El Llamado de la Sangre

Capitulo 35

Hay un capitulo antes de este

Oriana

La luz del sol pega directo en mi cara, poco a poco voy abriendo mis ojos; no sé qué pasó ayer, lo último que recuerdo fue haberle dicho a Luke que me iba a emborrachar.

Y lo lograste.

Ni me lo recuerdes…

Cuando logro acostumbrarme a la luz trato de moverme sobre la superficie, una cómoda cama, pero algo, o más bien alguien, me lo impide con un gruñido.

¿Qué mierda?

—Ya no te muevas más —escucho que me dicen desde atrás con una voz muy ronca—, estoy muy cómodo así —mete su cabeza en el hueco entre mi cuello y hombro y deja u beso húmedo allí.

Mmm si es así me quedaría aquí de por vida.

¿Qué mierda x2? Okey, ya me estoy volviendo loca…

Impaciente, me muevo hasta conseguir dar la vuelta entre esos fornidos brazos, muy mala idea, quedó justo frente a la cara de mi posible secuestrador, a nuestros labios sólo los separan unos milímetros y nuestras respiraciones se mezclan. Al notar el cambio de posición abre los ojos abruptamente y me mira fijo, su mirada va de mis ojos a mis labios y lo mismo hago yo; mi respiración de un momento a otro se acelera y trato de calmarme, no quiero hacer un espectáculo. Él poco a poco se va acercando más a mí hasta que ya no hay más espacio entre los dos y junta nuestros labios, sus labios se mueven feroces sobre los míos, muerde levemente mi labio inferior causando que suelte un leve jadeo lo cual aprovecha para adentrar su lengua en mi boca, correspondo su beso con las mismas ganas y nuestras lenguas crean una batalla por quien lleva el control del beso. A los segundos nos separamos con la respiración agitada y los labios hinchados.

—Este sí que son buenos días —dijo con una sonrisa bobalicona y dejo un casto beso sobre mis labios, correspondí su sonrisa—, buenos días mi luna.

—Buenos días, Luke —me sonrojé al notar su pecho desnudo, ¿cómo no me había dado cuenta antes?

Pero que buen torso tiene este hombre, está para comérselo a besos.

—Pues muchas gracias —dijo a lo que no lo entendí— Lo mismo puedo decir de ti mi luna, aunque no solo el torso, todo tú completita.

No. Puede. Ser.

Me puse más roja que un tomate, ¿Por qué lo dije en voz alta? ¿Soy tonta o qué?

No eres tonta mi luna, después lo entenderás.

¿Qué mierda x3? ¿Por qué escuché esa voz en mi cabeza?

Ahora que me veo bien, lo único que tengo puesto es una camisa de él y mi ropa interior por supuesto… ¿Será que me vio desnuda? No lo creo, sigo teniendo la ropa interior. ¿Me habrá cambiado él? Ay no, mejor no sigo pensando, me voy a volver loca.

— ¿Qué quieres desayunar? —escuché de pronto a Luke, haciéndome salir de mis pensamientos— Digo, ya debes tener hambre, anoche te quedaste dormida en mi carro.

—Lo que tú quieras está bien para mí, no tengo mucho apetito hoy —era cierto, la borrachera de ayer me dejo un mal sabor de boca y ahora tengo acidez en el estómago, lo único que quiero hacer ahora es vomitar—. Lo único que te pido es que sea algo ligero por favor, y muy poquito —hice un puchero, él sonrió tiernamente y negó.

—Ah eso si que no, lo siento mucho, pero en mi casa no te vas a alimentar mal —que lindo, quiere cuidarme—. El día de hoy seré tu niñero y sirviente personal, así que aprovecha y pide lo que quieras —solté una leve risa que pronto paré por el dolor de cabeza que tenía—. Mira que el gran Luke Harrison no se doblega ante alguien todos los días.

Como siempre el ego hasta el cielo.

Luke salió de la habitación y pronto me levanté al baño, apenas puse los pies en el suelo me dieron arcadas y tuve que correr directamente al inodoro, rápidamente me agaché y expulsé todo lo que había en mi estómago —que era muy poco—. Llevaba unos segundos en esa posición cuando siento que recogen mi cabello en un puño.

—Tranquila Luna —dice suavemente dando pequeños golpes en mi espalda—, ya pasará…

—Gracias Luke —me enderezo poco a poco—, que vergüenza, no quiero darte problemas.

—Tranquila Oriana, te cuidaría, aunque mi vida dependiera de ello —me sonrojé y él sonrió—. Te vez hermosa sonrojada Luna.

Ay mi vida, ¿cómo te explico que con ese comentario me haces sonrojar más?

Creo que ese era su propósito mi vida.

Y si, si antes ya estaba roja ahora soy un tomate andante.

—Ven —dijo él con su sonrisa moja bragas y me ayudó a levantarme—, vamos a la cama, mientras vez algo yo hago nuestro desayuno.

Caminamos poco a poco hasta su habitación, estaba un poco mareada —debe ser por el alcohol, creo que tomé demasiado—, me ayuda a acostarme y acomoda las almohadas, deja un beso en mi frente y sale alegando que volverá pronto, me siento como una niña enferma a la que le hacen todo…

Bueno, literalmente te está haciendo todo…

No me ayudas conciencia.

Estaba pasando los canales a ver qué me gustaba más, una escena llamó mi atención.

De los 13 a los 30.

Por suerte no tenía mucho tiempo de haber empezado, me acomodé como pude, el dolor de cabeza no me dejaba moverme mucho.

Como a los quince minutos de estar viendo la película tocan la puerta, extrañada, doy permiso a que entren, pero nada sucede, ya un poco asustada me levanto a ver qué pasa.

Eres una dramática Oriana.

Cállate, déjame meterle suspenso al asunto.

Como puedo voy hacia la puerta, esta resaca me ha pegado fuerte, abro y me encuentro con Luke, tiene una bandeja en la mano que se ve un poco pesada, traía unos panqueques en forma de corazón, tenían chocolate y sirope encima, con fresas perfectamente cortadas y algunas frambuesas esparcidas armónicamente por el plato. Había un plato de sándwiches de corazones con huevo, también alfajores y dos copas de jugo de naranja.




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