El mensajero de Gaia.

La razón de todas las cosas.

En el Palacio de Cobalto, en aquél balcón donde alguna vez su ángel compañero le recitó la poesía del león cordero, Raiza oteaba el horizonte en un trágico atardecer donde allá en la distancia apenas se distinguía la oscura silueta de Los Montes Lunares.

 

  -¿Lo extrañáis mucho verdad? –le pregunta Raideé a Raiza.

 

  -Estoy preocupada hermana porque en estos momentos debe de estar malherido o muriendo.

 

  -¿Quién sabe? ¡Tal vez pudo escapar! –le contesta Raideé tratando de tranquilizarla.

 

  -Como se nota que no conocéis a mi ángel compañero y que es tan valiente como testarudo.

 

  -¡Claro que lo conozco! En el poco tiempo que estuvo con nosotros me di perfecta cuenta de que es terco, aferrado y temerario pero también muy listo, se le nota en esa mirada escrutadora con la cual se fija hasta en el último detalle y te aseguro que si se vio en desventaja contra sus enemigos escapó para planear un contraataque. –dice Raideé.

 

  -Júpiter quiera que sea como vos decís pero no lo creo, recuerda que se enfrentó a nuestro ejército sin tener estrategia ni esperanza alguna de ganar. –dice Raiza.
 

 

  -Si claro pero también deberos recordar que ese era su destino y si lo enfrentó fue porque tenía que cumplirse la profecía, si en esa ocasión hubiera escapado, entonces el no era el guerrero que nos derrotaría con la nobleza de su espíritu portando un estandarte de amor. –dice Raideé.

 

  -¡Oh si claro! La profecía se ha cumplido y sin duda alguna él es el guerrero del que nos contaron nuestras historias que algún día llegaría, pero su destino no se ha cumplido y este puede ser pospuesto por los dragones este mismo día. –dice Raiza.

 

  -¡No seáis pesimista hermana! Veréis que vuestro ángel compañero derrotará a Daro’s y su ejército con la misma facilidad que derrotó al nuestro, él es uno de los creadores y además cuenta con La Espada del Destino. –dice Raideé para reanimarla.

 

  -Ya no sé ni que pensar ni que creer, tal vez tengáis razón y le ganó a los dragones; ¿Pero qué sucederá más adelante cuando se acerque a Lúa Dark o sus habitantes se enteren de su llegada a Fíria y de que porta La Espada del Destino? No creo que los inmortales de Alcalá lo reciban con un carnaval tan solo porque también provienen de su mundo, recuerda que ya enviaron a uno de sus guerreros a darle cacería, además tal vez tenga que enfrentaros a los de Nosferália; ¿Imagináis lo que sucederá cuando sus infernales habitantes detecten la presencia de un humano vivo en su territorio?

 

  -Bueno al menos sabemos ya que él es el guerrero de nuestra profecía y si su destino es pospuesto por alguno de los ejércitos de los territorios oscuros pues volverá a Fíria en otro cuerpo humano tan solo tendremos que esperarlo un poco más, lo más seguro es que haya venido a nuestro mundo otras veces en el pasado con el mismo propósito, pero como nunca había llegado a nuestra ciudad, pues por eso no lo conocíamos.

 

  -Creo que nadie sabe cuántas veces haya venido a Fíria, Raideé; ¿Quién sabe cuántas veces murió aquí y en su mundo tratando de cumplir con sus propósitos? Pero ahora que llegó a nuestro reinado, ahora que lo he conocido después de tanto tiempo de estarlo esperando, de verdad deseo con toda el alma que no vuelva a morir, preferiría 1000 veces que su destino terminase y quedase truncado con nosotros dentro de estas murallas que tener que esperarlo otros 1000 años sabiendo que puede morir el mismo número de veces. –dice Raiza completamente desconsolada.

 

  -Todo eso que creéis que nadie sabe lo sabe Gaia y estáis hablando con egoísmo al decir que preferirías que su destino quedase truncado a que cumpliera con los propósitos para los cuales fue creado; ¿Acaso el humano ha sembrado egoísmo en tu espíritu?  -pregunta Raideé desaprobadoramente.

 

  -Mi ángel compañero lo único que sembró en mi espíritu y pensamientos fue amor, pero amor humano querida hermana, ahora comprendo por qué nuestros creadores son tan poderosos y lograron sobrevivir hasta a la furia de los dioses olvidados.                                     

 

Dice Raiza mientras Raideé la miraba sorprendida por la efusividad en sus palabras.

 

  -¿Amor y egoísmo, acaso eso que ahora sentís no es como el amor que sentimos los miridianos?
 

 

  -¡Para nada querida hermana! El amor miridiano es algo que aprendemos a disfrutar como parte de nuestra existencia, es algo que te hace dar todo por hecho siendo nada imposible, que nos hace felices todo el tiempo y forma parte de nuestra vida sin romper nuestras leyes y costumbres, el amor humano es la razón de todas las cosas y se disfruta intensamente pero se sufre de la misma manera, como si el precio por haberte hecho feliz fuera muy alto y lo más extraordinario es que no quisiera dejar de sentirlo para así mantener viva la esperanza de volver a sentir la intensidad de la felicidad que me dará este sentimiento cuando vea regresar a mi ángel compañero.  –dice Raiza sonriente y mirando al cielo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.