Aquella situación obligó a Yasahiro a tomar esa responsabilidad y la actitud que llegaba con ella.
—Tenemos que movernos —dijo mirando al grupo de chicos—. Si llegamos al templo Musashi, no van a poder atacarnos, ¿Está bien, subcapitán?
—Espera, ¿Nos volverán a atacar? —preguntó asustado Makoto, mientras Yamagishi y Takuya se abrazaban con terror.
—Nadie trae a un grupo tan grande con la intención de detenernos. Así que vamos a movilizarnos —dijo Chifuyu serio, antes de palmear el hombro del castaño.
—Yo abriré el camino, y los voy a proteger, pero por favor, no le cuenten a nadie lo que estoy haciendo, será mucho más fácil todo —comentó Yasahiro, mientras empezaba a caminar, siendo seguido por los amigos de Takemicchi y Chifuyu, quien se puso a su lado.
Mucho era un traidor de ToMan, y eso dejaba a Chifuyu completamente sorprendido, pero eso no era todo. Yasahiro, aquel castaño cuya característica más grande era aquel repertorio de estupideces e incoherencias que siempre decía; ahora, ese mismo castaño estaba caminando al frente del grupo, serio y con el porte de un líder o incluso el de su comandante.
La pelea que Yasahiro tenía que afrontar para poder abrirse camino hasta el templo Musashi, era una extraña manera de desahogarse, puesto que tenía mucha ira reprimida.
Takemicchi estaba determinado a derrotar a Izana, por esa razón camina con Inui a su lado, ambos se habían vestido con el uniforme. Cuando se encontraron con Yasahiro en el camino, quien solo dijo dos palabras antes de dejarles con sus amigos, quienes decidieron no decir nada de lo que había pasado.
El castaño, se había ido directo al hospital, puesto que necesitaba arreglar las ideas de su cabeza, para no cometer errores, puesto que estaba a punto de ceder a ciertas ideas, que le resultaba tentadora.
—Inoue, ¿De quién corres? —preguntó una voz que lo dejó paralizado por unos segundos, antes de girar en dirección del origen de aquel sonido, que le resultaba bastante irritante.
—¿Qué estás haciendo aquí, Len? —preguntó viendo como el mencionado se acercaba a él, y mostraba aquel flamante uniforme rojo.
—Quise venir a verte antes de la pelea, así podía recordar aquellos lindos ojos con vida —dijo mientras se acercaba para acariciar aquel rostro que hace mucho tiempo no había visto—, antes de matarte.
—No voy a morir, y tú más que nadie lo sabes —aclaró alejándose de su toque.
—Te diré dos cosas —aclaró—. Primero, Izana es hermano de Mikey, y segundo, créeme, morirás ese día, cuando menos lo esperes.
Esas palabras golpearon a Yasahiro como nunca antes lo habían golpeado. Cuando llegó al hospital, se encontró con Jun, quien iba saliendo del pasillo, con su ropa de calle, listo para irse a casa. El castaño no dudó en abrazarlo.
—Veo que alguien me extraño —dijo con una sonrisa mientras acariciaba el cabello.
—Tengo muchas cosas en la cabeza, por favor no te vayas —pidió recibiendo suaves palmadas en la cabeza.
—Vamos a tú casas, Yasa. Hablemos tranquilamente —comentó calmando a su amigo, mientras lo abrazaba de los hombros para ponerse a caminar—. Le diré a mamá que tuviste pesadillas, y me quedo contigo.
Esa noche, Jun se quedó casi sin apetito por toda la información que Yasahiro había descubierto; por su lado, Yasahiro recibe cariño de parte de su amigo, quien a base de chistes malos buscaba relajarlo, sin mencionar que ahora lo estaba peinando. Al final, ambos tuvieron una buena noche de descanso.
El veintiuno de febrero, Jun estaba escuchando todas las cosas que Takemicchi e Inui decían, pero también estaba muy preocupado, puesto que Yasahiro no estaba por ningún lado, y todavía no podía verlo entre la gente, por suerte minutos antes de que terminara, llegó el castaño, tocando el hombro de su amigo.
—¡¿Dónde estabas?! Me preocupa mucho —dijo abrazando a su amigo con mucha fuerza.
—Tranquilo, solo fui al hospital, nada más —aclaró correspondiendo al gesto—. Ahora, sí. ¿Qué pasó?
—Mañana será la pelea, Yasa. Así que tenemos que cuidarnos.
—¡Yasahiro! —gritó Chifuyu al verlo.
—Buenas, subcapitán —dijo con aquella sonrisa típica, que hizo entender al rubio que ya no estaba como aquella vez.
—La misión de la primera división es recuperar a Koko, ¿Entiendes? —preguntó, mientras Takemicchi e Inui se acercaban.
—Está bien, lo tendré en cuenta mientras estoy en la pelea —aclaró y entonces, Chifuyu se acercó a él, para asegurarse de que nadie lo escuche, abrazándolo por los hombros para mayor seguridad, provocando que Jun alzara una ceja.
—Con respecto a ese tema —dijo susurrando algo preocupado.
—Tranquilo, ya lo arreglé —aclaró con una sonrisa para darle confianza—. Incluso en la guerra me comportaré.
—Perfecto, cuento contigo.
Esa pequeña y mínima dinámica que realizó Chifuyu llamó la atención de todos, hasta Mikey se acercó a ellos, puesto que aún recordaba aquella patada que le había dado a ese chico. Sin dudarlo, caminó entre la gente para acercarse a ambos chicos.
Editado: 13.12.2024