El corazón de Yasahiro empezó a retumbar en su pecho. Ese momento, en que sintió el contacto fue lo que rompió la delgada cuerda que lo mantenía tranquilo.
—No toques mi uniforme —ante ese murmullo, Mikey se detuvo, el sujeto se acercó divertido.
—¿Qué dijiste enano? —preguntó con un tono burlón. Entonces, Yasahiro levantó la mirada, y tomó de la muñeca al tipo.
—Te dije, ¡Que no toques mi uniforme! —gritó, antes de jalar de su brazo y darle una patada tan fuerte que provocó que el tipo, no solo quedara sin aire, sino que se alejara varios metros. Todo el mundo quedó sorprendido—. Nada más te diré tres cosas —dijo mientras limpiaba la tierra—. Primero, la persona más fuerte todo este puto mundo, es mi comandante —aseguró, mientras caminaba viendo como ese sujeto se levantaba—, segundo, nunca te atrevas a ensuciar mi uniforme con tus asquerosas manos; y por último, ¿Quién mierda eres tú para decirme por mi apellido? —preguntó, mientras lo tomaba del abrigo antes de darle un golpe en el mentón, provocando que escupiera sangre.
Para sorpresa de todos, menos cinco personas, ese sujeto empezó a reírse mientras se levantaba y limpiaba su sangre. Con una clara mueca de dolor inconsciente, por la fuerte patada que acababa de recibir; puso su brazo alrededor de su estómago, debido a que aún sentía los estragos de ese golpe, se enderezó y sin vergüenza dijo.
—Está es la invitación —aclaró, mientras le lanzaba un sobre blanco descuidado a los pies del menor—. ¿Te presentarías con o sin tu uniforme? —preguntó, pero Yasahiro solo se quedó callado, tomando el sobre.
—Sin uniforme —murmuró lo suficientemente fuerte para que ese sujeto lo escuchara. Si antes, el clima era tenso y fresco, ahora se veía como una escena de película mientras una ventisca removía los mechones rebeldes de la larga trenza de Yasahiro.
—Por cierto —dijo, mientras pasa al lado del más bajo—, esto te manda mi comandante —aclaró, mientras intentaba patearlo directo a la cabeza. Yasahiro, lo tomó de la pierna y lo lanzó lejos tan fácilmente como si empujara una almohada, pero la diferencia de peso y altura entre ambos, provocaba que pareciera casi imposible y eso llamó la atención de todos los capitanes.
Después de esa demostración, la ira de Yasahiro se iba elevando, al ver cómo ese sujeto había conseguido lo que quería. Que todos en ToMan, lo vieran como lo que era; quiso caminar hasta ese sujeto, tenía muchas ganas de liberar su frustración, ya que estaba en el fondo del pozo, nada lo detenía. Pero sus intenciones se detuvieron, cuando sintió las manos de su mejor amigo, Isamu, en sus hombros para detenerlos.
—Tienes que controlarte —le susurró—. Quieres mandar a la mierda, todas las cosas que has hecho, ¿Eso quieres? —la pregunta hizo que el más bajo se calmara, Isamu era consciente de que su amigo jamás lo lastimaría, al menos no a propósito.
Yasahiro solo suspiró, intentando calmarse, y justo cuando estaba a punto de alejarse, se giró encontrándose con la mirada seria del comandante, que hizo que su rostro palideciera de miedo. No estaba preparado para una confrontación de esa magnitud, y mucho menos tenía las palabras preparadas. Sentía unas inmensas ganas de que la tierra lo tragara, y podía sentir a alguien temblando, pero se quedó en shock, al saber que el que estaba temblando, era su mejor amigo.
—¿Puedes explicarme qué acaba de pasar? —preguntó serio, aunque mantenía un tono amable. Yasahiro estaba nervioso, y tenía un nudo en la garganta, sabía que lo que diría podría desencadenar una serie de eventos, uno más catastrófico que el otro.
—Comandante, lo que sucede es… —pero Mikey únicamente levantó la mano.
—No te hablo a ti —aclaró serio—. Te lo preguntó a ti, así que contesta.
Isamu estaba preocupado por su amigo. Sabía que no era bueno bajo presión, y mucho menos después de la escena en la que obligadamente tuvo que participar. Y aunque, quería meterse y mentir como nunca antes había mentido, sabía que podía ganarse unas de esas fatales patadas del comandante, y eso implicaría un nocaut absoluto, y no estaba seguro de poder recuperarse de ello.
—Yo… —intento hablar Yasahiro, mientras intentaba tragarse sus nervios—. Esto… Es solamente una estupidez —esas palabras hicieron que Jun sintiera que se desmayaba del miedo—. Ese sujeto es un idiota que nada más quiere molestarme; Es un problema de las estupideces que hice en el pasado, jamás involucraría a la pandilla en algo así de estúpido —aclaró, mientras bajaba la mirada, no tenía fuerzas para mirar a los ojos a su comandante, quien se mantenía callado escuchando atentamente lo que decía—. Por favor comandante, no me eche de ToMan.
Su corazón se paró, cuando sintió la mano de Mikey en su hombro, y después como lo palmeaba para darle ánimos. Tenía miedo de levantar la cabeza, pero una mano en su mentón lo obligó a hacerlo, y cuando se fijó en el rostro inexpresivo de su comandante, se sintió sumamente avergonzado. Pero, su alma volvió a su cuerpo cuando vio una brillante sonrisa.
—Tranquilo, simplemente quería saber lo que había pasado. No pienso echarte de ToMan —aclaró. Yasahiro podía asegurar que escuchó el suspiro aliviado de Itami. —Bien, la reunión terminó.
—¡Ya escucharon todos! ¡La reunión ha terminado! —gritó el subcomandante, y todos se alejaron.
Yasahiro sintió la mano de Isamu tomándolo del cuello de su uniforme, para alejarlo de todos. Sus amigos no tardaron en acercarse a él; todos tenían muchas ganas de hablar del tema, pero la realidad era que aún no era un buen lugar, así que decidieron quedarse en la vereda de una tienda de veinticuatro horas. Jun e Itami, buscaron algo dulce porque aseguraban que se les había bajado la presión, Yasahiro exclusivamente quería tomar algo tibio para pasar sus nervios, en cambio, Kenta e Isamu, buscaron algo para comer.
Editado: 13.12.2024