Capítulo #15
Balin
— Pásame el labial.— Pide Coco y acato.
El último día del año ha llegado y con ello la fiesta de nuevo año se alza con ímpetu en las noticias. Solo las personas importantes podrán asistir, sin embargo, cada quien puede atender cualquier fiesta independiente y eso es lo que hace Coco a mi lado mientras me ayuda a prepararme para la "grandiosa" fiesta.
— ¿Tienes otro vestido?— Pregunto sin sentirme a gusto con el mío.
— ¿Estás loca? Ese te queda genial.
Me miro en el espejo sin ver lo que ella jura. En estos días he estado algo bajoneada por toda la situación con Ulysse y a sinceridad no tengo ganas de ir a esa fiesta.
El reflejo de mi rostro maquillado tapa las ojeras con las que he tenido que lidiar por el transcurso de estos días por las horribles pesadillas que no me dejan en paz. Mi mente repite una y otra vez la muerte de Reneé pero cada vez siento más dolor al soñarlo, es como si alguien o algo me estuviera castigando cada que estoy lejos de Ulysse y no sé cómo reaccionar a eso.
Me concentro en el vestido rojo que se pega a mi silueta y doy la vuelta para ver el abierto abajo de mi trasero que llega hasta el final de la tela. Me coloco unos zapatos negros y unto el labial rojo de último.
— ¿De dónde haz sacado ese collar? Es precioso.— Toca mi cadena dándole vueltas al dije.
— No recuerdo...— Me separo sin querer recordar más a Ulysse y la estupidez que hice.
— ¡Ya es hora!— Interrumpe Wesley tomando mi brazo para salir.
— ¡Me mandas fotos!— Grita Coco y asiento despidiéndome.
Tomo mi bolso como puedo y camino detrás de Meer para llegar a la nave que nos llevará a Antártida. El frío intenso es lo primero que nos recibe abrazándonos con fuerza sin importarle que odie la sensación que causa en mi piel. Utilizo un abrigo de tela sintética que calienta por dentro ya que posee un dispositivo que hace esa acción. En estos tiempos, la ropa sintética es algo imprescindible para la humanidad.
— ¡Bienvenidos a la fiesta más esperada del año!— Anuncia una mujer joven en la entrada.
Los camarógrafos nos retratan poniendo a Meer nervioso. Nos quitan nuestros abrigos para que podamos estar tranquilos dentro del gran lugar condicionado. El calor artificial sale de unos conductos en cada esquina del sitio calmando la sensación helada de afuera.
— Buenas noches.— Saluda Okoye besando el dorso de mi mano.
— Hola.
Respondo deslizando mi mano fuera de su alcance. El regente de Africa se acerca para saludar y hacemos lo mismo con respeto. Las luces se apagan y una única fuente brillante es la que ilumina la sala. De ella sale un charco gigante de agua en el cual se dibuja un reloj mediante un holograma. La cuenta regresiva comienza y aún faltan dos horas para que el nuevo año nos dé la bienvenida.
El nuevo regente de Antártida se coloca al lado de la fuente y ahora un reflector lo ilumina dejando que este hable para el público.
— ¡Buenas noches, damas y caballeros!— Saluda y algunos hacen una pequeña hurra. — En el día de hoy, estamos todos reunidos para despedir el año viejo y dar paso al nuevo. Un año que le suma al imperio de nuestro presente gobierno; un año en donde muchos murieron y muchos nacieron; un año en el que hemos dado a conocer todo lo que valemos y todo lo que tenemos por delante.
>> Este es nuestro último día en el que podemos decir que nos encontramos en el 975 D.H y no hay mejor manera que pasarlo con ustedes. Sin más preámbulos los dejo con Marlyn Mason, la cual encabezará el espectáculo de esta noche.
Una chica de cabello largo, casi llegando a sus rodillas, se postra en el escenario luciendo un traje morado con lentejuelas por todas partes. Su espectáculo se basa en tragar fuego y realmente no me interesa lo que hace, por lo tanto, me largo hacia los baños.
Observo mi reflejo en el cristal y respiro hondo para que las lágrimas no salgan. Nunca me he sentido así, ni si quiera cuando mis padres murieron. Es una extraña sensación de pérdida absoluta que amenaza con rasgarme el corazón si sigo respirando lejos de él. Abro el grifo y me inclino para tomar agua. Siento una presencia a mis espaldas y me giro para ver de quién se trata.
— Hola, escuincle. Es hora de que te vayas.— Dice Doxon con una sonrisa de spicopata.
Ruedo los ojos y camino hasta la puerta sin hacerle caso. Ella me toma del cabello para que no me vaya y le rompo la nariz de un guantazo por tomarme. La escucho lloriquear pero no me importa, sigo por mi camino quitando a las personas que estorban. Salgo para tomar aire y veo como Buisson toma a Defne de la cintura.
Me muevo hasta llegar a ellos y halo a Ulysse para decirle un par de cosas que merece. Lo doblo para mirarle la cara y los ojos se me abren de par en par al ver que no es él.
— Pensé que eras...
— ¿Mi sexy primo?— Dice riéndose.— No lo soy, dama.
Me alejo de ellos confundida y troto hasta el jardín. «Entonces... ¿No fue él quien besó a Defne aquella noche? ¿Pensé todo este tiempo que había sido él y no era así?» Sigo caminando mientras estas preguntas inundan mi mente, me siento en un tronco y cierro los ojos para calmar mi respiración.
— Hermanita...
Me pongo de pie más rápido que la luz y me coloco en posición de defensa. Activo mis armas en menos de dos segundos y apunto a su cráneo sin pensarlo dos veces.
— Calma, niña.— Ríe Zane y me dan ganas de romperle los dientes.— Solo quiero hacer un trato contigo.
— Jamás.
— Ya veremos eso.— Tira una especie de bomba que abre un portal y lo miro anonadada.— Consigue los planos que tiene Buisson o te juro que haré que todos tus queridos mueran uno por uno. Empezando por...
Mi respiración se acelera de forma errática y disparo queriendo matarlo. Él se mueve como gusano esquivando todas mis balas y el sonido alerta a los demás. El idiota de mi medio hermano saca sus armas en mi contra y tengo que escapar del lugar para que no me mate.