Narrador omnisciente.
Al escuchar las rudas palabras de su medio hermano, Samantha intentó salir de la mansión para así evitar que ocurriera una catástrofe, no logró siquiera dar dos pasos cuando ya Luke, su mate, la había tomado por la cintura al saber lo que ella quería hacer.
—Ni lo pienses, no vas a salir de aquí por mucho daño que él haga ¿me oíste?
Ella le dirigió una mirada asesina, odiando por un momento que fuera tan protector con ella, al menos en esa situación, quería ayudar, y la única manera que veía de poder hacerlo era saliendo a enfrentar a Michael Biayer, no quería sentirse inútil o como una pesada carga que los demás debían cuidar y proteger, se cansó de ser la chica inocente y débil que corre a los brazos de alguien más fuerte por ayuda, quería ser al fin una mujer fuerte y admirable a la que los demás seguían e iban con ella para solucionar sus problemas, al parecer aún ella es ingenua y no se da cuenta que es débil debido a que nunca practicó sus poderes y habilidades, conformándose con las escasas clases a las que le fue permitido asistir en el aquelarre para que no lograra explotar su potencial.
Ella puede ser la persona más poderosa del mundo sobrenatural pero, sin aprender de lo que es capaz ni practicar diariamente no llegará a nada.
Samuel luego de ver lo que estuvo a punto de ocurrir se acercó rápidamente a su hermana para protegerla, Michael venía por ella y no se iría sin lo que quería, claro que eso pasaría sólo si ellos lo permitían, él no se acercará a Samantha.
—Tranquila hermana, Michael Biayer no hará nada, solo le gusta amenazar para que hagan lo que él quiere —dijo más para convencerse a sí mismo, ninguno quería saber de lo que realmente era capaz, mucho menos ahora que tiene más poder—; ni se te ocurra salir de aquí, eres la persona que más corre peligro en este momento.
Y eso ella lo sabía, en realidad todos lo hacían, pero debían mantener la calma antes de que un enfrentamiento mucho peor ocurriera.
—A ver, sé que soy vulnerable y débil y todo lo que ustedes quieran, pero si no salgo en este momento habrán muchos muertos y heridos inocentes, y todo será mi culpa —se sentía culpable por algo que aún no pasaba—, si quieren, estén pendientes de lo que pasa, pero desde lejos, temo que reaccione mal y todo se vuelva mucho peor.
—¡No saldrás de aquí, carajo! ¡Corres peligro y no me permitiré perderte! ¡No de nuevo! —se alteró Samuel a pesar de que parecía el más calmado de la sala— Si es necesario saldré yo y arreglaré todo esto, tú te quedarás aquí y luego irás al refugio, ahí estarás segura, no frente a él ni en medio de una guerra.
—Luna, no te podemos exponer, aún no saber usar tus poderes y frente a Michel serías literalmente una hormiga, podría matarte en un segundo —suspiró, evitando que la voz se le rompiera, siguiendo en un susurro que igual pudieron escuchar—. Y junto a tí moriría yo también.
—Nada va a pasarme, ya recuerdo todo, incluidos los hechizos que hacía de pequeña, ¿estos podrían ayudarme, no? ¡Además, logré salvarte la vida Samuel, no soy tan débil como ustedes creen!
—¡Que lograras hacer un hechizo tan fácilmente a pesar de su nivel de dificultad no quiere decir nada! ¡Eso no se compara en nada a una maldita guerra en la que todos buscan matarte!
Ante la terquedad de los dos jóvenes, Samantha decidió quedarse callada escrutando el lugar, buscando una oportunidad de salir. Vió guardias sellando las puertas y ventanas, dejando solo un mínimo espacio por el que pudieran ver hacia el exterior, en estos sitios habían francotiradores esperando órdenes del alfa para disparar, no les convenía empezar ellos esta guerra. Uno de los guerreros escuchaba atento al alfa Richard y, al recibir órdenes claras salió corriendo al exterior por una de la puerta de la cocina, escuchando aún las órdenes gritadas por el alfa.
—¡Quiero a las mujeres, niños, discapacitados y ancianos sin ningún rasguño! ¡Lleva a varios guardias contigo, no quiero ningún altercado con los brujos!
El alfa estaba estresado, hace mucho tiempo no había ningún enfrentamiento en esta manada, siempre se caracterizaron por lo pacíficos que son y resolver los problemas hablando como personas civilizadas, no veía la necesidad de exponer a su gente a una guerra injustamente, son personas inocentes que no tuvieron nada que ver con lo que sea que pasaba; sin embargo, ahora, se veía obligado a hacerle frente a los brujos, no sin antes poner a salvo a todas las personas vulnerables de la manada.
En su sitio, y aún escuchando los gritos y reclamos de su mate y su hermano, buscaba la manera de salir de la mansión, no pondría en riesgo a la manada y si Michael lo que quería era hablar con ella eso haría con tal de no arriesgar a los habitantes del pueblo pero, ¿Michael en serio sólo quería hablar? ¿O quería algo más? Eso es lo que Samantha no quería ver, para ella todos tenían una pizca de bondad en su alma a pesar de todo el daño que hacen, ¿Michael también sería parte de ese grupo de gente? ¿O su alma estará infestada de maldad? En el fondo, Samantha quería volver a ver al Michael de hace unos meses, el que las invitaba a salir y jugaba con ella a las muñecas cuando era niña, tal vez no volvería a verlo nunca más, porque su medio hermano había cambiado y nada ni nadie lo haría regresar.
—¿¡Será que la princesa piensa salir!? ¿¡O está buscando dónde esconderse!? —grita poniendo mucho más nerviosos a todos— ¡Yo siendo tú saldría rápido porque no tengo mucha paciencia que digamos! ¡No para ti! ¿¡Quieres que le haga daño a toda esta gente Samantha Salvatore!? ¿¡O debería decir Samantha Biayer!?
Samuel gruñe por sus palabras cada vez más nervioso, su hermana no es una Biayer, desde que nació ha sido una Salvatore y así seguirá por siempre; Michael buscaba manipular a Samantha con sus palabras, la conoce muy bien y sabe que al ver a alguien en peligro hará todo lo que esté a su alcance por ayudarlo y ponerlo a salvo, y lo estaba logrando, Samantha estaba cayendo en su artificio; intentando no demostrar lo que quería hacer hizo un análisis minucioso pero muy rápido de su entorno y, al ver a los guardias alejarse de la puerta, corrió hacia el exterior ignorando los gritos de todos al notarlo, los guardias corrieron a atraparla seguidos por Luke y Samuel, eran los únicos que quedaban en la sala, los demás intentaban poner orden en el refugio para luego poder salir a pelear; sin embargo, cuando estuvieron a punto de cruzar el umbral de la puerta, una gran fuerza los impulsó hacia atrás, Michael había puesto una barrera luego de que Samantha saliera para evitar que lograran seguirla.
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Editado: 30.10.2022