NARRA ABIGHAIL
*3 semanas después*
Estaba con Micah terminando de revisar unos papeles cuando unos toques en la puerta se hicieron presentes.
-Señorita Abby...-era Julia, mi secretaria.-El chofer llego.
-Perfecto. Micah, seguimos luego del almuerzo.
-Claro. Pero recuerda que tenemos una conversación pendiente.
Asentí no muy ansiosa. Sabia de lo que quería hablar y mi respuesta seguía siendo un no rotundo.
-Abby- habló Theo llamando mi atención- debo arreglar un… un problema personal, ¿podrías solo asegurarme que estarás bien hasta que regrese?, sé que no debería y no es profesional pero…
-Tranquilo- lo interrumpí.- puedes ir, no me pasará nada, además, don pica piedra no me deja sola ni para ir al baño, estaré bien.
-Regresaré antes de lo que crees.
Sonreí y lo escuché marcharse.
-Vamos.-me dirigí a Sebastián, tomé mi bolso y salimos de la oficina. Minutos después nos encontrábamos subiendo por el ascensor hasta la presidencia donde me esperaba un posible contrato.
-Buenos días, mi nombre es Jaden, ¿en qué puedo ayudarles?- escuchamos una voz masculina.
-Soy Abighail Kovalev, presidenta de K&C Transatlantic Corp.
-¡Oh, por supuesto! Adelante, el señor Cipriani los está esperando.
-Buenas tardes…-de pronto escuché aquella voz. Si, era él, era el mismo que me había ayudado en la fiesta.-Tu…
-Señor Cipriani.-dije a modo de saludo.
-Dime Christian, un placer volver a conocerte.-tomó mi mano y la besó.
-Mantenga su distancia, por favor.-habló Sebastián de pronto.-cuestiones de seguridad.
-Bien, tu, Grinch- coloqué mi mano en Sebastián dirigiéndome a él.- ¿podrías esperar afuera? No creo que intenten secuestrarme aquí.
-Cualquier cosa me avisa.-dijo y asentí.
-Mucha seguridad, ¿no?- habló Christian.
-Mi hermano es algo paranoico con la seguridad, lo heredó de mi padre. –Reí un poco al recordar. Me ayudó a sentar- por cierto, soy Abighail, Abighail Kovalev.
-¡¿Y no te ha dado un ataque cardiaco?! El apellido Kovalev es algo pesado, tu familia es una especie de realeza.
-Supongo.- me encogí de hombros restándole importancia. Mi apellido era algo con lo que había aprendido a vivir desde hacía mucho, la vida pública, las cámaras, galas, etc.- aquí están algunos términos que pedimos estén en el contrato.-le entregué la carpeta que permanecía sobre mis piernas.
-Bien, respecto a nuestra propuesta, queremos…-empezó a hablar pero fue interrumpido por el sonido incesante de su teléfono. De pronto todo estuvo en silencio una vez más.-Como se…-el sonido lo volvió a interrumpir. –perdón, es mi hermana, solo será un momento.
-Sí, no pasa nada.
-Kim, estoy en una reunión. ¿Qué ocurre?- alejándose un poco.-oye, ¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras?-volvió a esperar unos segundos, parecía estar escuchando lo que decían del otro lado.- ¿Qué le paso a mamá?... ¿Dónde están?... Voy saliendo.- escuché sus pasos acercándose a mí. –Abighail, lo siento, pero mi madre tuvo un accidente y debo ir.
-Por supuesto, no te preocupes. Ella estará bien.
Me levanté.
-La veré luego señorita Kovalev.-Escuché como salía rápidamente de la oficina y en su lugar entró Jaden, su asistente, ayudándome a recoger los papeles.
En ese momento tocaron la puerta.
-Buenos días, soy la representante de T Industries, no había nadie en la puerta…- escuché aquella voz que me era tan familiar. Aquella que llevaba tanto tiempo sin escuchar. Volteé sin poder creerlo. –Mi nom…-de pronto se quedó callada.- Malika.
Era ella.
-Madre.
No podía creerlo, luego de tantos años está aquí, frente a mí. Un sinnúmero de sentimientos encontrados me invadieron, rabia, dolor, nostalgia, amor. Tenía tantas preguntas, ¿Por qué se había ido?, ¿Por qué nos había dejado?, ¿Por qué nunca me quiso?, ¿pensó en mi alguna vez?, ¿siquiera pensó en nosotros?, ¿Qué había hecho todo este tiempo?
Quería gritarle, reclamarle, exigirle una explicación, pero no lo haría. No demostraría que me afectaba. Ella nos dejó, ella nos olvidó, y me negaba a demostrar debilidad alguna ante ella.
-¿Qué haces aquí? –preguntó e intenté ocultar mi enojo y sorpresa.
-¿Es lo que dirás?-pregunte incrédula y la escuche aclarar su garganta.- ¿Luego de tantos años, eso es lo único que dirás?
-¿Qué más puedo decir? Lamento lo de Aarón, lamento todo lo que ha pasado y tu…bueno, lo que te ocurrió.
-Sínica…-murmuré sin poder creer que seguía siendo la misma persona.
-Me guardas rencor según veo. Por favor, yo no los dejé, Aarón…
-¡Ni se te ocurra hablar de mi padre!- prácticamente grité interrumpiéndola.- ¿Qué haces tú aquí?
-Bueno, no vine a discutir contigo, he venido a cerrar un contrato no a verte. ¿Dónde está el señor Cipriani?
-Con la única persona que hablarás será conmigo.
-No hablaré contigo, no eres nadie, además que podrías tu saber sobre estos negocios, ¡eres una niña y estas ciega, por Dios!, quiero hablar con el presidente.-insistió y tuve que contenerme para no lanzarme sobre ella.
-Como te dije, soy la única persona con la que hablarás, si no te interesa puedes largarte por donde viniste, pero si lo que viniste es a hacer negocios, adelante. Sorpréndeme. – me recliné un poco sobre el escritorio intentando tomar una postura imponente, sabía que esto estaba mal, no tenía ningún derecho pero mis acciones se producían antes de que pudiese pensar con claridad.
La escuché bufar.
-Bien, como sea, la propuesta que ofrecen sobre la construcción de la torre C con tecnología de última generación es bueno, así como la construcción de los hoteles en la costa con la plaza, sin embargo, tenemos algunas dudas sobre la seguridad, queremos que todo este automatizado, reacciones en tiempos cortos, los mejores servidores y la mayor seguridad, tanto como un bunker ruso, por eso queremos presentarles posibles mejoras, nuestra tecnología es de las mejores y hemos desarrollado un sistema de seguridad exclusivo para este proyecto, solo queremos ser socios, tenemos reconocimientos digitales, facial y de retina, codificación aleatoria cada 15 minutos, es…
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Editado: 19.07.2020