Unos cuantos días habían pasado y nada parecía verdaderamente prometedor, no habían hecho mas que incoar elementos débiles y sin forma con los que Asher no tenia mas remedio que obligarles a pelear, no estaba preparadas y solo los dioses sabrían cuando lo estarían, pero mientras tanto no podían ni retener un ataque de fuerza media con la espada. ¡firme! Le gritaba cuando les propinaba un espadazo sabiendo que en una pelea real morirían en segundos, no, se corrigió a si mismo, no una pelea, cualquier tipo de discusión con una abuela en el mercado de pulgas.
Para el habían resultado tan agotador como lo había imaginado, no le deseaba esto ni a su peor pesadilla, eran indisciplinadas, medalaganarias y hacían todo lo que fuera para llevar la contraria. Se acerco por detrás y le pego a Yaya con el lado chato de su espada esperando que esta afirmara su cuerpo.
—estoy muy cansada, ya no puedo apretar más, es imposible que mi cuerpo pueda ir más allá por el día de hoy, te lo suplico déjame ir, quédate con Sasa—lloriqueo esperando en vano que Asher las liberara de su calentamiento. Tenían prisa en sacar lo mejor de ellas antes de que el consejo de magos y la iglesia inspeccionaran sus avances, después de todo incluso el prefería que ellas aprendieran bajo su tutela que a la de ellos.
—no llores en el entrenamiento, es desagradable—dijo sin hacer contacto visual, prefería mantener una distancia prudente, no quería que entendieran que eran amigos, tampoco esperaba que lo fueran, de hecho y para ser más específicos Asher no tenía ni la más mínima intención de llevarse mas bien con ellas que como lo haría un mero súbdito y capitán a cargo. En esa misma medida no tenia intenciones de repetir incidentes del pasado.
Tanto Yana como Sarai estaban en posición de plancha sobre sus codos para mejorar su condición física y ya llevaban así una hora son solo unos minutos de descanso y rotación a una que otra invención e Asher para hacerlas sufrir, como solían discutir luego de que tuvieran que prepararle baños de hielo para recuperarse de un entrenamiento mágico el que no habían hecho mas magia que sacara esencia de sus cuerpos. Esto no era para lo que habían firmado, tomando en cuenta de que habían caído en esta desventajosa situación sin tener opciones.
¿Dónde estaba la magia? Así esa como la conocían, ¿es que no existía? Se pregunta Yaya bañada de sudor sin otro remedio que hundirse en sus pensamientos ya que Asher no las dejaba hablar una con la otra para no perder la concentración, así mismo como ahora tenia que sucumbir a las ideas del genio malvado de su entrenador.
—ya ha pasado una semana, deberían poder sostenerse durante todo ese tiempo sin necesidad de tomar descansos—les decía con un tono de reclamo cuando les había permitido detenerse y ponerse de pie, entonces las dejo descansar por unos minutos antes de volver con su retahíla—les había mencionado que la magia era una fuerza que les daba la ventaja de ordenar a la materia de hacer lo que quieran, pero esto no sucederá si sus ordenes son carentes de fuerzas u orden, vengan—les ordeno luciendo un conjunto de movimientos de manos circular que creo de la nada un aro de fuego que dejo maravilladas a las terrícolas—esto es algo básico para la magia—añadió sonando arrogante, entonces dejo de mover las manos en círculos y las oscilo con un baile formando una especie de serpiente para después dejara ir volando alrededor de ellas como un espectáculos de fuegos danzarines—imaginen que esa serpientes que esta volando es la magia que existe dentro de ustedes, ahora mismo puede ser brillante y hermosa pero en cuestión de segundos puede solo volverse inestable—la serpiente comenzó a contorsionarse y cambiar de tamaño y dirección de vuelo luciendo como loca en el aire, allí Asher extendió su mano y apretó el puño haciendo que la serpiente recuperara su majestuoso flujo—si no tenemos fuerza suficiente para controlar esto la consecuencias podrían resultar catastróficas, así que ahora espero que le pongan mas empeño a su entrenamiento físico, en vez de quejarse para que las deje libres—finalizo mirando atentamente a Yana que intentaba no reaccionar a la presión de que en cualquier momento podría explotar por un reptil loco en su cuerpo.
Asher les ordeno que sacar sus armas, resultando cada vez mas sencillo para ellas llamarlas, Sarai empuño su báculo esta vez con una forma más definida de lo que algún día seria, aun no tenía claro que pretendía hacer, pero al menos el entrenamiento la mantenía dispersa de las cosas que pasaban por su mente. Respiro y al ritmo de la voz de Asher hacia la coreografía que este le había enseñado para el manejo de un arma. ¿no tenía más sentido usar una espada? Yana repetía lo mismo que hacía Sarai solo que con el animo por el suelo, le dolían los pies, los hombres le quemaban, la costilla le palpitaba y aún no habían empezado con el combate cuerpo a cuerpo que les tocada día por día.
Avanza, agita, estocada, giro, patada, ahora repetían, avanza, agita, estocada, giro patada, ahora con un desnivel, avanza, agita, estocada, bajo, giro, patada, ahora mas rápido, ahora mucho más rápido.
El suelo del simulador era como una cama para ambas, incluso sabían reconocer el sabor de este junto al cobrizo acompañante que no faltaba. Se había vuelto parte habitual de su día a día, el cielo claroscuro, el clima lluvioso de la temporada, las reverencias rápidas a gente nueva cada día a la hora de desayunar, la ropa cursi y elegante, la frialdad de Asher, y a aquella rutina que, aunque quisieran no podrían olvidar, avanza, agita, estocada, bajo, giro patada y espadazo al aire. Se repetía como una cancioncilla en su mente.
Pasaban todo el día después del desayuno en el cuarto blanco y vacío, solo que entrenando con sus piezas de materia mágica en la manos, ganando movilidad de estas, tonificando sus cuerpos cada día más, y haciendo mi simunes al cansancio y al arduo entrenamiento de al que Asher las había impuesto, uno para el solo se estaban preparando.
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Editado: 11.05.2021