Cuando llegamos a Miraflores, los que se encargan del vestuario y los maquilladores pusieron manos a la obra con todos nosotros. Sofi: la coordinadora de Orquídea, habló con el encargado de atender a las visitas del presidente, pareció llegar a un acuerdo con respecto a las tomas que harían. Hasta vimos al alcalde asistiendo a la reunión que tienen planeado.
Apareció el diseñador de la ropa que vamos a patrocinar, se nos presentó de manera formal y llegó su vehículo lleno de los atuendos. Se nos hizo cambiar uno por uno.
―No pongas esa cara tan seria, Alexander, necesito de tu carisma para las fotos de hoy ―mandó Sofi mientras me peinaban.
―Tendría mi carisma si hubieras aceptado ser parte de mi harén ―fingí tristeza de una manera exagerada.
―Ya deja eso. Hoy te ves espectacular, así que ve a lucirte y subir de puesto de belleza en Orquídea, aprende de Nix.
―Bien, bien, aprenderé de él. Voy a besarlo a ver si adquiero su conocimiento, ¿sabías que su bálsamo es de sabor a fresa? ―Muevo las cejas.
―Eres un caso, un caso extraño.
―Gracias.
Terminamos de arreglarnos, las mujeres se hicieron en otro lugar. El primero en hacer la sesión fue Antonio, se tardaron mucho con él ya que estaban probando poses y los ángulos de cámara que más le favorecían, lo mismo hicieron con Gabriel, admito que Gabriel sabe cómo comportarse en una sesión, por algo está en el puesto dos, se nota que está dispuesto a querer ganarse el primer lugar.
Daniel se hizo a mi lado.
―Por cierto, ¿cómo te fue en tu alcoba con Gabriel? ―pregunté.
―El muy güevón no me dejó entrar y luego tuve que suplicar para que me dejara acomodar mi equipaje ―. No pude evitar reírme―. No te rías de mis desgracias.
―Eso mismo me pasó la primera vez que compartí habitación con él, a diferencia de ti: llamé al encargado para que me abriera la puerta. Soy pacífico, amigo ―. Daniel me miró con el ceño fruncido―. Está bien: a veces. Cuando me conviene.
―Gabriel te extraña, ¿por qué no intercambiamos habitaciones?
―No caeré en esa trampa.
―Lo digo enserio, no dejó de preguntar por ti y el por qué fuiste elegido por Toño para compartir habitaciones.
―¿Y qué le respondiste?
―Que Toño estaba interesado en tu culo o viceversa, casi me parte su botella de colonia cuando dije eso, menos mal que nos avisaron a que saliéramos.
Fue el turno de Jesús en ser fotografiado, después sería mi turno, así que esperé, a Daniel le están retocando el atuendo. Empiezo a sentir hambre, a pesar de que apenas son las 10:34 am, tal vez es porque desayuné temprano. Me hacen poner un arete de luna para completar el atuendo, unos anillos y una cadena con una A grabada, me imagino que es por mi pseudónimo.
Me acerqué a Antonio, quien estaba siendo incomodado por Kevin y sus halagos que me da cringe.
―Lo hiciste muy bien ―digo interrumpiendo lo que Kevin estaba diciendo―. Aunque tu nariz se puso roja en medio de la sesión, tienes suerte de que exista el photoshop.
―¡No digas eso! ―me dijo Kevin con cierto enojo―. Nix no necesita un editor de fotos para que se vea bien.
―¿Tus padres no te enseñaron a no contestar lo que no te preguntan?
―Eres un envidioso que no soporta que Nix triunfe ―atacó.
―No estoy diciendo que Antonio saliera feo, tú y yo sabemos que está guapo. Solo digo una pequeña preocupación, nada más.
―Kevin, Darius no dijo nada malo, así que no tienes porqué enojarte ―interrumpió―. Darius, creo que ya casi va a ser tu turno.
―¿Cómo lo sabes?, ¿acaso sacaste el promedio del tiempo? ―Escucho que me nombran para pasar.
―Algo así.
Como siempre, las poses que tengo que hacer tiene que ver con el gusto de Sofi, ella era la que decidía cuál pose quedaba conmigo, tomando en cuenta el tipo de atuendo que estoy usando, el cual consiste: en una camisa de lana blanca, con una manga larga, otra corta y un cuello en forma de V; un leotardo que simulaba ser un pantalón ajustado de color gris; y un calzamedias que se mezclaba a la perfección con el leotardo. A pesar de tener características de un atuendo informal, tiene pintas de ser elegante. Puse mi mejor sonrisa a la cámara e hice las poses que Sofi me indicó a que realizara.
No sé cuántas fotos tomaron, me imagino que tomaron diez y después seleccionarán dos o tres para la revista virtual, eso siempre ocurre y es frustrante. Empezó a hacer mucho calor, así que me hice en la sombra cuando terminó mi turno.
―Pana, lo hiciste bien, te ves tirable ―me animó Daniel―. No te preocupes, no apareció tu extraterrestre.
―No es eso. Tengo hambre ―me quejé.
Mi estómago se siente como si estuviese en una hoguera, me pide comida.
―Cálmate, ya casi terminamos con esta primera sesión, nos darán media hora para comer cuando vayamos al hotel y volvemos para las siguientes tomas. Me imagino que será más rápido la reunión con el Blodmiz que terminar nuestro trabajo hoy.
Algunos de mis compañeros se amontonaron y uno nos gritó que llegó el Blodmiz. Me emocioné junto con Daniel y nos acercamos a ver. No fuimos los únicos, ya que muchos periodistas se reunieron por fuera del Miraflores para bombardear al invitado con preguntas. Pude ver una nave que tenía una forma hexagonal, no vi al representante bajar de la nave por tantas personas que nos bloquean la vista. Solo pude verle cuando entró y fue escoltado dentro de las barreras de Miraflores, dejando a los reporteros atrás.
No fui el único en sorprenderse: ya que nuestro visitante poseía una piel morena, unos ojos extraños que no pude ver bien desde aquí, solo el brillo dorado de lo que podría ser su iris.
―Su cabello parece una galaxia ―expresó Daniel y no mentía―. Hasta parece que estuviese en movimiento. Sabía que los afrodescendientes éramos de otro mundo.