El recuerdo

Ya en la mansión , Amanda está en su habitación a pesar de vivir un hermoso momento con Robert solo viene a su mente ese horrible recuerdo de cuando tenía 16 años y aquel horrible hombre le traumo la vida. 
Amanda tenía 16 años , era un martes 16 de abril , estaba en la escuela con Lory y Ashley quien va pesar de ser de las niñas populares le gustaba pasar tiempo con Amanda, las chicas están sentadas en una banca y Ashley les dice que un hombre mayor le ha estado coqueteando 
-es enserio?- pregunta Lory 
-si -responde Ashley algo ilusionada – es súper tierno conmigo, la verdad me gusta 
-¿Cuántos años tiene?- preguntó Amanda 
ok les diré- responde Ashley mordiéndose el labio inferior- 40 
Las chicas la miraban asombradas 40 AÑOS!!! Ellas apenas tenían 16 , la verdad Ashley siempre fue la más desatada de ellas , llegan a buscar a Lory y se queda Ashley con Amanda, Ashley le dice a Amanda: 
-hoy me veré con el, enviara a buscarme aquí, necesito que digas que estuve en tu casa, ¿Cuento contigo? 
-si, si cuentas conmigo- respondió Amanda, una motocicleta llega y le hace un gesto a Ashley y ella se va con el , Amanda no pudo reconocerlo ya que usaba casco guantes y una chaqueta negra gruesa, pasó el tiempo y por algún motivo a Amanda no la habían ido a recoger ahí tomo una decisión de la que se arrepentiría el resto de su vida, caminar a casa. 
Cómo cosa rara en Saint Andrews el día estaba nublado y hacia frío, ella iba caminando a la orilla de la carretera escucha aves cantando, el silencio que hay es casi espiritual sin saber que es solo el silencio previo a la tormenta , la patrulla del jefe Marshall va en la vía cuando el desagradable obeso avista a Amanda y pone la patrulla al lado de ella 
-Hola muñequita, te llevo a tu casa? -pregunta con Tono seductor 
-no, yo puedo caminar -responde Amanda 
-una muñequita como tú no debe ir sola en la carretera- le dice Marshall mientras conduce la patrulla a baja velocidad al lado de Amanda- vamos montare 
-Le dije que NO!!!- Le gritó Amanda 
Entonces el salvaje y grotesco obeso bajo de la patrulla y derribó a la joven Amanda y le dice : 
-a mi nadie me rechaza y mucho menos me grita 
Amanda trata de gritar pero Marshall le mete un guante a la boca y arrastra a esa niña inocente al bosque cuando esta desabrochando su cinturón Amanda le patea la entrepierna y sale corriendo adentrándose más en el bosque y tratando de no Tropezar con las piedras y ramas del suelo , ella está asustada no sabe que hacer y corre a esconderse en árbol hueco ; Marshall la está buscando y escucha sus gritos: 
-Ven muñequita!!! No te escondas 
Amanda cubre su boca y trata de calmar su respiración, escucha los pasos de Marshall cada vez más cerca, tenía miedo de lo que pudiera pasar Marshall puede ver sus huellas en el lodo, comienza a llover, los pasos se escuchan cercanos, Amanda siente los latidos de su corazón y como sube frenéticamente su ritmo, a pesar del clima frío está sudando, siente náuseas quiere salir de allí, la lluvia se hace más fuerte y de repente ya no escucha los pasos ni los llamados , ya se fue pensó Amanda , este es el momento de huir, sale del árbol hueco corriendo pero cuando da la vuelta al árbol se detuvo contra la humanidad de Marshall que le dice de manera siniestra: 
-ya eres mía 
La arroja contra el suelo lleno de lodo y agua y sin piedad ni remordimientos abusa sexualmente de ella. 
Después de 15 minutos se va, y la deja sola ahí en el suelo del bosque durante la lluvia Marshall se monta en su patrulla como todo un psicópata sin ningún tipo de empatía o remordimiento y se va, Amanda como puede se levanta y camina hasta su casa , entra por la puerta de atrás se encierra en su habitación y va a darse un baño , ahí está ella llorando desconsolada en la esquina de la ducha, la Sra. Judith quien siembra la ha visto como si fuera su nieta toca a la puerta 
-señorita Amanda ¿Está bien? 
VETE!!! Judith – gritó Amanda desde el baño 
La señora Judith sabía que algo no estaba bien, Amanda nunca le había gritado pero iba a respetar su privacidad así que bajo de nuevo, Amanda paso toda la noche en la ducha y 4 días sin salir de su habitación, se sentía sucia he insignificante 
Ese era el recuerdo que tanto atormentaba a esa joven de ahora 22 años y que había dado origen a ese miedo colosal hacía la figura de Magnus Marshall.