5. ¡A la mierda!

Desde que te fuiste he tornado mi vida en un sin fin de métodos suicidas y quizás mi favorita sea el calar los cigarrillos. Sobretodo cuando entre cada calada aparecen flashback de los años que decíamos y aseguramos ser felices.

Es una verdadera lastima haber sido tan buenos mentirosos o quizás se tratase de que en nuestras mentes retorcidas podíamos asociar lo que sea que tuvimos con felicidad.

Quizás parezca un poco loco que sin buscarlo y sin quererlo mi mente se pierde en tu recuerdo.
Aunque, ¿A quién quiero engañar? Es más que obvio que te sigo buscando y estoy muy lejos de dejar de hacerlo, sino no estaría en este preciso instante calando fuerte, creyendo que mientras más humo impregne mi sistema, más se prolonga la sensación de tenerte cerca.
Sino no estaría recordando aquella madrugada, en aquella terraza, donde dejé mis miedos e inseguridades, decidiendo por fin lanzarme, hipotéticamente, a la piscina. 

La cual, despues de tanto tiempo, resultó vacía, dándome de bruces con las frías baldosas. Dándome de bruces con la realidad, la cual me susurraba al oído que esto no estaba destinado a durar.

Cualquiera diría: 
"Es una lastima haberte tardado tanto en reaccionar."

¡Y a la mierda los demas! ¡A la mierda el tiempo! ¡A la mierda todo aquel que no entienda lo muestro!

Porque nunca estuvo mal, porque a pesar de todo me enseñaste a amar, porque tuve miedo, pero más miedo me daba perderte y ahora que no te tengo, tengo miedo de buscarte en alguien más, porque si por mí fuera caería diez veces más en aquella piscina fantasmal, tan solo para tenerte cerca. Aunque tenga fecha de caducidad.