy raro porque casi nunca peleamos, pero como dicen por ahí, siempre hay una primera vez para todo; ya iba tarde a clases, así que entre corriendo a la universidad, ya veo venir el regaño del profesor Weigel, si ya le caía lo bastante mal como para regañarme cuando no estaba haciendo nada malo, no me quiero imaginar cómo será ahora.

Michael

No quería que esta discusión terminara así, no somos de los que se la pasan peleando, y mucho menos por celos, pero ella debería entender que estaba celoso de ese imbécil que quién sabe de dónde salió. Esperaba que ella comprendiera cómo me sentía en ese momento y me tranquilizara, porque es la única que puede hacerlo, y que con un par de besos todo volviera a la normalidad, pero no todo sale como esperamos, y esta fue una de esas situaciones.

Nunca había visto a Nathalie tan molesta, tengo que pensar en algo para que me perdone, no quiero que pasemos mucho tiempo así por lo que le pediré a Oriana que me ayude, ella es la persona que más la conoce y si Nathalie le pregunta algo se que no le va a decir nada, ella es la persona más confiable para que guarde tus secretos cuando lo necesites.

Estuve pensando en sitios a los que puedo llevarla para reconciliarnos hasta que escuché el celular anunciando que tenía una llamada entrante de Thomás.

—¡Hey Bro! Te llamaba para avisarte que El Congreso planificó una reunión en la que van a estar todos los líderes de los seres sobrenaturales, es el viernes de la semana que viene.

—Está bien Thomás, pero no creas que te vas a quedar aquí, tu vas conmigo, no estoy seguro de poder soportar a todos los líderes solo.

—Tranquilo, sabes que siempre estaré ahí cuando me necesites, ahora te dejo porque tengo una video-conferencia en quince minutos. Adiós.

—Gracias hermano, adiós.

El Congreso es una institución que se se encarga de que reine la paz entre las diferentes etnias sobrenaturales, nunca me han gustado esas reuniones, me parecen innecesarias, si quiero tener paz con los demás yo mismo me reúno con ellos, pero los líderes del Congreso son unos metiches que quieren tener el poder sobre todos para sentirse poderosos, aunque a nadie le importen sus reglas.

Pasé la mañana revisando que todo estuviera en orden, Romeville es la comunidad con más brujas de toda California, por lo que debo estar más al pendiente a lo que pase aquí, si quieren una guerra contra nosotros lo más seguro es que ataquen primero a esta zona.Cuando terminé mi trabajo por el día de hoy, llamé a Oriana para saber cuándo me podía ayudar, a esta hora debe estar almorzando, espero que pueda atender.

—Hola Michael ¿cómo estás?

—Hola enana, estoy muy bien ¿y tú? Necesito que me ayudes en algo.

—Bien ¿En qué te puedo ayudar?

—Pues te voy a contar, discutí con Nathalie y me dijo que no la fuera a buscar hoy, estaba muy enojada y nunca la había visto así —le expliqué— Quiero llevarla a cenar o algo así para que me perdone, pero como tú la conoces mejor que yo me podrías ayudar ¿Verdad?